Biólogos destacan el papel de los factores psicológicos y sociales en la salud
25 Mar 2024

Expertos biólogos han desarrollado una teoría de la salud que incorpora la consideración de la dimensión psicológica y social del ser humano. En su fundamentación revisan el amplio cuerpo de evidencia científica que muestra la estrecha interrelación entre la salud física y mental.

El artículo, publicado en la revista Cell Stress, ha sido elaborado por Carlos López-Otín de la Sorbonne Université y de la Universidad Nebrija y Guido Kroemer de la Sorbonne Université, Con el título The missing hallmark of health: psychosocial adaptation, el texto analiza y revisa en detalle las características o rasgos fundamentales que contribuyen a la salud biológica, incluyendo en este marco los factores mentales y socioeconómicos.

Según señalan los expertos, la comprensión de la salud humana ha evolucionado al reconocer que no solo se trata de la ausencia de enfermedades físicas, sino que también incluye aspectos de salud mental fundamentales. En esta línea, los autores han recogido la evidencia científica que sustenta esta afirmación, ampliando una teoría previa de la salud biológica para agregar un nuevo determinante de salud: la adaptación psicosocial.

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Fuente: Pexels. Autor: Marek Piwnicki. Fecha: 21/03/2024
Ampliando el marco conceptual de la salud con los factores psicosociales

El entendimiento de la salud, definida de manera positiva en lugar de como la ausencia de enfermedad, requiere una teoría. Los autores han establecido las bases de dicha teoría de la salud en un trabajo anterior, enumerando las características biológicas fundamentales o «rasgos distintivos» de los organismos saludables. Estos rasgos distintivos de la salud incluyen elementos de compartimentalización espacial, mantenimiento de la homeostasis a lo largo del tiempo y respuestas adecuadas al estrés, según explican.

Estos rasgos distintivos, inicialmente formulados por los autores, son los siguientes:

  • Rasgo distintivo 1: integridad de barreras internas y externas.
  • Rasgo distintivo 2: contención de perturbaciones locales).
  • Rasgo distintivo 3: reciclaje y renovación de los componentes de los sistemas biológicos.
  • Rasgo distintivo 4: integración de circuitos.
  • Rasgo distintivo 5: oscilaciones rítmicas con periodicidad supra, circa e infradiana.
  • Rasgo distintivo 6: resistencia homeostática.
  • Rasgo distintivo 7: regulación hormética.
  • Rasgo distintivo 8: reparación y regeneración.

Estos ocho rasgos distintivos afectan al organismo a través de las ocho estratificaciones organizativas del cuerpo, incluyendo moléculas, orgánulos, células, unidades supracelulares, órganos, sistemas de órganos, circuitos sistémicos y el metaorganismo.

Tras analizar la evidencia, los autores consideran que se debe incorporar un rasgo distintivo adicional y un estrato esencial, ambos relacionados con la dimensión psicosocial del ser humano. De esta manera, postulan un nuevo rasgo:

  • Rasgo distintivo 9: adaptación psicosocial.

Este nuevo rasgo cuenta también con un noveno estrato organizativo: las interacciones psicosociales. De esta manera, su matriz biológica/somática inicial de 8×8, se transforma en una matriz de 9×9.

Reconociendo la interconexión entre los aspectos biológicos y los factores mentales y sociales en la salud

Para justificar la inclusión de este noveno rasgo distintivo, los autores revisan el impacto de cada una de los ocho rasgos en la salud mental. Asimismo, muestran la evidencia sobre cómo la perturbación de cada uno de los rasgos distintivos y estratos somáticos afecta a los factores psicosociales y viceversa. Finalmente, discuten las bases (patológicas) fisiológicas de estas interacciones y sus aplicaciones potenciales para la mejora de la salud mental.

