Directrices para la identificación de grupos de suicidio
11 Mar 2024

Los grupos de suicidio son eventos en los que múltiples personas mueren por suicidio en un período de tiempo relativamente corto y en un área geográfica específica. Este tipo de sucesos son raros en comparación con los suicidios individuales. No obstante, los grupos de suicidio pueden tener un impacto significativo en las comunidades donde ocurren debido a su alta visibilidad y al efecto en la salud mental y el bienestar de la población. Así lo establece el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU. en informe publicado al respecto.

Es importante destacar que los grupos de suicidio pueden presentar desafíos únicos para las comunidades. En este sentido, pueden generar un duelo prolongado, miedo y ansiedad sobre futuras muertes. Asimismo, pueden ser objeto de una atención mediática considerable, lo que puede contribuir a la sensación de malestar y desesperación en la comunidad. Por lo tanto, la identificación y comprensión de los grupos de suicidio, así como la respuesta adecuada a ellos, son aspectos cruciales de la prevención del suicidio y del apoyo a las comunidades afectadas.

Según se expone en el documento, los grupos de suicidio se dividen en grupos puntuales y grupos masivos, afectando a diversas poblaciones y entornos, como pacientes psiquiátricos hospitalizados, adolescentes y adultos jóvenes, escuelas, reclusos y comunidades marginadas.

Fuente: Pexels. Autor: Min An. Fecha: 05/03/2024

De acuerdo con los expertos, aunque las causas de los grupos de suicidio no se comprenden completamente, pueden relacionarse con procesos de contagio. Esto implica que la exposición al suicidio influye en otros para intentar suicidarse. En este sentido, la guía señala que los medios de comunicación desempeñan un papel crucial. Una cobertura irresponsable de un caso de suicidio puede aumentar el riesgo de suicidio en otras personas. Por el contrario, la información responsable puede ser protectora y contribuir positivamente a los esfuerzos de prevención.

La guía señala la necesidad de reforzar las buenas prácticas para informar sobre el suicidio en los medios de comunicación. Estas buenas prácticas incluyen tratar el suicidio como un problema de salud pública, proporcionar recursos y señales de advertencia, utilizar un lenguaje adecuado y ofrecer información de expertos en prevención del suicidio y salud mental. Estas prácticas pueden ayudar a educar al público sobre estrategias de afrontamiento y tratamiento. Esta información proporciona esperanza y recursos a aquellos que lo necesitan, sugiere el texto.

Debido a la gravedad del problema, determinar e identificar los posibles grupos de suicidio es fundamental para la prevención. Por este motivo, el CDC ha delineado una serie de pasos para evaluar e investigar grupos sospechosos de suicidio, así como un conjunto de recomendaciones para responder a ellos.

Según se recoge en la guía, para elaborar un plan de respuesta eficaz, se debe realizar una evaluación preliminar, una evaluación formal del grupo sospechoso y un plan de investigación para identificar similitudes entre los casos.

La evaluación preliminar

La recopilación inicial de información debe abarcar una variedad de aspectos. Entre otros, los tipos de casos (intentos de suicidio o fallecimientos), las ubicaciones geográficas y físicas de los eventos y las conexiones entre los casos. Asimismo, es necesario delimitar las características demográficas y los factores de riesgo o circunstancias desencadenantes, como problemas de salud mental o exposición a intentos previos de suicidio o suicidios. Posteriormente, se debe convocar a un comité de expertos para examinar el grupo en cuestión y determinar si es necesario realizar una evaluación formal.

La evaluación formal

Según las directrices del CDC, la evaluación formal implica definir claramente los casos. Para ello, también es necesario establecer el marco temporal en el que ocurrieron, identificar fuentes de datos relevantes y, en última instancia, decidir si se requiere una investigación adicional.

El plan de investigación

El tercer paso implica la creación e implementación de un plan de investigación. Este plan podría incluir revisar la literatura existente sobre grupos de suicidio, recolectar datos cualitativos mediante entrevistas en profundidad o grupos focales con personas vinculadas a los casos, identificar un grupo de comparación y comparar distribuciones de datos epidemiológicos entre casos recientes y anteriores, sugiere la guía.

El informe final

Finalmente, según el texto, se debe elaborar un informe detallado que describa los procedimientos seguidos, los hallazgos obtenidos y las recomendaciones propuestas. Este informe debe reflejar tanto la cultura como el contexto específico de la comunidad, así como las decisiones tomadas en cada etapa del proceso. Estos hallazgos pueden servir como base para desarrollar un plan de respuesta comunitaria destinado a prevenir futuros suicidios.

En definitiva, el CDC alerta de la necesidad de prestar atención al riesgo de contagio de la conducta suicida en determinadas comunidades o grupos. Para ello, se requiere establecer un plan de respuesta eficaz que requiere necesariamente una adecuada evaluación.

Fuente:

Trinh E, et al. (2024). CDC guidance for community assessment and investigation of suspected suicide clusters, United States, 2024. MMWR; DOI: 10.15585/mmwr.su7302a2.

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