Si bien los/as profesionales que trabajan en violencia de género (en su mayoría psicólogos/as) son conscientes de la necesidad del autocuidado y manifiestan unos altos niveles en todas las dimensiones del mismo, ello no parece ser suficiente para minorar los niveles de distrés psicológico: un 59,9% de los y las profesionales está en umbrales que se consideran de riesgo para su salud mental.
Esta es una de las principales conclusiones de un estudio desarrollado por la Asociación Columbares, en colaboración con el Grupo de Investigación de Psicología Social Aplicada (GIPSA) y con la Unidad de Género del Servicio de Psicología Aplicada (SEPA) de la Universidad de Murcia, cuyo objetivo es evaluar el autocuidado y los niveles de bienestar emocional en profesionales que trabajan con mujeres que sufren violencia de género.
Con esta finalidad, han llevado a cabo una exhaustiva investigación a nivel nacional, explorando los factores específicos que genera el trabajar con estas mujeres y analizando el desgaste emocional que esto provoca. Asimismo, evalúa la diferencia con otros perfiles profesionales que, a su vez, trabajan en otros ámbitos de la intervención social.
Los y las profesionales que trabajan en violencia de género revelan que no se sienten cuidados/as por sus instituciones
Tal y como señalan sus autores, para llevar a cabo el estudio, se ha contado con una muestra de 680 profesionales de toda España, en su mayoría mujeres (89% mujeres y 11% hombres), “como es habitual en el tercer sector, dado el sesgo de género en las profesiones vinculadas al cuidado”. La edad media de los y las participantes es de 41 años (entre 21 y 70), con una amplia experiencia laboral, en su mayoría psicólogos/as (33,3%), seguido de trabajadores/as sociales (19,8%), educadores/as sociales (10,9%), abogados/as (8,1%) y profesionales que trabajan con violencia de género y otras problemáticas (15,7%).
Un 55% de estos y estas profesionales trabajan específicamente en el ámbito de la violencia de género. Aunque la atención en violencia se realiza mayoritariamente desde el sector público (el 53,6%), un 33,3% de desarrolla su labor en el ámbito de las organizaciones sin ánimo de lucro, mientras que, un pequeño porcentaje, mantiene su desarrollo profesional en ambos ámbitos (el 13,3%).
Las conclusiones del estudio se estructuran en función de tres ejes principales: la percepción que tienen las y los profesionales del cuidado que reciben por parte de sus organizaciones, el grado de satisfacción de los trabajadores y el indicador de salud psicológica.
Con respecto a la percepción de cuidado, los datos revelan que los/as profesionales no se sienten cuidados/as por sus instituciones, especialmente, en el caso de quienes trabajan en el ámbito público. En relación con el ámbito laboral, esta percepción es mayor entre aquellos/as que no trabajan en violencia de género.
La salud psicológica del 59,9% de estos/as profesionales está en riesgo
Por otro lado, se observa que la satisfacción de los/as participantes con el equipo de trabajo es elevada, con una media de 4, y un 35% afirmando estar muy satisfechos/as con sus equipos. En función del sector, tanto en el público como en el privado “los equipos son una parte muy valorada en el desempeño profesional”.
En relación con el indicador de salud psicológica o el grado de distrés psicológico, los datos muestran que un 59,9% de los/as profesionales se encuentra “en umbrales que se consideran de riesgo”, principalmente (en riesgo medio y alto), aquellos/as que trabajan en el ámbito de violencia de género. Para los autores del estudio, “esto debe ser tenido muy en cuenta tanto por los responsables de los organismos públicos como de las entidades privadas”.
Como determinante del distrés psicológico, el informe destaca el rol fundamental del autocuidado, compuesto por cinco dimensiones (a saber, apoyo y desarrollo profesional, conciencia emocional y equilibrio vital y diario). En este sentido, todas las valoraciones de los/as profesionales son altas, destacando “que lo más difícil de conseguir por ellos y ellas es el equilibrio diario”. A este respecto, los autores del estudio manifiestan que, a pesar de que los y las profesionales son conscientes de la necesidad del autocuidado, revelando tener altos niveles en todas las dimensiones del mismo, “ello no parece ser suficiente para minorar los niveles de distrés psicológico”.
Se puede acceder al informe completo desde la página Web de Columbares o bien directamente aquí:Resultados de la investigación sobre autocuidado de profesionales en violencia de género