Los niños y niñas se dan cuenta de todo cuanto sucede a su alrededor, de modo que, cuando pierden a un ser querido, son conscientes de dicha pérdida y es normal que elaboren un proceso de duelo con unas emociones intensas, si bien con características diferentes al duelo en los adultos. Así lo afirma la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA), en su cuento “La hora del cuco”, un recurso para que padres y madres puedan abordar el proceso de duelo en los hijos e hijas en este tipo de situaciones.
Esta nueva versión actualizada constituye un instrumento lúdico para promover un entorno afectivo y de comunicación cálido y positivo que fortalezca el vínculo con ellos, potenciando así su desarrollo afectivo y personal.
Tal y como lo define la CEAPA, el duelo es el proceso emocional por el que pasa una persona tras la pérdida de un ser querido, “que implica una elaboración personal de aceptación de la realidad, expresión del duelo y adaptación a una nueva situación”. Los niños y las niñas se dan cuenta de todo lo que sucede a su alrededor, por lo que son conscientes de esta pérdida, y es normal que elaboren un proceso de duelo con unas emociones intensas, si bien con características diferentes al que elaboran las personas adultas. En este sentido, los y las menores presentan más dificultad a la hora de verbalizar sus sentimientos, de modo que manifiestan su dolor a través de la conducta y el cuerpo, por ejemplo, con cambios de humor, de comportamiento, de hábitos de alimentación y de sueño, dificultades de atención, bajo rendimiento escolar, etc.
Foto: freepik. Fuente: freepik. Fecha: 17/01/24
Es fundamental el rol de padres y las madres para acompañar a los niños en su proceso de duelo
No obstante, la Confederación recuerda que, “cuando los/as niñas/as realizan un duelo adecuado, se adaptan más rápidamente a la realidad y pueden disfrutar antes de los juegos, sus amistades, etc.”
Dado que los y las menores se encuentran en proceso de desarrollo, no suelen contar con los recursos y las capacidades cognitivas y emocionales necesarias para elaborar y hacer frente a una pérdida, siendo fundamental aquí el rol de los padres y las madres, para comprenderlos y acompañarlos en su proceso de duelo, evitando así que esta vivencia les deje vulnerables y perjudique su desarrollo, y facilitando que se desarrollen de forma positiva, adquiriendo recursos para hacer frente a futuras situaciones.
Teniendo en cuenta que la intensidad y duración del duelo depende de múltiples factores -como el vínculo con la persona fallecida, la edad y el momento evolutivo, el tipo de muerte, las actitudes de los adultos, etc.-, la CEAPA recoge en su documento una serie de pautas para ayudar a los hijos e hijas a elaborar su duelo, entre ellas, las siguientes:
- Proporcionarles información veraz, sencilla y honesta sobre lo que ha pasado, teniendo en cuenta su edad, momento evolutivo y sus capacidades cognitivas y emocionales, y ofrecerles la oportunidad de preguntar y expresar sus dudas.
- Es clave explicar que la muerte tiene una razón física, que es universal, irreversible y que implica el fin de las funciones vitales, de modo que no se volverá a ver a esa persona, aunque pueda estar en su corazón y recuerdos.
Es crucial ofrecerles seguridad y protección y promover un entorno cálido, cercano, receptivo, empático y de aceptación
- Toda esta información puede ayudarles a conceptualizar el significado de la muerte y a comprender lo ocurrido, evitando así la elaboración de fantasías en torno a lo que perciben a su alrededor, y que en la mayoría de los casos suelen ser peor que la realidad y generan mayor angustia y confusión.
- Los niños y niñas tienden a sentirse culpables, pensando que algo que pensaron, dijeron o hicieron pudo causar la muerte, por lo que es especialmente importante aclararles que no tienen la culpa y tranquilizarles indicándoles la causa física.
- Dado que se pueden sentir más asustados y vulnerables, es esencial ofrecerles seguridad, protección y una dedicación especial, siendo especialmente importantes la contención y el acompañamiento emocional, así como muestras físicas de cariño.
- En estos casos suele ser frecuente que sientan rabia, enfado, ansiedad, miedo, tristeza, e incluso sentirse abandonados. Por ello, es crucial promover un entorno cálido, cercano, receptivo, empático, y de aceptación que les ayude a identificar y expresar lo que les pasa, sus emociones, temores y dudas.
- Es fundamental también, que padres y madres sirvan de modelo expresando con ellos sus sentimientos, ayudándoles de este modo a identificar y expresar los suyos. En la comprensión y la elaboración del duelo puede ser de utilidad el uso de recursos como el juego, el dibujo o los cuentos. En caso de que no quieran compartir sus sentimientos, es esencial respetarlo y hacerles saber que están ahí siempre que lo necesiten.
Es recomendable incluir a los niños y niñas en el proceso de duelo familiar
- Se recomienda incluirles en el proceso de duelo familiar, sin apartarlos del mismo con el propósito de protegerles. A modo de ejemplo, a partir de los 6-7 años, hacerles partícipes de los ritos funerarios, puede ayudarles a situar la realidad de la pérdida en un tiempo y espacio concreto, brindándoles la oportunidad de sentirse incluidos/as en proceso de duelo familiar y de recibir el apoyo social.
- Restablecer la rutina y su vida cotidiana lo antes posible (colegio, amistades, juegos, etc.) para ayudarles a conseguir su estabilidad, evitando que coincida con otros posibles cambios.
El documento finaliza con un listado de cuestiones y preguntas sobre el cuento, para promover la reflexión y el diálogo conjunto, de cara a facilitar un proceso de duelo adecuado.
Se puede acceder al cuento desde la página Web de CEAPA o bien directamente a través del siguiente enlace: