La temporada de fiestas navideñas suele considerarse una época alegre, llena de reuniones sociales, tradiciones familiares y comidas continuas y abundantes. Sin embargo, para quienes presentan un trastorno de la alimentación (TCA) -como la anorexia, la bulimia, el trastorno por atracón, el trastorno por evitación/restricción de alimentos o el trastorno de conducta alimentaria no especificado, entre otros-, puede ser una época de mayor ansiedad y estrés. Las comidas/cenas familiares, la presión social y la falta de rutina son factores que pueden impactar negativamente.
Las personas que presentan un trastorno de esta índole pueden sentirse estresadas por la comida, tener miedo a subir de peso, sentirse culpables después de comer o decidir no asistir a eventos que se centren en la comida. Estos sentimientos se exacerban aún más durante las fiestas, especialmente, las navideñas (para saber más sobre los TCA, pincha aquí).
Fuente: freepik. Foto: freepik. Fecha: 17/12/24
No obstante, existe una serie de estrategias que pueden ayudar a gestionar la relación con la comida y a hacer frente a esta temporada potencialmente desafiante, disfrutando de ella. A continuación, recogemos diversas recomendaciones al respecto:
- Desarrolla un plan para afrontar las fiestas: antes de que comience la temporada navideña, es importante comunicarte con tu equipo de atención sobre los desafíos que se avecinan durante las mismas, estableciendo un plan de afrontamiento con estrategias ante posibles situaciones.
- Establece metas realistas y manejables antes de las celebraciones navideñas. Pensar a largo plazo sin contar con un plan, puede generar más preocupaciones. Márcate metas a corto plazo, para poder aprovechar al máximo cada momento que pases.
- Es importante trabajar con tu equipo de intervención para desarrollar metas que se alineen con tu plan de tratamiento y, en última instancia, prioricen tu recuperación. Puedes consultar con ellos cualquier duda que puedas tener: por ejemplo, hablar para decidir qué alimentos comerás, tanto aquellos con los que no te sueles sentir cómodo/a o te generan más ansiedad, como tus alimentos favoritos. Recuerda que es mucho más difícil aplicar habilidades de afrontamiento en medio del estrés. En caso de que una situación comience a resultarte abrumadora y estresante, si tienes un plan previo, podrás hacerle frente y adaptarte a ella. Por ejemplo, si te sientes angustiado/a un recurso útil es practicar la relajación y la respiración.
- Marcarte objetivos centrados en la comida antes de las reuniones navideñas puede ser una herramienta útil para manejar el trastorno de alimentación y encontrar cierta estabilidad durante las mismas. Un ejemplo de ello, es buscar formas de abordar la ansiedad. Según los expertos, la ansiedad puede desempeñar un papel en la confusión de nuestras sensaciones fisiológicas de hambre y saciedad. Establecer un objetivo a la hora de comer puede ayudarte a manejar esa ansiedad y, por lo tanto, te permitirá conocer lo que realmente siente su cuerpo.
- Establece límites saludables: no tienes que aceptar acudir a todos los eventos relacionados con las fiestas. También puedes decidir abandonar una reunión familiar antes de tiempo. Ve a tu propio ritmo y acepta lo que te parezca más llevadero. ¡Recuerda que tú y tu recuperación sois la prioridad en esta temporada!
- Pide ayuda, no tienes por qué estar solo/a. Cuando una persona se enfrenta a un trastorno alimentario, no tiene por qué hacerlo sola. Tus familiares, amigos y tu equipo de atención pueden ayudarte en tu camino hacia la recuperación y pueden ser especialmente importantes durante la estresante temporada de fiestas navideñas.
- Identifica a una persona de confianza a la que puedas recurrir si surgen desencadenantes durante una reunión navideña. Habla con esta persona antes de las fiestas sobre tus necesidades, para que pueda comprenderlas y ayudarte de forma eficaz durante el episodio. Recuerda, ¡no tienes por qué hacerlo solo/a!
- Ten en cuenta que la comida aporta valor nutritivo. Además, compartir las comidas durante los festivos nos conectan con nuestra cultura, tradiciones y otras personas, ayudando a crear vínculos. Habiendo establecido previamente con el equipo de atención qué alimentos puedes comer, permítete sentir satisfacción al hacerlo.
- Evita el consumo intencional de alcohol u otras sustancias: para muchas personas que presentan trastornos de la conducta alimentaria, hay diversas situaciones sociales y relacionadas con la comida que pueden actuar como factores desencadenantes. Como señalábamos anteriormente, trabajar con tu equipo de atención (identificando estos posibles desencadenantes) y comunicarte con tu red de apoyo y confianza antes de las fiestas, puede brindarte una serie de habilidades de afrontamiento para ayudar a reducir estos desencadenantes y hacer que los eventos festivos sean más manejables. Sin embargo, consumir alcohol y/o drogas durante las reuniones navideñas puede dificultar el uso de tus herramientas y tu recuperación.
