EL USO DE SUSTITUTIVOS DEL TABACO PUEDE PROVOCAR MALFORMACIONES EN EL FETO
23 Feb 2006

Tal y como publicaba el periódico El País la pasada semana, haciéndose eco del estudio aparecido en el último número de la prestigiosa revista Obstetrics and Gynecology, no sólo fumar durante la gestación entraña peligro para el feto. El consumo de parches, chicles o inhaladores de nicotina puede tener importantes riesgos para el futuro bebé si su uso es inadecuado y sin control médico. El periódico apuntaba que un estudio en el que ha participado María Morales, epidemióloga del hospital Doctor Peset de Valencia, destaca, además del mayor riesgo de malformaciones en los bebés de madres fumadoras, que los recién nacidos cuyas madres emplearon sustitutivos del tabaco durante las 12 primeras semanas de gestación tuvieron el doble de malformaciones musculoesqueléticas que los nacidos de no fumadoras.

María Morales, profesora de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Valencia, indicaba al mismo periódico que la selección en las 12 primeras semanas no es casual. Es entonces cuando se produce la división celular y de tejidos que dan lugar a la formación del feto, un proceso que se desarrolla a una velocidad vertiginosa en el que cualquier alteración en la gran aportación que se produce de oxígeno y nutrientes repercute en la estructura del futuro bebé. «Hasta el momento sabíamos el efecto del consumo de tabaco en el feto a término, pero ahora hemos determinado cómo en las primeras semanas afecta uno de sus componentes, la nicotina, gracias al análisis de los sustitutivos que permiten observar cómo afecta esta sustancia de forma específica y aislada».

 

En el trabajo, indica el periódico, han participado especialistas de Instituto de Salud Pública y Epidemiología de la Universidad de Odense en Dinamarca, el Centro de Epidemiología de la Universidad de Aarhus, también en Dinamarca, y la Escuela de Salud Pública de la Universidad de California en Los Ángeles.

El estudio indica, siempre según El País, que se detectaron diferencias notables entre las no fumadoras y las mujeres que, pese a abandonar el tabaco, emplearon sustitutivos. Frente a una prevalencia relativa 1,0 de sufrir cualquier tipo de malformación congénita entre los hijos de no fumadoras, la tasa era de 1,6 (el 60% superior) entre aquellas que empleaban sustitutivos. Las diferencias son aún más relevantes al tratar malformaciones concretas como las musculoesqueléticas (alteraciones en manos o pies, por ejemplo). En este caso, frente a una prevalencia relativa 1,0 en no fumadoras, la cifra alcanzó el 2,05 entre las consumidoras de chicles o parches. En cifras totales, entre las 55.915 no fumadoras se detectaron 673 casos de niños con este tipo de problema, mientras que de las 250 que emplearon parches, chicles o inhaladores, hubo seis bebés con lesiones musculoesqueléticas.

Este estudio resulta novedoso en el sentido de que, hasta el momento, se conocían únicamente algunos de los efectos que la nicotina, independientemente de la forma de administración, puede tener en el feto al término de la gestación y, sin embargo, se desconocía el grado en que este componente aislado podía afectar negativamente a su desarrollo también durante los primeros meses.

Los efectos de la nicotina, independientemente de la forma de administración, son conocidos desde hace tiempo. Ya en el año 1998 un estudio presentado por T. A. Slotkin, y publicado en el The Journal Of Pharmacology and Experimental Theraputics (editado por la Asociación Americana de Farmacología y Terapias Experimentales), señalaba la asociación causal existente entre la exposición a la nicotina (por consumo de tabaco o utilización de parches de nicotina) y dificultades perinatales. Apuntaba entonces que la nicotina tiene como objetivo receptores de neurotransmisores específicos ubicados en el cerebro del feto, por lo que la presencia de la misma en el organismo genera anormalidades en la proliferación y diferenciación de las células que puede resultar en una reducción del número de las mismas y, eventualmente, en una actividad sináptica alterada. Estos efectos adversos implican, según el estudio, múltiples vías de transmisión e influyen, no sólo en aspectos del desarrollo temprano del feto, sin también en la competencia relacionada con la programación sináptica. Tras un prolongado período de aparente normalidad pueden hacerse visibles efectos relacionados con defectos cognitivos y de aprendizaje. Uno de los aspectos más curiosos que destacaba este estudio era el hecho de que, tras realizar pruebas con modelos animales, pudo apreciarse que la cocaína presentaba un grupo de efectos más restringido que los producidos por la nicotina.

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