Los profesionales en el ámbito sanitario son el principal activo del Sistema Nacional de Salud (SNS). A pesar de ello, son un colectivo que se ve afectado por agresiones de diferente índole en el ejercicio de su actividad profesional. Situaciones violentas que les ponen en riesgo y pueden provocar efectos nocivos tanto en la seguridad y en la salud de la persona afectada, como en el Sistema Sanitario en su conjunto. Por ello, es preciso desarrollar e implantar medidas preventivas y, de manera simultánea, proporcionar a los profesionales en este ámbito protección frente a este tipo de violencia en su lugar de trabajo.
Con esta introducción, se presentó en 2024 el Informe de agresiones a los y las profesionales del Sistema Nacional de Salud, un documento elaborado por Grupo de Trabajo para el análisis y estudio de las agresiones a los profesionales del SNS, del Ministerio de Sanidad, a través del cual se analizaba el alcance y características de las agresiones notificadas en el ámbito sanitario a nivel nacional, con información aportada por las comunidades autónomas e INGESA correspondiente al año 2023, y cuyas conclusiones evidenciaban el aumento constante y paulatino de notificaciones de agresiones por parte de profesionales de la salud en los últimos 5 años.
A este respecto, con motivo del Día Europeo Contra las Agresiones a Médicos y Profesionales Sanitarios, que se celebra cada 12 de marzo, y coincidiendo con el 15º aniversario del Observatorio Contra las Agresiones de la Organización Médica Colegial (OMC), la subdirección general de Cohesión y Alta Inspección del Sistema Nacional de Salud, perteneciente al Ministerio de Sanidad ha avanzado los últimos datos sobre agresiones a profesionales sanitarios correspondientes a 2024.

Se mantiene la tendencia constante y paulatina en el incremento de notificaciones de agresiones a sanitarios
De acuerdo con los últimos datos, en el año 2024, se han notificado un total de 16.558 agresiones en el conjunto del SNS, lo que supone 23,98 notificaciones de agresiones por cada 1.000 profesionales del SNS, siendo esta «la cifra más alta desde que hay registro, ya que supera a la de 2023, cuando se notificaron 14.749».
Se mantiene así la tendencia constante y paulatina en el incremento de las notificaciones de agresiones detectada desde 2020, año en que las notificaciones de agresiones se redujeron en la mayoría de las CCAA, debido, a juicio del Grupo de Trabajo del Ministerio de Sanidad, «probablemente, a la pandemia causada por la COVID-19, que limitó tanto la actividad presencial en los centros de salud de atención primaria, como en las consultas en la atención especializada, priorizando la atención por vía telefónica».
Se registran diferencias en función del género del o de la profesional agredido/a, siendo en el 78% de las notificaciones una mujer (frente al 22% de los hombres). Cabe señalar la importancia presencia femenina entre los y las profesionales sanitarios/as del SNS (un 76%, según el Ministerio de Sanidad). Esta discrepancia de género se ha mantenido constante en los últimos años, con notificaciones de agresiones por parte de mujeres en, aproximadamente, el 76-78% de las veces (vs denuncias realizadas por hombres en torno al 22-24%).
Según el rango de edad, el mayor porcentaje de profesionales/as agredidas/os tienen entre 35 y 55 años.
Se notifican más agresiones en atención primaria y extrahospitalaria
Por otro lado, en relación con el nivel asistencial, se notificaron 14,81 agresiones por cada 1.000 profesionales en atención hospitalaria (17,37 en 2023), mientras que en atención primaria (AP) y extrahospitalaria se notificaron 46,28 (46,80% en 2023).
El personal facultativo y el personal de enfermería son los/as que reportan un mayor porcentaje de agresiones, con un 33,19% y un 26,68%, respectivamente, en comparación con el resto de las categorías profesionales existentes en las instituciones sanitarias (TCAE con un 14,72%, administrativos con un 14,16%, celadores, 3,99% y otros, 7,26%).
A este respecto, el Grupo de Trabajo para el análisis y estudio de las agresiones a profesionales del SNS, han determinado 6 campos «en aras de la simplicidad», agrupando, en cada uno de ellos, a varias categorías profesionales de personal estatutario. Llama la atención aquí, la categoría etiquetada como “otros”, y que, con un 7%, englobaría a «aquellas categorías profesionales del SNS que han notificado agresiones y que no están comprendidas en los otros 5 campos».
A falta de datos desagregados relativos a los/as Psicólogos Clínicos del SNS, parece que estos/as profesionales podrían estar incluidos en esta categoría a modo de “cajón de sastre”, junto a otros sanitarios y no sanitarios (psiquiatras, odontólogos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, trabajadores sociales, técnicos superiores de laboratorio de diagnóstico clínico, biólogos, limpiadores/as, etc.), sin que se pueda saber con certeza cuántas denuncias corresponden a los/as psicólogos/as clínicos.
La mayoría de las agresiones notificadas son de tipo no físico
Las situaciones de violencia pueden ser de índole física (actos o ataques violentos que implican contacto físico con o sin armas, que pueden o no producir un daño físico o lesión) o no física (insultos, vejaciones, amenazas, coacciones, intento de agresión, acoso por razón de sexo, amenaza con presencia de armas…), con efectos negativos, tanto para la persona afectada como para el sistema sanitario en su conjunto.
