¿La terapia cognitivo-conductual (TCC) tradicional es más o menos eficaz que la TCC basada en la exposición para la fibromialgia? Esta fue la pregunta de investigación de un ensayo controlado aleatorizado publicado en la revista Pain.
La fibromialgia
La fibromialgia es una enfermedad crónica que se caracteriza principalmente por dolor musculoesquelético difuso y fatiga persistente. Se considera un trastorno de dolor central, lo que significa que involucra una sensibilización anormal del sistema nervioso central. Esto da lugar a una amplificación del dolor y a una respuesta anormal a los estímulos dolorosos.
Los síntomas típicos de la fibromialgia incluyen dolor generalizado en músculos, ligamentos y tendones, fatiga extrema, trastornos del sueño, como insomnio o sueño no reparador, rigidez matutina, problemas de memoria y concentración (también conocidos como «fibro niebla»), así como otros síntomas como dolores de cabeza, problemas digestivos y sensibilidad extrema a la luz, el sonido y los olores. A menudo, la enfermedad coexiste con otras condiciones médicas como el síndrome del intestino irritable, la migraña, el síndrome de fatiga crónica, la depresión y la ansiedad.
Aunque la causa exacta de la fibromialgia no está completamente comprendida, se cree que involucra una combinación de factores genéticos, ambientales y psicológicos. No existe una cura definitiva para la fibromialgia, pero el tratamiento se centra en aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente. Esto puede incluir medicamentos, terapias físicas y ocupacionales, así como enfoques psicológicos como la terapia cognitivo-conductual y el manejo del estrés.
El papel de la TCC en la fibromialgia
Según explican los autores, los tratamientos farmacológicos han mostrado en su mayoría efectos modestos en el alivio de síntomas en estos pacientes. Por este motivo, las guías de práctica recomendada promueven el uso de intervenciones no farmacológicas, incluidos los tratamientos psicológicos.
A este respecto, los autores mencionan la terapia cognitivo-conductual tradicional (T-CBT) como el tratamiento psicológico de referencia para la fibromialgia. Esta terapia, que se ha evaluado en numerosos ensayos controlados aleatorizados, se centra en enseñar estrategias de afrontamiento para manejar el dolor, con el objetivo de obtener efectos beneficiosos en el estado de ánimo y la calidad de vida. El artículo explica que, aunque la T-CBT ha mostrado efectos pequeños en comparación con las condiciones de control, existe la necesidad de realizar más ensayos de alta calidad que comparen la T-CBT con otros tratamientos activos para avanzar en el campo y aprender cómo alcanzar un mayor éxito en la intervención.
Según afirman los autores, existen modalidades de la TCC más recientes que están mostrando resultados prometedores como la terapia cognitivo-conductual basada en la exposición. Esta terapia se enfoca en reducir la evitación conductual, un predictor importante de la cronicidad del dolor. Es decir, la TCC basada en exposición implica que el participante se acerque sistemática y repetidamente a situaciones, actividades y estímulos que el paciente ha evitado previamente porque las experiencias están asociadas con dolor, malestar psicológico o síntomas como fatiga y problemas cognitivos. En contraposición, en la TCC tradicional, al participante se le presentan varias estrategias diferentes para trabajar durante el tratamiento, como relajación, planificación de actividades, ejercicio físico o estrategias para gestionar los pensamientos negativos y mejorar el sueño.
Metodología
Con el objetivo de comparar la eficacia de esta nueva modalidad de TCC basada en la exposición frente a la TCC tradicional, los investigadores llevaron a cabo un ensayo controlado aleatorizado. En el estudio participaron 274 pacientes con fibromialgia que fueron asignados a cada una de las condiciones de tratamiento. Se evaluó la eficacia de ambas intervenciones en el postratamiento y a los 6 y 12 meses tras finalizar el tratamiento. Los tratamientos se realizaron íntegramente online, con una duración de 10 semanas, y todos los participantes tuvieron contacto regular con su terapeuta.
Ambas terapias psicológicas son eficaces
Según los resultados del estudio, ambas terapias mostraron una reducción marcada en la gravedad de los síntomas, con efectos moderados a grandes. Así, no hubo una diferencia significativa en la reducción del impacto de la fibromialgia entre los dos tipos de terapia. Es decir, ambas modalidades resultaron ser igualmente de eficaces. En concreto, al finalizar el tratamiento, el 60% de los que recibieron TCC basada en exposición y el 59% de los que recibieron TCC tradicional informaron de una reducción significativa de los síntomas y del deterioro funcional asociado. Asimismo, los efectos positivos de ambas terapias se mantuvieron hasta 12 meses después del tratamiento, lo que apoya su eficacia a largo plazo.
En conclusión, de acuerdo con los autores, ambas formas de terapia cognitivo-conductual son, por tanto, eficaces en el tratamiento de la fibromialgia. El estudio demuestra, además, que pueden ser aplicadas con éxito en modalidad online. Los resultados confirman, así, los beneficios de las intervenciones psicológicas, y, en concreto, la TCC en el abordaje de pacientes con fibromialgia.
Fuente:
Hedman-Lagerlöf, M., Gasslander, N., Hoffmann, A. A., Bragesjö, M., Etzell, A., Ezra, S., … & Axelsson, E. (2022). Effect of exposure-based vs traditional cognitive behavior therapy for fibromyalgia: a two-site single-blind randomized controlled trial. Pain, 10-1097.