El Consejo de la UE insta a la Comisión Europea a mantener la salud mental como prioridad
03 Jul 2024

El pasado 21 de junio de 2024, los ministros de Salud, Asuntos Sociales y Empleo del Consejo de la Unión Europea, aprobaron unas Conclusiones sobre el futuro de la Unión Europea de la Salud, en las que instan a la Comisión Europea a mantener la salud, incluida la salud mental, como una prioridad durante su próximo mandato de cinco años.

A este respecto, la organización Mental Health Europe ha manifestado su apoyo al Consejo en este llamamiento, tal y como ya puso de relieve en su Manifiesto por la salud mental, un documento a través del cual recogía una serie de orientaciones para el próximo mandato y agendas de los órganos de la Unión Europea (UE), para el período 2024-2029. 

Como ya informó Infocop en su momento, con la finalidad de contribuir a “una Europa donde la salud mental y el bienestar prosperen para todos y todas”, MHE describía en su Manifiesto las principales prioridades y recomendaciones para el próximo mandato de la UE, con un enfoque en los derechos humanos, el modelo psicológico y social, los servicios accesibles, la creación conjunta y la lucha contra el estigma.

salud mental como prioridad

Fuente: pexels. Foto: Tara Winstead. Fecha: 28/06/24

Tras la aprobación de las Conclusiones del Consejo de la Unión Europea, Mental Health Europe ha expresado su beneplácito ante el hecho de que “el acceso a la atención sanitaria y a la prevención se presente primero como un derecho fundamental y después como una condición previa para el buen funcionamiento de nuestra sociedad y nuestra economía”. Las Conclusiones establecen claramente que la salud mental es un aspecto clave del bienestar e impacta a una variedad de sectores, tanto social como económicamente.

Asimismo, la organización elogia el llamamiento a abordar las enfermedades no transmisibles de manera intersectorial y holística, con una referencia explícita a la necesidad de fortalecer las políticas de la UE sobre promoción de la salud, incluida la salud mental.

Acoge con satisfacción también la referencia que se hace a los determinantes socioeconómicos y comerciales de la salud, además de los estilos de vida saludables, y el reconocimiento de la necesidad de mantener la salud mental del personal sanitario, así como la recomendación de mantener el nexo entre la investigación, la innovación, las políticas y los instrumentos de financiación.

Tal y como señala MHE, las Conclusiones subrayan la urgencia de abordar las necesidades de salud insatisfechas y exigen una base de datos independiente de evidencia de necesidades, que pueda ayudar a abordar las necesidades prioritarias en las políticas de atención sanitaria e innovación, afirmando que «este marco debería ser desarrollado por investigadores independientes, teniendo en cuenta las aportaciones de las partes interesadas, incluidas ciudadanos, pacientes, proveedores de atención médica, responsables políticos y desarrolladores».

Con respecto a la importancia de la evidencia científica independiente, la organización recomienda que el marco se cree de forma conjunta con todas las diferentes partes interesadas, es decir, que su contribución sea de igual valor.

Sin embargo, señala una serie de áreas donde las Conclusiones deberían ser más sólidas:

  • No dejar a nadie atrás. Las Conclusiones subrayan que el cambio climático conduce a mayores riesgos de enfermedades transmisibles y no transmisibles, creando nuevas vulnerabilidades y exacerbando las desigualdades existentes al afectar desproporcionadamente a los grupos de población vulnerables. Esto es válido también para otros desafíos, como la digitalización. Esta necesidad de no dejar a nadie atrás (claramente establecida como objetivo en la Comunicación sobre un enfoque integral de la salud mental) podría haber sido más fuerte.
  • Conflicto de intereses. En relación con el intercambio de datos en la atención sanitaria, el Consejo considera crucial que los ciudadanos tengan transparencia sobre el uso de su información personal de salud, garantizando la protección y la seguridad, así como creando conciencia para fomentar la confianza y fomentar el intercambio de datos para el bien común. MHE insiste en la necesidad de garantizar que el intercambio de datos sea por el bien común y no por intereses comerciales.
  • Digitalización e impacto negativo en la salud mental. Las Conclusiones destacan las oportunidades que brinda la digitalización, pero también hacen referencia a complejos desafíos éticos y sociales que requieren una acción coordinada a nivel nacional, europeo e internacional. Mental Health Europe insta a que haya un marco de derechos humanos basado en la cocreación, como ‘brújula’ para resolver cualquier dilema actual o futuro.
  • En su texto, el Consejo invita a la Comisión Europea a considerar el modo en que se pueden abordar los efectos negativos que tienen para la salud física y mental de los niños y niñas, el uso extendido de las redes sociales y las tecnologías basadas en pantallas, con el fin de mejorar su bienestar. Sin embargo, aunque existe cierto consenso en torno a la necesidad de prevenir impactos negativos en la salud mental infanto-juvenil, MHE enfatiza que “esto no está simplemente relacionado con el tiempo que se pasa en las redes sociales, sino con el diseño mismo de estas plataformas (y, en última instancia, con su modelo de negocio)”. Así lo afirma la Ley de Servicios Digitales, una legislación reciente que reconoce ciertos riesgos sistémicos derivados del diseño o funcionamiento del servicio y los sistemas, incluidos los sistemas algorítmicos, que, por ejemplo, pueden causar comportamientos adictivos.

Mental Health Europe manifiesta su apoyo a la implementación de estas Conclusiones y su compromiso para garantizar “que la salud mental siga siendo el centro de atención durante los próximos cinco años y más allá”.

Fuente: Mental Health Europe

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