Carme Escales
Periodista especializada en temas sanitarios
El trabajo digno es aliado de la buena salud mental. Proporciona un medio de vida, autoestima, una oportunidad para establecer relaciones positivas y rutinas estructuradas. En personas con problemas de salud mental, la actividad laboral puede contribuir a la recuperación, pues se ha evidenciado que evita recaídas. Pero la inclusión en el mercado laboral facilita algo aún mayor a todo eso: favorece la normalización social de todas las circunstancias humanas en las que, también, se inscribe el trastorno o enfermedad mental.
Así es como la Organización Mundial de la Salud (OMS) enmarca la necesidad y beneficios del desarrollo laboral de toda persona. Es el eje vertebrador de su inclusión social, también en aquellos casos en los que la salud mental no sea plena, del mismo modo que lo consideramos lógico en cualquier tipo de enfermedad orgánica.
Trabajo, para vencer el estigma en salud mental
Sin embargo, la inclusión laboral de personas con algún trastorno o enfermedad mental continúa produciéndose como un escaso goteo de pequeñas victorias, lejos de toda normalidad y la mayoría de las veces fuera de la empresa ordinaria. “La pérdida del trabajo, o vivir una situación de paro de larga duración es una de las situaciones más duras que enfrentan las personas con diagnóstico de salud mental”, expone Miquel Vidal. “Además del aspecto económico, su confianza y autoestima se ven perjudicadas”, precisa. Vidal es director-gerente de la Federación de Centros Especiales de Trabajo de Catalunya (FECTC), una entidad referente en la inserción del colectivo de personas con discapacidad.
“Asistir a quienes son diferentes, más vulnerables por su discapacidad -tal como figura en el decreto ley del 2013 y parece que nadie lo tenga en cuenta-, debería ser la gran bandera para dar el giro a una sociedad diversa, con personas de todo tipo, tal como es, pero con igualdad de derechos para todos. Como tener un trabajo”.
Foto: Feria Sí, i millor 2023, organizada por la Federación de CET – Fuente: Carme Escales Fecha: 23/10/2024
Miquel Vidal ha estado inmerso estos días en la celebración -los días 23 y 24 de octubre- de la feria de ocupación Di-Capacitat i Talent. Sí, i millor (Sí, y Mejor), en la que empresas como Carrefour o Sorigué, fundaciones y centros especiales de trabajo entrevistan a candidatos a empleados con certificado de discapacidad. Buscan, tal como anuncia el nombre de la feria, capacidades y talento más allá de la necesidad especial que pueda tener la persona. La feria se celebra en el recinto ferial de Montjuïc de Barcelona, junto al Saló de l’Ocupació y BizBarcelona. Negocios e innovación comparten fechas y espacio con esa inclusión necesaria. “Debemos adaptar la sociedad a las personas, y no al revés”, señala Vidal.
Vidal es un gran defensor del mercado protegido, por el acompañamiento que se ofrece a los empleados, adaptándose a sus necesidades, como dice él, y no al revés. Pero admite que “las empresas ordinarias que ya están preparadas para esa verdadera inclusión van por delante de la sociedad y de la administración. Y eso es un valor”. Leroy Merlin, en sus cadenas de todo el país, ocupa a un 4% de personas con certificado de discapacidad, en puestos de almacén y en todas las líneas de trabajo de su negocio. El Grupo Sesé, dedicado al transporte y la logística, tiene una tasa de inclusión de personas de ese colectivo más vulnerable del 6%. En Carrefour son también punteros en ello.
Desde cero, también se han creado proyectos que devienen ejemplo de normalización de esa inclusión como parte de una verdadera evolución humana. En Catalunya, el ejemplo de La Fageda, con sus productos lácticos, ilumina un cambio social.
El gran estigma de la salud mental
Si todavía cuesta que los empresarios incorporen en sus equipos a personas con certificado de discapacidad, aún es más difícil que integren a personas con algún problema de salud mental. El estigma y autoestigma son el gran muro por derribar.
Combatir estigmas y prejuicios sobre salud mental en la sociedad y en el empleo promoviendo la ocupación es el objetivo del programa Incorpora de la Fundación ‘la Caixa’. En toda España, han atendido a 5.300 personas con problemas de salud mental este 2024 y han conseguido cerca de 2.000 inserciones sociolaborales en 1.200 empresas.
Tal como explica la coordinadora de La Calaixera de la fundación AREP para la salud mental, Clara Solà, “por motivos diversos, como el miedo, situaciones de mucho estrés y porque no quieren explicar a nadie que tienen ese problema, muchas personas afectadas por un tema de salud mental no utilizan el certificado que a las empresas les podría servir para desgravar”.
