CONÉCTATE Y DEJA DE FUMAR – ENTREVISTA A JOSÉ JAVIER MORENO ARNEDILLO
07 Jul 2006

José J. Moreno es Psicólogo, especialista en Psicología Clínica, asesor Técnico en el Servicio de Prevención y Promoción de la Salud de Madrid Salud (Ayuntamiento de Madrid) y Responsable del programa de Tabaquismo de esta institución. Es, así mismo, miembro de la comisión del Plan Regional de Prevención y Control del Tabaquismo de la Comunidad de Madrid y profesor del Programa Interuniversitario de Formación de Especialistas en Tabaquismo. Es autor de diversas publicaciones y ponencias.

 

ENTREVISTA

¿En qué consiste exactamente el Programa para dejar de fumar en Internet de Madrid Salud?

El programa es una adaptación de los programas multicomponente que se aplican en el ámbito clínico tradicional, y especialmente del programa del Ayuntamiento de Madrid, al ámbito de Internet. Básicamente, se estructura en torno a una página web donde el usuario se inscribe y, a partir de ahí, entra en un proceso estructurado de interacciones con el sistema que incluyen formularios de evaluación, pautas sobre apoyo farmacológico, pautas de tratamiento psicológico orientadas al abandono del tabaco y a la prevención de recaídas, mensajes de recuerdo y refuerzo, cuestionarios de evaluación, etc.. Además, junto con este protocolo, existe la posibilidad de realizar cualquier consulta personal por correo electrónico que es respondida en un plazo máximo de 48 horas.

Este programa interactivo para dejar de fumar comenzó su andadura en enero del 2005. ¿Cuántas personas han completado hasta el momento el período de intervención? ¿Cuántas han abandonado antes de finalizar?

Hasta la fecha se han inscrito casi 11.000 personas; de ellas, 4.865 han completado los dos meses de tratamiento. Hay que tener en cuenta que una parte sustancial de los que se inscriben lo hacen de modo impulsivo o por curiosidad, y causan baja inmediata o en pocos días. En el diseño del programa preferimos primar la facilidad de acceso, es decir, que se apuntaran muchas personas, aún sabiendo que muchas de ellas abandonarían pronto o ni siquiera comenzarían. Después de la fase de tratamiento, existe una fase de seguimiento donde se recogen datos a los 3, 6 y 12 meses posteriores a la finalización. Ahora mismo disponemos de datos de 2.816 sujetos a los 6 meses.

Sabemos que uno de los tratamientos más utilizados hoy por hoy, para la deshabituación del tabaco, es el tratamiento combinado, en el que se aúnan la intervención psicológica y la farmacológica. La tasa de recuperación que ofrecen estos tratamientos, de las más altas, se encuentra entre el 40 y el 50 %. ¿Qué porcentaje de éxito está teniendo esta modalidad de tratamiento? ¿A qué se debe la alta tasa de éxito con la que cuenta?

Esta pregunta es interesante porque me permite introducir una matización que es muy importante. El criterio de «éxito» es completamente diferente si hablamos de un programa que se desarrolla en un contexto clínico tradicional o si hablamos de un programa basado en medios de comunicación de masas. Esta distinción tiene que ver con la diferencia entre «eficacia», «efectividad» y «eficiencia». Un programa tradicional puede ser sumamente eficaz, pero escasamente efectivo y muy poco eficiente. Si en una ciudad como Madrid, donde existen más de 1.000.000 de fumadores, tratamos a 5.000 y obtenemos tasas de abandono del 40 %, podemos decir que somos eficaces (puesto que el porcentaje de éxito es elevado), pero poco efectivos (puesto que sólo accede al tratamiento un porcentaje del 0,5 % del colectivo diana), y muy poco eficientes (ya que el programa requiere un considerable gasto de recursos materiales y humanos). Pues bien, las actuaciones que utilizan medios de comunicación de masas, como Internet, (aunque en realidad Internet combina características propias de estos medios con otras más propias del «cara a cara») pretenden llegar a muchas personas y conseguir así un número absoluto elevado de éxitos a bajo coste, sacrificando a cambio el porcentaje de eficacia. Desde el punto de vista de salud pública es preferible un 10 % de éxito, pero sobre 50.000 usuarios, que un 40 % de éxito sobre 1.000, asumiendo, además, que la inversión necesaria en recursos materiales y humanos para implementar el programa es prácticamente inexistente, puesto que funciona automáticamente, salvo en el caso de las respuestas a las consultas por correo electrónico.

