¿Cómo mejorar la atención psicológica al cáncer en el Sistema Nacional de Salud?
01 Abr 2025

El diagnóstico y tratamiento del cáncer implica una serie de cambios importantes que afectan a las personas con cáncer, su familia y su entorno social y laboral. El impacto del cáncer no sólo abarca síntomas físicos, sino que genera un importante malestar emocional en las personas que lo padecen. También los familiares y acompañantes de las personas con cáncer se ven afectados por el impacto psicológico que supone el cáncer. La atención psicológica aquí, ofrece a la persona que padece una enfermedad oncológica y a su entorno un abordaje especializado de los problemas psicológicos asociados al cáncer, mejorando el afrontamiento de la enfermedad.

Así lo afirma un informe publicado por el Ministerio de Sanidad y desarrollado de forma consensuada con todos los agentes implicados (comité institucional, comité técnico y expertos) y con las comunidades autónomas, a través del cual se recoge una serie de recomendaciones orientadas a satisfacer las necesidades de atención psicológica de las personas con cáncer y sus familias.

Utilizando como guía los objetivos definidos en la Estrategia en Cáncer del SNS y en base a la evidencia científica disponible, las recomendaciones indican qué estándares debe cumplir la atención psicológica que se proporciona, concretando aspectos como el tipo de atención, el momento en el que se inicia o se provee esta atención, la composición de las plantillas, el/la profesional que la proporciona y su formación y competencias, entre otros. La publicación incluye también recomendaciones específicas dirigidas a la población oncológica infanto-juvenil.

atención psicológica al cáncer

Foto: freepik. Diseño: freepik. Descarga: 26/03/25

Tal y como recuerda el informe, los psicólogos y psicólogas que desarrollan su actividad en centros, establecimientos y servicios del SNS o concertados con él, para hacer efectivas las prestaciones sanitarias derivadas de la cartera de servicios comunes del mismo que correspondan a dichos profesionales (regulada en el Real Decreto 1030/2006), deben estar en posesión del título oficial de Psicólogo Especialista en Psicología Clínica (al que se refiere el RD 183/2008, anexo I apdo. 3), por lo que, cuando se habla aquí de provisión de atención psicológica se entiende como tal, la que es ofrecida por psicólogos/as Especialistas en Psicología Clínica.

A continuación, resumimos las principales recomendaciones del documento:

Detección de necesidades de atención psicológica

Con respecto a la detección de las necesidades de atención psicológica, los autores recomiendan realizar un cribado de malestar emocional al/la paciente y su familia mediante el uso conjunto del Termómetro de distrés (TD) y la Escala hospitalaria de Ansiedad y depresión (HADS).

Es recomendable también llevar a cabo iniciativas de prevención y detección de malestar psicológico y emocional en los/las profesionales sanitarios/as que atienden pacientes con cáncer, producido como resultado de su actividad laboral, siendo los centros sanitarios (equipos/servicios de Salud Laboral u otros modelos organizativos establecidos en los centros) quienes deben proporcionar los medios para tal fin.

A este respecto, los estudios muestran que, aproximadamente, un 30% del personal de enfermería de los servicios de oncología presentan un alto riesgo de desarrollar «fatiga por compasión», la cual puede afectar negativamente a su salud mental e impactar en el cuidado de los/las pacientes. Esta fatiga por compasión y cansancio por la escucha puede provocar el síndrome de burnout, definido aquí como «sentimientos de desesperanza, desmotivación, ansiedad e insomnio entre otros síntomas y puede ser causa de abandono de la profesión».

Derivación de pacientes a atención psicológica

El documento recomienda diseñar protocolos de derivación del/la paciente y/o familia para recibir atención psicológica, en función del nivel de complejidad del caso y del resultado del cribado. En base a los criterios de nivel de malestar psicológico y emocional y su complejidad evaluados en el cribado, se determinará los/las pacientes y familiares que precisan de atención psicológica. Esta demanda de atención psicológica debe estar relacionada con la experiencia que le supone el cáncer al/la paciente o familiar (foco oncológico). Las interconsultas en los hospitales, tanto durante el ingreso hospitalario como desde consultas externas, deben cumplir los mismos criterios de derivación en cuanto a nivel de malestar emocional y complejidad.

Prestación de la atención: el/la psicólogo/a clínico/a debe formar parte del comité de tumores y ser parte integral del equipo multidisciplinar

Se recomienda que el/la psicólogo/a clínico/a forme parte del comité de tumores y sea parte integral de la unidad multidisciplinar que presta atención al/la paciente oncológico/a. En este sentido, la literatura científica pone de relieve la importancia de constituir los comités de tumores con profesionales de diferentes disciplinas, siendo el/la psicólogo/a clínico/a uno de ellos. Precisamente, esta recomendación va en línea con los objetivos 16 y 17 de la Estrategia en Cáncer del SNS.

Para atender de forma eficaz a las necesidades psicológicas, el informe recomienda realizar un plan individualizado y consensuado con el/la paciente, que cuente con citas programadas con los/as profesionales que prestan la atención psicológica.