Foto: Programa Incorpora La Caixa – Fuente: La Caixa – Fecha: 23/10/2024
De ahí que Solà considere primordial “que las empresas tengan más apertura de miras y menos miedo, y que las administraciones destinen más recursos para acompañar a las empresas y que empresas como nosotros pudiéramos hacer un acompañamiento más permanente, más de cojín de esta incorporación de estas personas en las empresas”. Se refiere a asesorar y estudiar las adaptaciones posibles de los lugares de trabajo. “Hay que entender que, si se quiere inserir, hay que poner recursos. Ahora mismo los recursos se orientan a subvencionar partes de los sueldos de estas y a bonificar parte de la seguridad social a las empresas, y seguro que con esto no hay bastante”, puntualiza.
8 de cada 10 personas con algún problema de salud mental no tienen un contrato laboral
Los datos son claros: Ocho de cada diez personas con algún problema de salud mental no tienen un contrato laboral. La cifra, que trasciende de diversos estudios, situaba a los participantes del Webinar sobre Trabajo, autonomía y salud mental organizado por Som Salud Mental 360. Su moderadora, la psicóloga Mar García Franco, coordinadora de los servicios de rehabilitación comunitaria e inserción laboral del Parc Sanitari de Sant Joan de Déu, en el Baix Llobregat, lleva más de dos décadas trabajando en este dominio. Formó parte de un servicio asistencial pre-laboral piloto en Catalunya que ponía el foco, como lo siguen haciendo ahora, en acompañar desde antes de que la enfermedad aísle a la persona. “Cuando se pierde el trabajo a edades avanzadas, la salud mental se agrava”, apunta.
Desde el Parc Sanitari de Sant Joan de Déu, trabajan con la metodología del Individual Placement and Support (IPS) (Colocación y apoyo individual) que apoya a personas con enfermedad mental seria, como esquizofrenia, trastorno bipolar o depresión. “Con ella, ponemos la motivación y los deseos y valores de la persona por delante de todo”, explica Mar García. Lo hacen con formación previa y acompañamiento a la inserción, con un equipo multidisciplinar para tener siempre presentes cualquier tipo de problema. El apoyo se tiene todo el tiempo que la persona lo necesita y es, al menos una vez al mes, cara a cara. Atienden a entre 250 y 270 personas al año, con índices de inserción que superan en alguno de sus centros el 65%.
La psicóloga Mar García considera que, si algo bueno nos dejó el Covid, junto a muchas problemáticas y dramas, fue “ver que personas que hasta aquel momento nunca habían tenido problemas de salud mental, los tenían. Ahora sabemos que es algo que nos pasa a todos. Esa conciencia nos ha beneficiado y hablamos de ello sin tanto tabú, y el hecho de hablarlo, hace que se conozca, se entienda mejor esta problemática y se normalice”.
García nos recuerda también que “no solo las personas con un diagnóstico tienen relaciones difíciles, en el trabajo y en el ámbito personal, y convivimos con ellas”. Y precisa, además, que “la integración social no necesaria y únicamente tiene que ser con un trabajo remunerado, y no hay que descartar que, en ciertas etapas de la vida, una ocupación puede dar mucho sentido a la vida, más allá de un sueldo”.
Foto: Exterior PizzaAut, empresa que llevan personas con autismo Fuente: Carme Escales – Fecha: 23/10/2024
Desde el Parc Sanitari de Sant Joan de Déu, actualmente desarrollan la adaptación de la metodología IPS con personas con un trastorno del espectro autista (TEA). Sobre ello, en Italia está teniendo un gran eco la primera pizzería que abrió para dar empleo a personas con autismo. Fue en el 2021 en la localidad lombarda de Cassina de’ Pecchi y hoy ya tiene otra sede en la ciudad de Monza. Ocupa a 41 personas con TEA, con un contrato de trabajo indefinido.
PizzAut surgió de la convicción de Nico Acampora, padre de un niño con autismo severo, que, afirma que, en toda persona, sean cuales sean sus condicionantes, se puede hallar un talento y una ilusión que la lleven a participar, en igualdad de condiciones, de un trabajo y una integración social plena. “Nutrimos la inclusión y Prohibido pisar los sueños” son los lemas de esta iniciativa que su impulsor ha creado, asesorado por especialistas y acompañado por padres y familiares de personas con TEA y profesionales de todos los ámbitos.