- Aunque pueda parecer una solución fácil el recurrir a este tipo de sustancias cuando las situaciones sociales son estresantes o las reuniones relacionadas con la comida se sienten abrumadoras, el consumo de alcohol y/o drogas puede aumentar tu ansiedad y afectar a la toma de decisiones, lo que, a su vez, puede obstaculizar tu capacidad para manejar la situación. Establece también límites saludables en torno al alcohol antes de los eventos festivos. Comunica estos límites a tu familia y amigos, animándolos a acompañarte en el consumo de bebidas sin alcohol. Por ejemplo, las bebidas clásicas (cócteles, champagne, cava, sidra, etc.), se pueden encontrar sin alcohol. Esto te permitirá mantener tus límites mientras participas en las celebraciones navideñas.
- Practica el autocuidado: el autocuidado es una parte esencial de la recuperación de un trastorno alimentario, y es especialmente importante para controlar el estrés que puede surgir durante las fiestas. Es esencial recordar que el autocuidado es diferente para cada persona: puede incluir actividades que tranquilicen (como un momento de descanso y tranquilidad lejos del bullicio de las fiestas, despertarse temprano con una taza de té, dar un paseo o escribir en un diario). La constancia aquí es clave. Busca formas de mantener tu rutina, sobre todo, en lo que se refiere a la comida. Asegúrate de incorporar el autocuidado adecuado en tu plan. Si surgen factores estresantes inesperados, tendrás las herramientas necesarias para hacerlos frente.
- Promueve la autocompasión. De acuerdo con la evidencia, las personas que tienen un trastorno de la conducta alimentaria suelen presentar altos niveles de autocrítica y vergüenza (preocupaciones sobre la alimentación y el peso, por no adecuarse a los estándares sociales de belleza, etc.). Los expertos señalan que una mayor autocompasión se relaciona con menores niveles de vergüenza y autocrítica, con una mejora de la autoestima y de la angustia psicológica, así como con una reducción de la sintomatología alimentaria.
- Es clave, por lo tanto, potenciar el desarrollo de la autocompasión. En este sentido: sé amable y respetuoso/a contigo mismo/a; trátate como lo harías con un amigo o amiga que está pasando por una situación complicada: antes de juzgarte, pregúntate: ¿le dirías lo mismo a otra persona?; reelabora tus pensamientos negativos para convertirlos en pensamientos positivos, conscientes o compasivos: por ejemplo, si comienzas a sentirte ansioso/a o abrumado/a durante una reunión navideña, revisa tu diálogo interno, ¿estás siendo amable contigo mismo/a? ¿Estás reconociendo tus éxitos? Si no es así, intenta redirigir esos pensamientos negativos a una sola afirmación positiva para ti; sé consciente de tus propias emociones y concédete el beneficio de la duda; acéptate tal como eres (no eres perfecto/a y nunca lo serás). Todos cometemos errores y tus errores no determinan el resultado de tu trastorno alimentario, se puede aprender de los errores pasados para fomentar mejores experiencias en el futuro.
- Además, recuerda tus planes previos a las navidades. Si tus metas son inalcanzables o difíciles de manejar, puede ser más difícil sentir autocompasión. Por lo tanto, asegúrate de establecer metas y planes que funcionen bien con tu estado actual en la recuperación y te permitan continuar con ella.
- Evalúa tus propósitos de Año Nuevo. Esta es la época en la que todos y todas hacemos propósitos para el año entrante. Estos propósitos de Año Nuevo pueden ser una herramienta que nos empodere, pero también pueden ser perjudiciales para quienes presentan trastornos alimentarios. Muchos propósitos giran en torno a la imagen corporal, el peso, el ejercicio y la alimentación. Este tipo de objetivos pueden ser contraproducentes para tu plan de recuperación. Si deseas hacer un propósito de Año Nuevo, asegúrate de que sea realista y que surja desde la autocompasión. A modo de ejemplo, considera propósitos relacionados con el cuidado personal, el contacto con tus seres queridos u otras prácticas que te apoyen en tu recuperación. Si los propósitos pueden llegar a ser un detonante, comunícalo a tus amigos y familiares con los que celebras las fiestas: tu red de apoyo puede ayudarte también a abordar estos y otros temas desafiantes que suelen surgir durante la temporada navideña.
- La temporada navideña se considera como un momento de celebración, si bien no todo el mundo lo vive del mismo modo. Una técnica eficaz para distraer tu atención de posibles preocupaciones es centrarte en el motivo por el que te reúnes con amigos y familiares. Las actividades relacionadas con la comida pueden resultar abrumadoras. Ante esto, busca algún aspecto de la festividad con el que conectes mejor: por ejemplo, puedes centrarte en la alegría de socializar con la familia y/o los amigos, de disfrutar de una tarde de invierno o de participar en la decoración navideña.
Puedes acceder a estas pautas pinchando en la imagen siguiente:
Asimismo, incluimos una serie de recomendaciones sobre qué hacer y qué no hacer para ayudar a una persona con un trastorno de la conducta alimentaria durante las fiestas de Navidad:
No obstante, si bien estas pautas ponen de relieve el rol de los factores estresantes durante las fiestas y ofrecen herramientas para hacer frente, es fundamental recordar que no pueden reemplazar los beneficios de contar con un/a profesional de la salud mental, como un psicólogo.