Así, para cada rasgo distintivo de la salud, los autores examinan la evidencia científica que muestra la interconexión entre la salud física y mental. Algunas de las ideas centrales recogidas en el artículo son las siguientes:

  1. El primer aspecto crucial para la salud es la integridad de las barreras biológicas. Estas barreras deben mantenerse para organizar funcionalmente el cuerpo y permitir intercambios controlados para mantener la salud. Los autores analizan cómo los trastornos mentales pueden comprometer la integridad de las barreras biológicas. Esto puede afectar, a su vez, en los aspectos psicosociales de la salud.
  2. La contención de las perturbaciones locales (agentes infecciosos, traumas mecánicos, etc.) tiene un papel fundamental para mantener tanto la salud física como la mental. Los autores mencionan específicamente el papel de la inflamación. La inflamación puede ser beneficiosa en su forma localizada pero patogénica si se vuelve crónica y afecta a todo el cuerpo.
  3. Muchos componentes básicos del cuerpo experimentan cambios espontáneos o inducidos por estrés, los cuales deben ser contrarrestados mediante su descomposición y reconstrucción constantes. Este proceso de reciclaje y renovación es crucial para mantener la salud, especialmente en la regulación de proteínas, la autofagia y la renovación celular. Además, los problemas en estos procesos están relacionados con enfermedades mentales, según explican en el texto.
  4. El organismo, incluido el sistema nervioso, está estructurado de manera que los sistemas de comunicación molecular, intracelular, extracelular y neuroendocrino a larga distancia forman circuitos interconectados que favorecen la integración. Los autores plantean que la pérdida de integración es siempre patogénica, incluso a nivel psicosocial.
  5. Los relojes biológicos regulan los ritmos de vida del organismo, incluida la salud mental, con un reloj central en el cerebro y otros periféricos en los tejidos. Las alteraciones en estos ritmos, causadas por cambios genéticos o de estilo de vida, pueden provocar trastornos del sueño, neurodesarrollo y problemas neurodegenerativos que afectan la salud mental y las relaciones sociales.
  6. La regulación homeostática mantiene la adaptabilidad del cuerpo al reparar daños internos, responder al estrés y minimizar los problemas biológicos. Implica la acción conjunta de diversos procesos neurales, genéticos, metabólicos y más. Deficiencias en estos mecanismos pueden causar una variedad de enfermedades, incluyendo trastornos mentales.
  7. La hormesis es un fenómeno donde dosis bajas de agentes estresantes inducen una respuesta protectora en el organismo, evitando daños ante exposiciones posteriores a dosis más altas. En particular, la «mitohormesis» describe los efectos beneficiosos del estrés mitocondrial leve. Esto protege las células tanto directamente como a través de señales intercelulares, y también contribuye a la salud mental y cerebral.
  8. Los organismos han desarrollado mecanismos y vías de señalización complejas capaces de detectar y responder eficientemente a las numerosas lesiones sufridas por todas las capas organizativas del cuerpo, desde las moléculas hasta el metaorganismo, y activar mecanismos de reparación y regeneración. La falta de reparación y regeneración conlleva una amplia gama de perturbaciones patológicas, incluidas aquellas que causan trastornos neuropsiquiátricos.
Conclusiones

Tal y como señalan los autores, las complejas interacciones entre los aspectos biológicos y psicosociales muestra que la salud mental y física están intrínsecamente conectadas. Es decir, cualquier alteración en una de ellas puede repercutir en la otra.

En su análisis los autores subrayan la alta prevalencia y el impacto devastador de los trastornos mentales en la salud. Sin embargo, reconocen también que la inversión en servicios de salud mental sigue siendo insuficiente en comparación con la atención médica física. Por este motivo, los autores plantean que para mejorar la salud en general, es imperativo ampliar nuestras intervenciones y abordar los factores de estilo de vida que influyen tanto en la salud física como en la mental. Esto implica no solo proporcionar tratamientos adecuados para los trastornos mentales, sino también abordar las causas subyacentes y promover entornos y estilos de vida saludables que apoyen tanto el bienestar mental como físico de las personas.

En definitiva, el artículo fundamenta la adición de los factores mentales y socioeconómicos como un noveno marcador de salud, denominado «adaptación psicosocial», y como una capa adicional en el modelo, denominada «interacciones psicosociales». Los autores detallan, así, las perturbaciones de los marcadores biológicos que afectan a los factores psicosociales, y viceversa. De esta manera, su formulación de la salud biológica reconoce una interrelación compleja entre la salud física y mental, así como la influencia de factores sociales y económicos en este sistema. El artículo pone de manifiesto la importancia de abordar no solo los aspectos biológicos, sino también los psicológicos y sociales en la promoción de una salud integral.

Fuente:

López-Otín, C., & Kroemer, G. (2024). The missing hallmark of health: psychosocial adaptationCell Stress8, 21.

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