El apoyo social aumenta la resiliencia y el afecto en las personas ucranianas afectadas por la guerra y que no se han desplazado como refugiadas, en comparación con aquellas que sí lo han hecho. La resiliencia se identifica como un factor dinámico y potencialmente mediador, siendo crucial también el papel potencial del apoyo familiar para amortiguar la angustia.
Estas son algunas de las principales conclusiones recogidas en un estudio publicado en la revista Psicothema, y llevado a cabo por los/as investigadores/as Carmen Moret-Tatay, Iryna Zharova, Alex Cloquell, Marcelino Pérez-Bermejo y Francisco Arteaga, de la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir, junto con Mike Murphy, de la Universidad de Cork (Irlanda), con el objetivo de analizar el impacto del apoyo social en la resiliencia y en el afecto entre individuos ucranianos afectados por la guerra (personas no desplazadas como refugiados), un año después del inicio del conflicto entre Rusia y Ucrania.
Tal y como señalan los autores, la evidencia destaca los daños físicos y psicológicos que pueden generar la guerra y los conflictos, así como los desastres naturales, tanto a las personas como a las comunidades. Bien es cierto que algunas personas y comunidades son capaces de recuperarse de forma más rápida y eficaz que otras. Esto se conoce como resiliencia, definida como “la capacidad de adaptarse y recuperarse ante la adversidad”. No obstante, la resiliencia no suele ser un rasgo fijo, sino, más bien, una característica dinámica sobre la que influyen diversos factores, como el apoyo social o las características personales, entre otros.
Fuente: freepik. Foto: freepik. Fecha: 24/01/24
De acuerdo con las diversas investigaciones, el apoyo social puede amortiguar los efectos negativos del estrés y del trauma, y puede facilitar la recuperación. Concretamente, el apoyo social de la familia, los amigos y los miembros de la comunidad puede desempeñar un rol fundamental en la promoción de la resiliencia. Asimismo, el acceso a recursos como las ayudas económicas, la atención sanitaria y el transporte pueden promover la resiliencia en las personas y las comunidades afectadas por desastres naturales y conflictos bélicos.
Además, según la literatura al respecto, la resiliencia, el afecto positivo y negativo, así como el apoyo social, son constructos correlacionados. En este sentido, las personas con altos niveles de resiliencia tienen más probabilidades de experimentar afecto positivo y buscar apoyo social en momentos de estrés o adversidad, mientras que las personas con baja resiliencia pueden experimentar más afecto negativo y tener dificultades para buscar y recibir apoyo social.
En el caso de los refugiados y las personas afectadas por la guerra, su situación es potencialmente estresante, debido a la adversidad significativa por la que atraviesan (por ej., perder sus hogares, a sus seres queridos, estar separados de sus familias, experimentar violencia y trauma, etc.). No obstante, pese a enfrentar desafíos de esta magnitud, los estudios han evidenciado que muchas personas en esta situación tienen la capacidad de demostrar resiliencia, lo que conlleva resultados positivos y les ayuda en su recuperación.
La resiliencia es especialmente crucial para las personas afectadas por la guerra y los desplazamientos
De igual modo, la resiliencia es especialmente crucial para las personas afectadas por la guerra y el desplazamiento, ya que “puede facilitar el desarrollo de mecanismos de afrontamiento positivos y brindar un apoyo esencial para la salud mental y el bienestar general”. Puede facilitar también resultados positivos, como la integración exitosa en nuevas comunidades y un mayor apoyo social, lo que aumenta los recursos.
En este contexto, los autores consideran interesante examinar las diferencias entre los refugiados de conflictos y las personas no desplazadas, teniendo en cuenta que la bibliografía parece señalar que, al llegar al país de acogida, los refugiados tienden a soportar una pesada carga de problemas de salud mental. Por el contrario, los ucranianos no desplazados parecen mostrar altos niveles de resiliencia frente a la anexión rusa de Crimea en 2014, así como a la invasión rusa más amplia en 2022.
El presente estudio, subraya los beneficios del apoyo social en tiempos de guerra, demostrándose que puede ayudar a las personas a afrontar la angustia psicológica y el trauma que pueden surgir al experimentar eventos relacionados con la guerra. Los estudios también han destacado que el apoyo social puede mejorar la resiliencia, la capacidad de adaptarse y recuperarse de experiencias traumáticas. Durante tiempos de guerra, el apoyo social puede mejorar el sentido de comunidad y pertenencia, algo esencial para contrarrestar el aislamiento y la desconexión que pueden experimentar quienes viven este tipo de situaciones. Esta sensación de conexión puede promover sentimientos de esperanza y optimismo, e incluso mejorar los resultados de salud física.
Las personas afectadas por el conflicto en Ucrania enfrentan diferentes obstáculos para su salud mental y la resiliencia
Específicamente, en el caso del conflicto bélico de Rusia con Ucrania, se estima que ha habido más de 5 millones de desplazados internos y más de 8 millones de desplazamientos a Europa. De estos últimos, 4,8 millones han sido desplazamientos de personas en virtud de mecanismos de protección temporal o sistemas de protección nacionales, según ACNUR.
De acuerdo con los autores del presente estudio, la evidencia indica que “las personas afectadas por el conflicto en Ucrania enfrentan diferentes obstáculos para la salud mental y la resiliencia, como estar expuestas a la violencia y el trauma, experimentar una pérdida de redes de apoyo social y encontrar barreras para acceder a los recursos”.
