El consumo de pornografía por parte de menores crea expectativas irreales y creencias erróneas sobre la sexualidad, normaliza y favorece la violencia sexual, y fomenta el aislamiento y la disminución de actividades sociales.
Estas son algunas de las graves consecuencias derivadas del consumo de pornografía por parte de niños/as y adolescentes, recogidas en un decálogo publicado por la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), la ONG “Dale una vuelta” y la Fundación del Colegio Oficial de Psicología de Madrid, a través del cual ponen de relieve el impacto negativo que conlleva esta conducta en dicha población de edad.
Entre las múltiples consecuencias negativas, el documento destaca cómo el visionado de este tipo de material afecta a la corteza prefrontal, sistema de recompensa, neuronas espejo y diferentes áreas en relación con el control de los impulsos y la toma de decisiones. Se relaciona también con problemas de rendimiento académico, asociándose con un deterioro en la capacidad de atención, memoria procedimental y en la capacidad de organización y planificación.
Fuente: freepik. Foto: freepik. Fecha: 01/10/24
Tal y como advierte el decálogo, el uso esporádico de pornografía puede llegar a generar un comportamiento adictivo en niños/as y adolescentes, caracterizado por tolerancia, dependencia, falta de control, abstinencia, regulación disfuncional de las emociones con la pornografía, conflictos en diferentes áreas de la vida y necesidad de consumo frecuente, favoreciendo, a su vez, el aislamiento y la reducción de actividades sociales en adolescentes.
El acceso a pornografía como fuente de aprendizaje por parte de los menores se relaciona con la desinformación en cuestión de sexualidad y con un incremento de estereotipos de género, con la normalización del sexismo y la imitación de prácticas, creencias y actitudes violentas en la sexualidad, así como con conductas de abuso físico y verbal en relaciones de pareja.
Otra de las graves consecuencias es el aumento de conductas sexuales de riesgo -tales como el uso irresponsable del preservativo, la búsqueda de relaciones sexuales bajo los efectos de sustancias o el consumo de prostitución-, relacionándose asimismo con la promiscuidad sexual, infidelidad, un mayor número de parejas sexuales y una iniciación temprana en el sexo.
Se puede acceder directamente al decálogo a través del siguiente enlace: