Como cada año, nos encontramos en una nueva edición de la Semana Europea de la Movilidad, que se celebra desde el pasado lunes 16 de septiembre y hasta el próximo 22 de septiembre, bajo el lema «¡Combina y muévete!». El objetivo de esta campaña, coordinada en España por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, es sensibilizar, tanto a los responsables políticos como a los ciudadanos, sobre las consecuencias negativas que tiene el uso irracional del coche en la ciudad, tanto para la salud pública como para el medio ambiente, y los beneficios del uso de modos de transporte más sostenibles como el transporte público, la bicicleta y los viajes a pie.
El tema central elegido por la Comisión Europea para la campaña de este año 2024 es “Espacio Público Compartido”, cuyo propósito es crear conciencia sobre la necesidad de transformar las infraestructuras urbanas y repensar cómo utilizarlas.
De acuerdo con la Comisión, el espacio público compartido aporta muchos beneficios a la sociedad. Un lugar donde las personas, las diversas modalidades de transporte (vehículos, transporte público, bicicletas, etc.) y las actividades tienen su propio espacio, es un lugar con más equidad social, más seguridad vial, menos ruido y contaminación del aire y una mejor calidad de vida.
Con motivo de este evento y en relación con el tema central de la campaña, recogemos un artículo publicado en la revista Transportation research part F: traffic psychology and behaviour, y llevado a cabo por investigadores de Países Bajos, a través del cual se analiza el papel que tiene la percepción del paisaje urbano a la hora de optar por el transporte en bicicleta, así como su posible influencia en la elección de rutas alternativas.
Tal y como señalan los investigadores, para fomentar cambios de comportamiento que reduzcan el uso del coche, es necesario comprender los hábitos de viaje y las intervenciones en la infraestructura. Comprender las opciones de ruta de las personas que optan por la bicicleta y su motivación en función de sus preferencias con respecto a las características de sus viajes, es esencial para mejorar la infraestructura ciclista y fomentar modos de viaje activos, como la bicicleta.
De acuerdo con estudios previos, la interacción con el entorno y sus atributos, como carriles exclusivos para bicicletas, número de cruces y presencia de zonas verdes, ha demostrado ser deseable e influyente a la hora de elegir una ruta para trasladarse en bicicleta de un punto a otro.
A este respecto, para comprender los factores que los/as ciclistas tienen en cuenta a la hora de elegir una ruta, se deben explorar las diferencias entre las rutas habituales y las ideales. Las rutas habituales suelen ser el camino más corto, mientras que las rutas ideales no están limitadas por el tiempo o la distancia y, por lo tanto, pueden ser significativamente más largas y es más probable que en su elección influyan factores como las ‘comodidades estéticas’, junto con otros bien investigados como la conectividad de las calles y la presencia de carriles bici e instalaciones, las condiciones de seguridad y las estéticas, como las intersecciones de carreteras, la calidad del pavimento, la presencia de árboles y el diseño de los edificios también pueden influir en la elección de ruta en bicicleta.
Para comprender la influencia de las características del diseño del paisaje urbano en la decisión de optar por el transporte en bicicleta y en las elecciones de ruta de los/as ciclistas, los autores de este estudio han desarrollado un enfoque de método mixto que combina enfoques de abajo hacia arriba (Bottom-Up) y de arriba hacia abajo (Top-Down), para la recopilación de datos objetivos y subjetivos de 22 personas voluntarias. Según explican, hasta el momento, no existen investigaciones en esta área de estudio que combinen ambos enfoques como parte de su metodología, de ahí la novedad de este estudio.
La metodología propuesta se ha aplicado en un municipio de Países Bajos de unos 160.000 habitantes. La elección de este municipio se basa en su predisposición a trabajar en la mejora de los desplazamientos en bicicleta, centrándose en brindar seguridad a los y las ciclistas y mejorar la conectividad de la red de infraestructura para viajar en bicicleta. Sin embargo, las acciones emprendidas en el diseño del paisaje en torno a la infraestructura, para mejorar la experiencia de conducción no se han dirigido específicamente y de acuerdo con las preferencias de los/as ciclistas. Para los investigadores, los hallazgos de su estudio pueden ayudar a tomar decisiones informadas para implementar estrategias municipales orientadas a promover el comportamiento ciclista, enfatizando los elementos de diseño de un entorno construido que mejoren la experiencia de viajar con este medio de transporte.
El desarrollo de nuevas tecnologías genera alternativas para explorar la percepción de un individuo. Como ejemplo de un enfoque de arriba hacia abajo, la realidad virtual (RV) se ha utilizado para evaluar el comportamiento de los peatones o para evaluar la percepción de seguridad de los y las ciclistas, siendo una herramienta fiable para capturar la percepción en un entorno seguro y controlado.
Atendiendo a lo anterior, los investigadores han utilizado una encuesta (Maptionnaire), junto con un experimento de realidad virtual (VR) y seguimiento ocular para simular un viaje en bicicleta en el municipio de referencia.
Los resultados muestran que, a pesar de las diferencias entre las rutas habituales e ideales con respecto a las características del diseño del paisaje urbano -como la presencia de zonas verdes, de agua (mar, lagos, ríos…), e intersecciones de carreteras-, factores como la provisión y la calidad de la infraestructura tienen un impacto más significativo a la hora de elegir una ruta.
A este respecto, se observa que los/as participantes del estudio revelan mayor preferencia por evitar los semáforos y por la buena calidad del pavimento en sus rutas habituales, frente a la preferencia por la presencia de árboles, zonas verdes, masas de agua y diversidad de usos del suelo en las rutas de desplazamiento ideales. Estos hallazgos coinciden con otros estudios que indican la influencia de las comodidades estéticas en el disfrute de la experiencia de transportarse en bicicleta.
De este modo, cuando se trata del grado de influencia que estos elementos pueden tener al elegir una ruta, evitar los semáforos y la calidad del pavimento tienen un mayor impacto. Así, aunque los y las ciclistas tienen en cuenta factores como los espacios verdes y las zonas con agua como un atributo positivo, se le da más peso a la distancia y los tiempos de viaje al elegir sus rutas de desplazamiento.
Los investigadores concluyen poniendo de relieve que estas preferencias pueden ser de utilidad para que los responsables de la toma de decisiones desarrollen intervenciones de infraestructura para fomentar el uso de la bicicleta en entornos urbanos específicos.
Juárez, R.N.R., Grigolon, A.B., y Madureira, A.M. (2023). Cyclists’ perception of streetscape and its influence on route choice: A pilot study with a mixed-methods approach. Transportation research part F: traffic psychology and behaviour, 99, 374-388.