Las consecuencias derivadas de los accidentes de tráfico son, en muchos casos, duraderas (incluso permanentes)- y pueden afectar a todos los aspectos de la actividad humana: aspectos funcionales (dolor, fatiga, movilidad, actividades diarias, etc.), salud mental (trastorno de estrés postraumático, depresión, ansiedad, etc.), vida social y emocional, y vida profesional (absentismo laboral, reorientación, etc.). Asimismo, tienen impactos económicos y financieros (pérdida de ingresos).
Así lo advierte el Observatorio Europeo de Seguridad Vial de la Comisión Europea, en su informe temático sobre Seguridad Vial, a través del cual aborda las consecuencias de los accidentes de tráfico tanto para las víctimas como para la sociedad en general, y recoge una serie de medidas para mitigar tales consecuencias en las víctimas.
Tal y como señala el informe, las estadísticas sobre accidentes de tráfico así como la literatura publicada al respecto, evidencian que las consecuencias de estos accidentes pueden ser considerables, incluso cuando las lesiones sufridas se consideran leves o moderadas, dado que “el impacto sobre la salud puede mantenerse durante un largo período de tiempo”.
Según datos de la Unión Europea, se estima que en 2020 se produjeron 758.000 accidentes de tráfico y 18.800 personas fallecieron en las carreteras. Aunque las medidas restrictivas de la COVID-19 en el transporte de pasajeros fueron responsables, en gran medida, de la caída en el número de muertes en carretera en comparación con datos de 2019 (-17%), el número absoluto de muertes en los países de la UE “sigue siendo un motivo importante de preocupación”.
Asimismo, las cifras revelan que más de 500.000 personas resultaron heridas en accidentes de tráfico también a lo largo de 2020. A este respecto, numerosas investigaciones muestran que las consecuencias de los accidentes de tráfico para las personas heridas (graves o mortales) son una gran preocupación, tanto para los individuos como para la sociedad en general. Este tipo de accidentes tienen consecuencias físicas, psicológicas y socioeconómicas que contribuyen a la carga de lesiones para la sociedad en su conjunto.
El informe destaca que estas consecuencias “no se limitan a las colisiones mortales o graves, sino también a las colisiones de tráfico menos graves, es decir, aquellas que provocan lesiones que sólo se tratan en los servicios de urgencias sin hospitalización”.
En muchos casos, las consecuencias de las lesiones en carretera son duraderas -incluso permanentes- y pueden afectar a todos los aspectos de la actividad humana: aspectos funcionales (dolor, fatiga, movilidad, actividades diarias, etc.), salud mental (trastorno de estrés postraumático, depresión, ansiedad, etc.), vida social y emocional, y vida profesional (absentismo laboral, reorientación, etc.). De igual modo, los accidentes de tránsito también tienen impactos económicos y financieros (pérdida de ingresos).
Consecuencias para las víctimas de accidentes
De acuerdo con el texto, destacan tres tipos de consecuencias:
- Consecuencias físicas: se refieren a lesiones y consecuencias médicas relacionadas con el impacto de las lesiones en el funcionamiento del cuerpo. Las consecuencias físicas pueden abarcar desde lesiones cerebrales, hasta lesiones en la columna cervical, en el tórax, en el abdomen y/o en las extremidades superiores e inferiores.
- Psicológicas: las consecuencias de esta índole notificadas como más frecuentes por la Unión Europea, son el trastorno de estrés postraumático (TEPT), la depresión y el trastorno de ansiedad.
- Socioeconómicas, por ejemplo, la imposibilidad de volver al trabajo durante un período prolongado o incluso de forma indefinida.
Para la Comisión Europea, los problemas psicológicos derivados de accidentes son una preocupación importante
Los accidentes de tráfico pueden provocar diversos problemas psicológicos y sociales a largo plazo. Diversos estudios señalan que las consecuencias psicológicas más comunes se relacionan con síntomas de trastorno de estrés postraumático (TEPT), depresión y trastorno de ansiedad.
Según señala este informe europeo, los problemas psicológicos son una preocupación importante, especialmente, por su gravedad y persistencia. Por ejemplo, los síntomas del trastorno de estrés postraumático pueden durar varios meses después del accidente y, en algunos casos, años después del accidente, las víctimas revelan que no se han recuperado por completo.
