EN MEMORIA DE JOSÉ LUIS VEGA VEGA
21 Ene 2005

José Luis Vega Vega, colegiado número 1.142 C-L falleció el pasado 23 de diciembre de 2004 en Salamanca, donde había transcurrido prácticamente toda su vida profesional. Licenciado en Filosofía y Letras (Sección de Psicología) por la Universidad Complutense de Madrid, en 1975, fue catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación, Director del Máster de Gerontología y Decano de la Facultad de Psicología de la Universidad de Salamanca. También fue miembro del Comité Asesor de la Academia Europea de Yuste.

Salvo una corta estancia en la Universidad de Santiago de Compostela, José Luis Vega siempre estuvo vinculado a la Facultad de Psicología de Salamanca. En ella desarrolló su docencia especializada, fundamentalmente, en aspectos como ‘Desarrollo Adulto y Envejecimiento’, ‘Intervención en la vejez’, ‘Educación Gerontológica’, ‘Calidad de vida’, ‘Psicología de la Salud y personas mayores’, ‘Relaciones entre Generaciones’, etc. También realizó múltiples trabajos de investigación, bien como investigador principal bien en calidad de colaborador; participó en encuentros profesionales dentro y fuera de España; su Máster de Gerontología era considerado en Europa y América Latina como decano en la materia: con más de quince ediciones o promociones finalizadas seguía teniendo gran aceptación por parte de los estudiantes y su impartición era demandada en diferentes centros universitarios. Pero por encima de todo, José Luis fue un hombre bueno, dialogante y abierto a todos.

Pese a encontrarse en su segunda adultez (nacido el 10 de marzo de 1950), José Luis ya había hecho un largo trayecto en su existencia vital. Con 26 años consiguió el doctorado y poco después ocupó la cátedra de Psicología Evolutiva y de la Educación. Demostró en todo tiempo su genuina vocación por la psicología (no conviene pasar por alto en este caso que, entonces, la formación universitaria en psicología era sólo una sección dentro de Filosofía y Letras, por lo que teníamos que solicitar con antelación suficiente el traslado de expediente académico y cumplir los requisitos administrativos). José Luis luchó por su Facultad de Psicología, en la que fue reelegido decano, y también por su Universidad, en la que quedará reconocida su labor entre colegas, estudiantes y discípulos. Para la comunidad académica y un amplio sector social José Luis era un referente destacado por su tesón, capacidad, valía, inteligencia y dinamismo.

Todo esto y más se podría glosar sobre la vida profesional y personal de José Luis Vega Vega, para hacerle acreedor de méritos suficientes por los que ser reconocido y agasajado como excelente persona y profesional ejemplar (en cualquier caso será un homenaje póstumo). Precisamente, en prueba de lo dicho anteriormente, la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Psicólogos de Castilla y León (COPCyL), en reunión celebrada el 17 de diciembre de 2004, había acordado conceder al Dr. D. José Luis Vega Vega, colegiado nº 1.142 C-L, el «Premio Juan Huarte de Castilla y León 2004», en calidad de profesional de la Psicología por su destacada trayectoria y promoción en Castilla y León. No encontramos entre los colegiados otro que merezca mejor la distinción concedida por su contribución al desarrollo y fomento de la psicología científica, avalado por una dilatada, prolífica y multifacética labor profesional, tanto desempeñando tareas de estudio e investigación de la ciencia psicológica como a través de acciones de difusión y defensa de la psicología. Dicho premio será entregado en la festividad de Juan Huarte de San Juan, que se celebrará en la ciudad de Valladolid el día 26 de febrero de 2005, en la sede del COPCYL.

La muerte de José Luis aparte de producirnos perplejidad, nos sobrecogió. Ni siquiera dio tiempo a comunicarle personalmente el acuerdo de la Junta de Gobierno. Todo había discurrido tan deprisa en el tiempo que tampoco ahora me resulta fácil redactar una biografía del colega fallecido, cuando a la vez pugnan por expresarse la mente y el corazón. Se da la circunstancia de que José Luis Vega fue compañero y amigo de quien tiene que hacer este «memento» o recuerdo postmortem.

Conocí a José Luis allá por el año setenta y dos, cuando compartíamos las clases en horario de tarde de la especialidad de psicología en las aulas del Edificio B de Filosofía, en el Campus de la Ciudad Universitaria, de la Universidad Complutense de Madrid. Estudiábamos tercero de carrera de Filosofía y Letras (sección de psicología) que era el Plan de Estudios vigente entonces. Por proximidad en la lista de clase en orden alfabético, José Luis y yo coincidimos en los mismos avatares estudiantiles y, a menudo, charlamos y compartimos ratos de holganza. Siempre llevaba igual esa barba que le caracterizó: rubia, a medio pelo y espesa. Alguna vez llegué a pensar que su rostro era una paradoja de la personalidad que tenía: siempre afable, alegre, condescendiente; su optimismo contagioso facilitaba enormemente las tareas por arduas que éstas pudieran ser. José Luis era un trabajador incansable, capaz de atender a mil cosas que solían salir bien. Para él todo era posible con esfuerzo, imaginación y ganas de hacer las cosas, y sabía en cada momento lo que era más importante.

Tengo que reconocer que la muerte de José Luis Vega constituirá una gran pérdida para la Psicología, pero confío en que su trabajo, su obra y su huella personal perduren. AMIGO Y COMPAÑERO JOSÉ LUIS, HAS TERMINADO EL CAMINO AQUÍ, PERO TU HUELLA DEJADA EN ÉL SERVIRÁ DE LUZ Y GUÍA PARA MUCHOS. ME DUELE TU MUERTE Y ESTOY APENADO.

 

Juan-Donoso Valdivieso Pastor

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