A este respecto, insta a la Unión Europea a que actúe en interés de las familias, especialmente aquellas directamente afectadas por problemas de salud mental graves, garantizando así su representación y apoyo a nivel europeo y nacional:
1. Reconociendo el papel de la familia
Los miembros de la familia desempeñan un papel central en el cuidado de las personas con problemas de salud mental. Esto debe reconocerse en toda Europa, contemplando los Derechos de los miembros de la familia.
Para ello, es necesario:
– Reconocer el papel único de las familias como cuidadores que pueden necesitar atención.
– Permitir que los miembros de la familia se ayuden a sí mismos mientras cuidan a su familiar.
– Fomentar el respeto, reconociendo la carga de la atención, fomentando la creatividad y respetando los deseos personales de los miembros de la familia.
– Alentar la participación de las familias y los cuidadores familiares en las decisiones sobre el proceso de recuperación.
– Aumentar la participación de la familia en la investigación, tanto a la hora de determinar las prioridades y los pasos, como en el establecimiento de buenas prácticas.
– Permitir a las organizaciones de familiares participar en políticas de salud.
– Prestar atención a la convergencia entre la familia y la economía, lo que dará lugar a mejores oportunidades para desarrollar soluciones significativas.
2. Ayudando a empoderar a las familias
Garantizar que se escuche la voz de las familias y los cuidadores familiares, en términos de políticas y de decisiones relacionadas con el tratamiento y la atención, es un paso importante para reconocer y proteger los Derechos de las familias en toda Europa.
Empoderar a las familias implica:
– Proporcionarles la información necesaria y útil para garantizar que familias y cuidadores familiares puedan contribuir de manera eficaz al proceso de recuperación.
– Ofrecerles apoyo en función de sus necesidades.
– Darles voz en la toma de decisiones sobre los servicios prestados para la atención a la salud mental en la comunidad.
– Involucrar a las familias e involucrarse con ellas.
– Reducir el riesgo de depresión y agotamiento en los familiares.
– Proporcionando atención a la salud centrada en la familia.
3. Situando a la persona en el corazón de la salud mental
Las personas con problemas de salud mental graves deben ser atendidas en un entorno adecuado y recibir todos los Servicios Sociales y de Salud necesarios.
Cambiar el enfoque a la familia supone:
– Reconocer la diversidad: cada familia es diferente, y los miembros de la familia tienen el derecho de definir el papel que desean y pueden desempeñar, en términos de cuidar y apoyar a una persona con necesidades graves de salud mental.
– Asegurar que las familias y los cuidadores tengan una vida social plena y sean vistas como personas capaces de contribuir a la sociedad.
– Garantizar la igualdad de acceso a la atención sanitaria.
– Implementar un sistema legal que permita que las personas con problemas de salud mental graves reciban el tratamiento y el apoyo que necesitan.
– Alentar y apoyar los procesos de recuperación en Europa para ayudar a proporcionar habilidades, educación y oportunidades a las personas con problemas de salud mental.
– Brindar servicios dirigidos a las necesidades del individuo.
– Continuar con la desinstitucionalización y, al mismo tiempo, continuar con el desarrollo de servicios de atención basados en la comunidad, en la medida suficiente para que las familias puedan reanudar sus vidas normales, nuevamente como familias.
4. Abogando por la voz de las familias en la investigación
Para mejorar el apoyo disponible para las familias, se debe agregar su voz a los esfuerzos de investigación. Promover la investigación innovadora y asegurar que los resultados se obtengan desde la perspectiva de las familias y los cuidadores de familias se traducirá en un mejor apoyo para las familias en toda Europa. Esto supone:
– Analizar las causas de la discapacidad mental y el impacto que tiene en las familias europeas.
– Investigación centrada en la familia, relativa a los efectos de los problemas de salud mental graves en las personas, sus familias y la sociedad en general.
– Analizar los costes de los cuidados familiares.
– Investigar sobre buenas prácticas que se han implementado en países europeos, con el fin de adaptarlas y compartirlas para garantizar que los beneficios puedan replicarse en toda Europa.
5. Fomento del intercambio de experiencias personales en salud mental
Compartir la experiencia personal es esencial para mejorar el apoyo de las familias afectadas por problemas de salud mental. Aumentando la concienciación, se pueden destacar las contribuciones positivas que estas familias hacen a la sociedad europea, así como el impacto de los problemas de salud mental en la familia, y en las familias y los cuidadores en particular.
Esto implica:
– Permitir a las familias comunicar su propia experiencia.
– Solicitar grupos de apoyo entre iguales, apoyados por el Gobierno para las familias y asegurar que los compañeros sean compensados adecuadamente por su trabajo.
– Promover la educación y formación de iguales en la familia.
– Proporcionar apoyo económico a los cuidadores familiares y cuidadores.