Se han detectado pocas diferencias en las consecuencias psicológicas de los accidentes según el tipo de transporte utilizado por la víctima. Sin embargo, los pasajeros parecen sufrir mayores consecuencias que otros usuarios de la vía, especialmente, en lo que respecta a la ansiedad al viajar: muestran preocupación ante la posibilidad de volver a ocupar el asiento de pasajero en un coche. Algunos estudios sugieren que los motociclistas tienen un riesgo menor de desarrollar TPET que los ocupantes (pasajeros o conductores) de vehículos de cuatro ruedas. Para los autores de este informe, “aclarar por qué los motociclistas tienen una mayor resiliencia psicológica después de sufrir lesiones de tráfico es un tema para futuras investigaciones«.
Consecuencias de los accidentes de tráfico para la sociedad
Las consecuencias de los accidentes de tráfico para la sociedad se pueden expresar mediante diferentes indicadores, como los años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) o los costes socioeconómicos derivados del accidente.
Los AVAD son el resultado de la suma de los años de vida perdidos debido a la mortalidad prematura (YLL) y los años vividos con una discapacidad (YLD), y proporcionan una radiografía completa de las consecuencias de los accidentes para la sociedad, al analizar la carga de las lesiones para la sociedad e incluir tanto la mortalidad como la morbilidad.
Según estima la OMS en su estudio sobre la carga global de morbilidad (GBD, 2019), las lesiones causadas por accidente de tráfico constituyen el 1,36% del total de AVAD en la Unión Europea y generan un coste total de unos 280 mil millones de euros.
Otro indicador que expresa la carga que suponen los accidentes de tráfico para la sociedad son los costes socioeconómicos asociados con los mismos. Se usan para medir el impacto de los accidentes de tráfico y son de utilidad a la hora de comparar políticas de seguridad vial con otras áreas políticas y definir prioridades, así como en los análisis de coste-beneficio de las inversiones en seguridad vial.
¿Cuáles son los costes relacionados con las víctimas de accidentes?
El informe identifica tres componentes del coste relacionados con las víctimas de accidentes:
• Costes médicos, que incluyen todos aquellos relacionados con el tratamiento médico de las víctimas, ya sea en el lugar del accidente, en el hospital o en otros centros sanitarios (por ej., de rehabilitación).
• Humanos: costes relacionados con el sufrimiento que los accidentes de tránsito generan en las personas involucradas y en sus familiares. “Es el dolor y la pena de la víctima y sus familiares, pero también la pérdida de calidad de vida por lesiones y la pérdida de años de vida por muerte prematura”. Se trata de costes intangibles, son más difíciles de cuantificar. No obstante, se incluyen habitualmente en el cálculo de los costes sociales, ya que representan una pérdida significativa de bienestar social.
• Los costes relacionados con la pérdida de producción en el caso de aquellas víctimas que, de forma temporal o permanente, no pueden trabajar.
¿Qué medidas pueden implementarse para mitigar todas esas consecuencias?
Las medidas de seguridad vial son el principal medio preventivo para reducir la carga global de lesiones por accidentes de tráfico para la sociedad. Las medidas de seguridad vial deberían apuntar a reducir los impactos en la salud, además de reducir el número de víctimas.
Cada país de la UE tiene sus propias regulaciones e implementa sus propias estrategias para mejorar la seguridad vial. Las medidas de prevención y mitigación de colisiones son diversas e incluyen la instalación de radares, mayores multas de tráfico por el uso de teléfonos móviles, medidas para promover el control de la alcoholemia, creación de infraestructuras para ciclistas seguras y entornos escolares seguros, etc.
De igual modo, hay dos tipos de medidas de seguridad: sistemas de seguridad activa (por ej., sistemas avanzados de asistencia al conductor, frenado automático de emergencia…), que se despliegan antes de que se produzca el accidente y pueden ayudar a prevenirlo; y sistemas de seguridad pasiva (como cinturones de seguridad, airbags y cascos), diseñados para proteger a los usuarios tanto como sea posible en caso de accidente. Concretamente, el uso de cascos para los motociclistas es de particular importancia porque, según advierte la OMS, las lesiones en la cabeza y el cuello se encuentran entre las principales causas de muerte, lesiones graves y discapacidad entre los usuarios de motocicletas.
Además de las medidas de prevención de accidentes, las medidas posteriores al impacto (definidas como toda la ayuda proporcionada a las víctimas tras un accidente de tráfico), son cruciales para reducir las consecuencias en las víctimas: la respuesta de emergencia, la atención de traumatismos y la rehabilitación, son medidas importantes para reducir las consecuencias para las víctimas. Mejoran la vida de las personas que sobreviven a un accidente.
Se puede acceder al informe completo desde la página Web del ERSO o bien directamente aquí:
European Commission (2023). Road Safety Thematic Report–Consequences of crashes. European Road Safety Observatory. Brussels, European Commission, Directorate General for Transport