 

Dicho esto, que creo que es necesario para interpretar adecuadamente los datos, contesto a la pregunta: un 17,8 % de los individuos que han completado el período de tratamiento declaran permanecer sin fumar. Aquí estamos suponiendo que fuman tanto los que declaran que lo hacen como (y en esto somos conservadores en la interpretación) los que no contestan al formulario de evaluación, que son la mayoría.

Este porcentaje es significativamente superior al declarado por otros programas similares. A mi juicio, el programa tiene varios puntos fuertes: es sumamente directivo y proactivo en cuanto a los procedimientos y a los tiempos, y en Internet es necesario que sea así porque es un ámbito muy propicio para la dispersión; además es interactivo, es decir, la comunicación va desde el sistema al usuario y desde el usuario al sistema, y esto es fundamental para que sea eficaz; además, existe un elevado grado de personalización; y, finalmente, ha sido concebido a partir de muchos años de experiencia en el tratamiento de fumadores en ámbitos clínicos tradicionales, y esto se nota mucho.

Bajo su punto de vista, ¿cuáles son las ventajas que ofrece un programa de tratamiento on-line?

Internet presenta muchas ventajas para este tipo de programas. Desde el punto de vista de la cobertura, la principal ventaja es que llega a muchos miles de personas, sin ninguna limitación geográfica, que de otro modo no accederían a programas presenciales y, además, es accesible a cualquier hora del día o de la noche. Desde el punto de vista de los contenidos de la intervención, existen también grandes ventajas: primero, los contenidos son actualizables continuamente sin requerir procesos costosos de elaboración y de distribución de material en papel; segundo, el material y su forma de presentación pueden ser estructurados en unidades, de forma que se optimice el aprendizaje; tercero, los contenidos pueden ser adaptados a la medida del usuario, incluso con una atención personalizada a través de correo electrónico de modo muy similar (y en algunos casos mejor) a la interacción cara a cara; finalmente, desde el punto de vista metodológico, tienen la gran ventaja de que su efectividad es evaluable porque se requiere que los usuarios se inscriban y aporten datos sobre los resultados, a diferencia de lo que ocurre con muchas actuaciones basadas en medios de comunicación o en distribución de folletos, que no promueven la retroalimentación del usuario al sistema.

Resumiendo, yo diría que combina ventajas de los procedimientos de comunicación de masas con ventajas propias de la intervención cara a cara.

En líneas generales, ¿existen posibles predictores del éxito o fracaso de la terapia, que indiquen una mayor o menor probabilidad de completar con éxito el programa?

Hemos realizado un estudio, que va a ser publicado próximamente, donde utilizamos un procedimiento de regresión logística para determinar variables asociadas a los resultados, y hemos encontrado un valor predictivo significativo en cuatro de ellas.

Sabemos que la probabilidad de terminar el programa con éxito es superior si se utilizan parches de nicotina que si no se utilizan, si se es varón que si se es mujer, si anteriormente ya se ha conseguido permanecer más de tres meses sin fumar que si no es así, y si las expectativas de autoeficacia son elevadas.

Estos resultados están en la línea de otros trabajos. Otra cosa es la interpretación que se haga de ellos; así, por ejemplo, es probable que la ventaja de quienes utilizan parches de nicotina se deba en buena parte a que su motivación es más elevada, puesto que invierten una cantidad de dinero en medicación, y no tanto al efecto de la medicación en sí.

Participa usted en el Grupo de Tabaquismo del Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos, ¿hacía donde tienen pensado orientar sus objetivos de aquí en adelante?

 

Estamos en un momento muy importante porque es ahora cuando se están definiendo los criterios de funcionamiento de las unidades de tabaquismo en las distintas comunidades autónomas. Esto incluye definir el tipo de tratamientos que se ofrecen a los fumadores y la composición de los equipos terapéuticos en los distintos niveles asistenciales.

El objetivo del Grupo de Tabaquismo es defender la necesidad de que la Psicología y los psicólogos sean elementos centrales en todas las unidades de tabaquismo. Desde el punto de vista estrictamente teórico, este es un objetivo relativamente fácil de defender, puesto que el tabaquismo es una dependencia encuadrada como tal en las clasificaciones de enfermedades, aparte de que la efectividad del tratamiento psicológico está avalada por la evidencia científica y aparece recogida así en todas las guías y recomendaciones. Sin embargo, existen importantes intereses que tratan de desplazarnos de este papel central para imponer la idea de que el tabaquismo es una enfermedad que debe ser tratada por médicos y con medicación.

El grupo de tabaquismo del Colegio ha elaborado un informe que servirá de base para que el Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos defienda este objetivo ante las autoridades sanitarias. Además, seguimos con atención la configuración que van tomando los dispositivos asistenciales.

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