Recursos humanos: el SNS debe garantizar la provisión de atención psicológica a pacientes con cáncer

Una recomendación clave aquí es la de llevar a cabo una evaluación y adecuación de las necesidades de los recursos humanos en el SNS, en lo que a psicólogos/as clínicos/as se refiere, en base a la morbilidad atendida, los resultados en salud y las características sociodemográficas de cada área de salud.

Para ello, es necesario dimensionar las plantillas de los equipos multidisciplinares que atienden pacientes oncológicos/as, estableciendo una dotación de puestos de las profesiones sanitarias que permita responder a las necesidades de atención a la población adscrita. El número de vacantes dependerá de las necesidades que presente cada Comunidad Autónoma y de la disponibilidad de psicólogos clínicos. Asimismo, dado que las competencias en materia de salud se encuentran transferidas a las mismas, se establece sean sus organismos los que velen por la creación de las vacantes, la publicación y la resolución de las ofertas de empleo de acuerdo a la legislación vigente.

El informe considera fundamental que el SNS garantice la provisión de atención psicológica a pacientes con cáncer. No obstante, ante «la escasez actual de profesionales en posesión del título de especialista en Psicología Clínica en los equipos de atención psicológica», sus autores creen necesario «disponer de un periodo transitorio lo más breve posible, que permita alcanzar de manera progresiva las medidas planteadas para proporcionar a los pacientes oncológicos una atención de calidad». Durante este período transitorio, se valora como una opción contar con el apoyo del tercer sector en los diferentes modelos organizativos de las Comunidades y Ciudades Autónomas a la hora de proporcionar atención psicológica a los/as pacientes, hasta que puedan alcanzarse las medidas propuestas.

Formación: destaca el papel relevante de la Psicooncología

Se recomienda ofrecer cursos de formación en habilidades de comunicación y el proceso de información al/la paciente y su familia, a todos y todas los/las profesionales sanitarios/as que atienden a pacientes con cáncer como parte esencial de su actividad laboral, de cara a ayudar a los/las pacientes en la toma de decisión conjunta respecto al tratamiento y proceso médico a seguir. Concretamente, se recomienda mejorar la formación de los/las psicólogos/as clínicos/as en atención a las necesidades específicas de pacientes oncológicos y sus familias, especialmente, la formación de aquellos/as que atienden directamente a estos/as pacientes.

En este sentido, para tratar de forma integral al/la paciente con cáncer se establece la importancia de atender a sus necesidades psicológicas y sociales, un aspecto en el que puede desempeñar un papel relevante la Psicooncología, que «ha desarrollado e integrado el conocimiento y las técnicas de psicología en relación al tratamiento del/la paciente con cáncer».

Un aspecto crucial recogido en el informe es la recomendación de que todos los/las profesionales sanitarios/as que atienden a pacientes oncológicos/as cuenten con formación específica para la detección precoz del distress emocional, con el fin de poder agilizar la derivación a atención psicológica en caso necesario.

El informe incluye recomendaciones para mejorar la atención psicológica al cáncer en población infanto-juvenil

De acuerdo con los autores de este informe, cada vez hay una mayor incidencia de las patologías oncohematológicas diagnosticadas en niños/as y adolescentes, una tendencia que se prevé que continúe. Por otro lado, la mortalidad asociada a la enfermedad a estas edades está registrando un descenso paulatino «gracias a los avances que ha experimentado el tratamiento del cáncer en las últimas décadas», incrementándose así la supervivencia, lo que, a su vez, conlleva un aumento de los riesgos de sufrir secuelas médicas o psicológicas, que pueden impactar en la calidad de vida global del/la paciente y de su entorno más cercano.

En este sentido, señalan que algunos supervivientes de cáncer que fueron diagnosticados en la infancia presentan, incluso a largo plazo, mayores limitaciones funcionales y discapacidades, persistencia del dolor en relación con la enfermedad o mayor probabilidad de realizar conductas de riesgo (consumo de sustancias, menor autocuidado físico/nutricional, intentos de suicidio, etc.), así como peores niveles de calidad de vida, mayor malestar psicológico y emocional, con aumento de síntomas de ansiedad, depresivos y otros síntomas postraumáticos, mayor aislamiento social y dificultad para la proyección y planificación del futuro, entre otras alteraciones.

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Atendiendo a lo anterior, afirman que «abordar y atender las necesidades psicológicas de esta población conlleva una mejoría en la adaptación al proceso de enfermedad y la supervivencia posterior, resultando en una menor prevalencia de síntomas ansioso-depresivos, una mejoría en la calidad de vida y una mejor salud mental y física de la persona». Para ello, consideran imprescindible que las Unidades de Oncohematología Pediátrica «cuenten con atención psicológica adecuada que permita afrontar los retos que conlleva esta enfermedad para los/las pacientes y sus familias». Teniendo esto en cuenta, recomiendan lo siguiente:

Detección de las necesidades de atención psicológica en niños, niñas y adolescentes con cáncer y sus familias

Se recomienda realizar la detección del malestar emocional tanto a pacientes de todas las edades, como a las familias, de forma periódica, e introducir su resultado en la historia clínica electrónica de cara a monitorizar el estado emocional del/la paciente a lo largo del proceso oncológico. De forma conjunta con el cribado de malestar emocional, aconseja realizar una valoración integral de forma periódica, con el fin de prevenir y detectar las necesidades más relevantes del/la menor y así planificar el soporte necesario.