Cabe señalar que, a la hora de emprender este tipo de investigaciones, es fundamental garantizar las buenas características psicométricas de los instrumentos de evaluación en la población de estudio. En este sentido, destacan una serie de cuestionarios traducidos para la población ucraniana y que, a su juicio, pueden ser de gran utilidad para comprender cómo el apoyo social impacta la salud mental y la resiliencia dentro de este contexto específico. Estas herramientas son: la Escala Breve de Afrontamiento Resiliente (BRCS) (que evalúa la capacidad de un individuo para recuperarse del estrés y la adversidad); la Escala Multidimensional de Apoyo Social Percibido, o el MSPSS (utilizado en una variedad de poblaciones, incluidos refugiados e individuos afectados por la guerra).
Los resultados revelan niveles más altos de afecto positivo y negativo en el grupo de personas no desplazadas, en comparación con aquellas refugiadas
El presente estudio parte de la hipótesis de que la resiliencia, el afecto y el apoyo social son constructos interrelacionados en tiempos de adversidad; es decir, que “el apoyo social actúa como una variable que fomenta la resiliencia, promoviendo un mejor afecto positivo, tanto para las personas no desplazadas como para los refugiados durante el conflicto de Ucrania”. Los autores se han planteado tres objetivos: (1) revisar las propiedades psicométricas de BRCS y el MSPSS para la población ucraniana, (2) evaluar las diferencias entre refugiados y ucranianos no desplazados en cuanto a resiliencia, apoyo social y afecto positivo y negativo, y (3) analizar las interrelaciones de la resiliencia, el apoyo social y el afecto positivo y negativo durante un conflicto político-militar.
Para tal fin, han contado con una muestra de 344 participantes, categorizados en dos grupos: personas no desplazadas y refugiadas. Las medidas han incluido la Escala de Experiencias Positivas y Negativas (SPANE), la Escala Breve de Afrontamiento Resiliente (BRCS) y la Escala Multidimensional de Apoyo Social Percibido (MSPSS), realizando una rigurosa retrotraducción en la BRCS y la MSPSS, para garantizar la solidez de sus propiedades psicométricas.
Los resultados indican que las adaptaciones realizadas a los cuestionarios son precisas, mostrando un buen ajuste. En cuanto a las diferencias entre refugiados y ucranianos no desplazados con respecto a la resiliencia, el apoyo social y el afecto (positivo y negativo), se observan niveles más altos de afecto positivo y negativo en el grupo de personas no desplazadas, en comparación con aquellas refugiadas (cuyas puntuaciones son significativamente más bajas).
En el contexto de la guerra, el apoyo social desempeña un papel clave en la configuración de las experiencias emocionales de las personas
Los autores recuerdan aquí que el afecto positivo abarca las emociones asociadas con el bienestar emocional, la felicidad, la satisfacción y la alegría, mientras que el afecto negativo comprende sentimientos de tristeza, miedo, ansiedad, ira y preocupación. Así, las personas que no se han desplazado por la guerra pueden experimentar un afecto más positivo, puesto que “no han estado sujetas a las experiencias traumáticas extremas relacionadas con la violencia y el conflicto que pueden haber experimentado los refugiados”. Sin embargo, cabe señalar que esto no implica que las personas no afectadas por el desplazamiento no experimenten emociones negativas en su vida diaria.
En el contexto de la guerra, el apoyo social desempeña un papel crucial en la configuración de las experiencias emocionales de las personas. Por un lado, recibir apoyo de su comunidad puede generar un aumento de las emociones positivas, facilitado por un sentido de solidaridad. Esto coincide con los hallazgos del presente estudio, relacionados con las personas significativas. Además, sobrevivir a situaciones peligrosas también puede evocar emociones positivas. No obstante, los autores señalan que la variable del afecto negativo no está controlada en este estudio, lo que representa una limitación significativa.
No se han encontrado diferencias significativas entre los grupos de participantes en relación con sus niveles de apoyo social de familiares y amigos, ni tampoco en términos de niveles de resiliencia. Para los autores, este resultado va en línea con las investigaciones existentes sobre el tema, que han destacado hallazgos inconsistentes en los estudios. La literatura previa sugiere que la resiliencia no está necesariamente vinculada al estado de desplazamiento, lo que implica que, tanto los refugiados como los individuos no desplazados tienen la capacidad de exhibir niveles similares de resiliencia.
Se respalda también una visión dinámica de la resiliencia, en la que influyen factores como el apoyo social
Los datos revelan una interconexión entre las tres variables estudiadas, dado que el apoyo social predice tanto la resiliencia como el afecto, y la resiliencia predice el afecto. Para los autores, esto sugiere “que el apoyo social opera en varias dimensiones, confirmando así su naturaleza multidimensional”. Se respalda también una visión dinámica de la resiliencia, influenciada por factores como el apoyo social.
Si bien las personas significativas no influyen de manera única en el apoyo social, la familia predice tanto el afecto positivo como el negativo (de hecho, la subescala ‘familia’ de la MSPSS es el predictor más influyente del afecto), mientras que los amigos solo predicen el afecto positivo. Los resultados sugieren una asociación positiva entre el apoyo social y el afecto positivo, así como una asociación negativa con el afecto negativo, mediando la resiliencia en esta relación. Esto pone de relieve el papel potencial del apoyo familiar para amortiguar la angustia. Según sugieren los autores aquí, las investigaciones futuras deberían explorar más a fondo las variables subyacentes del vínculo familiar y el apoyo social.
Se puede acceder al estudio completo desde la revista Psicothema o bien directamente a través del siguiente enlace:
Moret-Tatay, M., Zharova, I., Cloquell, A., Pérez-Bermejo, M., Murphy, M., & Arteaga, F. (2025). Social Support Increases Resilience and Affect in Non-Displaced Ukrainians and Refugees After a Year of War. Psicothema, 37(1), 21-31. https://doi.org/10.70478/psicothema.2025.37.03