Cualquier profesional sanitario que forme parte del equipo multidisciplinar de atención al/la paciente y la familia debe tener la formación y capacidad para realizar la valoración integral. Es aconsejable aquí que sea el/la profesional sanitario/a con mayor vínculo con el/la paciente y/o la familia quien lo haga, en aras de facilitar la relación y apertura de las personas implicadas.

Derivación de pacientes infanto-juveniles y sus familias a atención psicológica

El informe recomienda diseñar protocolos de derivación del/la paciente y/o familia para recibir atención psicológica, en función del nivel de complejidad del caso y del resultado del cribado. La entrevista de cribado de malestar psicológico y emocional «podría ser un buen punto de partida para valorar la derivación a recursos específicos de salud mental».

Prestación de la atención: el/la psicólogo/a clínico/a debe formar parte de los comités de tumores y ser parte integral de la unidad multidisciplinar

También en este grupo de edad, se señala la trascendencia de que el/la profesional de psicología clínica forme parte de los comités de tumores y sea parte integral de la unidad multidisciplinar que presta atención al/la paciente oncológico/a. La composición del equipo multidisciplinar puede variar dependiendo del centro que presta la atención, sin embargo, es recomendable que todos sus componentes tengan formación/experiencia específica en atención infanto-juvenil.

Otra recomendación esencial es que todas las personas que forman parte del equipo multidisciplinar pertenezcan a la estructura del propio centro, siendo fundamental tener un/a referente de Psicología Clínica vinculado/a desde la acogida inicial a cada paciente/familia que inicia un proceso de enfermedad oncohematológica.

En la infancia y la adolescencia, se recomienda realizar un plan de intervención individualizado tanto con los/as pacientes como con sus familias, atendiendo a las necesidades psicológicas previamente detectadas, que debe actualizarse según evolucione la situación y el proceso de enfermedad.

Los autores aconsejan aquí contar, en la medida de lo posible, con espacios de atención propios: lugar tranquilo, mobiliario cómodo, evitar la mesa en el centro excepto en situaciones de evaluación en las que fuera necesario (cuestionarios, etc.), evitar uso de espacios médicos con camillas/portasueros, prestar atención a la luz del espacio, evitar interrupciones, etc. Se prioriza así «la no medicalización de los procesos psicoterapéuticos favoreciendo las condiciones ambientales necesarias para trabajar la vinculación de la forma en la que la persona referente lo considere (a través de la palabra, el juego, el contacto, etc.)».

Destaca la importancia de la formación específica en Psicología Clínica de la Infancia y la Adolescencia junto con la formación en Psicooncología

Del mismo modo que con población adulta, los autores consideran recomendable que los/las profesionales implicados/as en atención oncohematológica infanto-juvenil cuenten con formación pediátrica específica y formación básica en emociones y proceso oncológico, siendo esencial que el/la psicólogo/a clínico/a tenga formación específica en atención a las necesidades específicas de pacientes infanto-juveniles y pacientes oncológicos y sus familias.

En este punto, los autores destacan la relevancia de la formación específica en Psicología Clínica infantojuvenil, junto con la formación en Psicooncología, al permitir al/la psicólogo/a clínico/a garantizar a los/as pacientes unos estándares en atención de calidad.

Más allá de la enfermedad, los/las pacientes en edad escolar que padecen cáncer necesitan de programas específicos para dar respuesta a sus necesidades de desarrollo neurocognitivo y educacional. En este punto, el informe recuerda tener en cuenta los trastornos de aprendizaje que pueden aparecer durante la enfermedad.

Se recomienda el desarrollo de programas específicos para adolescentes y jóvenes diagnosticados/as y tratados/as con cáncer

De acuerdo con el documento, la interacción adolescencia/juventud con un diagnóstico de una enfermedad oncohematológica «presenta retos únicos desde la atención médica, psicológica y social, pero también educativa, laboral u ocupacional».

Por ello, y con el propósito de atender a las particularidades de esta etapa evolutiva, se aconseja desarrollar programas específicos para las personas diagnosticadas y tratadas de cáncer en la adolescencia y juventud (15-39 años, Adolescents and Young Adults-AYA), ya que se ha demostrado que en esta etapa, en comparación con la población general, presentan mayor probabilidad de tener comportamientos de riesgo para su salud y un menor autocuidado, así como mayores tasas de malestar psicológico y emocional y síntomas de estrés postraumático. De forma específica en estos programas, se recomienda tener en cuenta las diferencias de género.

Se puede acceder al documento desde la página web del Ministerio de Sanidad o bien directamente aquí:

Recomendaciones de mejora de la atención psicológica al cáncer en el sistema nacional de salud

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