Con respecto al tipo de agresión, la mayoría de las agresiones notificadas (un 84%) son de tipo no físico (por ejemplo, insultos y amenazas), frente a las agresiones físicas, que suponen un menor porcentaje.
Esta tendencia al alza en la cifra de denuncias por esta causa, se puede observar también en balance de las agresiones a profesionales sanitarios durante el 2024, presentado recientemente por la Policía Nacional, y en el cual, cifra en 10.000 las intervenciones policiales realizadas al respecto, más de 3.000 actuaciones en centros sanitarios y 7.000 en asistencias domiciliarias, practicando 106 detenciones por agresiones a profesionales en el ámbito sanitario. Las provincias donde se han registrado más hechos delictivos de esta índole son Sevilla, Las Palmas y Madrid.
Según datos policiales, en el 62% de los casos las víctimas son mujeres, mientras que los agresores son mayoritariamente hombres
Según datos policiales, el pasado año 2024 se registró una reducción en las denuncias por agresiones físicas y un aumento de las no físicas, relacionadas con amenazas, contabilizándose 406 denuncias por esa causa. De hecho, las agresiones verbales supusieron un 70% y las físicas cerca de un 30%. Los tipos delictivos más frecuentes fueron las amenazas y los atentados a funcionarios públicos.
La mayoría de las denuncias se interpusieron en hospitales y centros sanitarios, si bien la actividad de la Policía Nacional se ha intensificado en atenciones domiciliarias (7.000 intervenciones). Con relación al sexo, estos datos señalan que en el 62% de los casos, las víctimas fueron mujeres, mientras que los agresores fueron mayoritariamente hombres. Como dato a destacar, las cifras policiales destacan la falta de reincidencia en 2024.
Una de las posibles razones que podrían explicar el aumento de este tipo de denuncias es la mayor concienciación del problema por parte de los profesionales sanitarios
Tanto el Ministerio de Sanidad como la Policía Nacional coinciden en apuntar como posible causa del aumento de denuncias por agresión a los y las profesionales del ámbito sanitario, a una mayor concienciación del problema por parte de estos/as profesionales, asumiendo una actitud de tolerancia cero ante cualquier tipo de violencia ejercida por los pacientes y sus familiares/acompañantes.
Esto, unido a una mayor receptividad y respaldo tanto por parte de las Administraciones Central y Autonómica, como por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y las Organizaciones Colegiales, «los anima a denunciar y notificar agresiones que antes pasaban desapercibidas».
Otra de las razones esgrimidas por el Grupo de Trabajo del Ministerio de Sanidad que podría explicar el aumento de denuncias de este tipo de agresiones, son las sucesivas modificaciones y actualizaciones que se realizan en los sistemas informáticos de cada comunidad autónoma, que permiten recoger más exhaustivamente los diversos datos solicitados, junto con una mayor colaboración y coordinación entre las instituciones sanitarias.
Es necesario seguir visibilizando esta problemática y concienciando sobre ella
Todas estas cifras ponen de relieve que el problema de las agresiones al personal de la salud continúa siendo una realidad y un problema de gran relevancia que afecta a la integridad física y bienestar psicológico de quienes desempeñan su actividad profesional en el ámbito sanitario, y provoca una reducción de la calidad y la cohesión del Sistema Sanitario en nuestro país.
No obstante, tanto el Ministerio de Sanidad como la Policía Nacional tienen en cuenta la probabilidad de que los datos recogidos sólo muestren una parte de la realidad, y que todavía, muchas de las agresiones e incidentes violentos sufridos por profesionales del SNS sigan sin ser comunicados ni denunciados.
Por este motivo, es necesario seguir visibilizando esta problemática, concienciando y sensibilizando, tanto a los/as propios/as profesionales, como a la población en general. Para tal fin, es crucial un abordaje integral que involucre a todo el personal que desarrolla su actividad profesional en el Sistema Sanitario, las administraciones públicas y la sociedad, siendo clave también un respaldo jurídico sólido y eficaz.
Además de las medidas adoptadas a nivel nacional, en el ámbito autonómico también se han establecido una serie de medidas, como desarrollo o actualizaciones de normativas, protocolos de actuación, guías, campañas, etc., para aumentar la calidad de la protección y seguridad a los/as profesionales del SNS en cada uno de sus territorios y hacer frente a las agresiones en el ámbito de la salud.
Entre ellas, destacamos las siguientes, que evidencian un compromiso con la salud mental y con la atención psicológica ante este tipo de situaciones:
- El Servicio de Salud de las Islas Baleares (IB-Salut), cuenta, desde 2022, con el Observatorio de salud mental (OSMIB).
- En Cataluña, el Servicio Catalán de Salud (CatSalut), a través del Observatorio para Situaciones de Violencia en el Ámbito Sanitario, brinda apoyo médico y psicológico por parte del Servicio de Prevención a profesionales del SNS que sufren agresiones.
- La Rioja, mediante el servicio riojano de Salud formalizó en 2016 el contrato de la póliza de seguro de responsabilidad civil y patrimonial para los centros dependientes del SERIS, y su personal, incluyendo apoyos psicológico y jurídico a trabajadores/as que han sufrido agresión. Asimismo, tiene un acuerdo con el Observatorio Riojano para la Prevención de Agresiones en el ámbito sanitario, para registrar los incidentes originados por pacientes de salud mental
- El Servicio Murciano de Salud (SMS) de la Región de Murcia, implementó en 2021 un Plan de prevención de la conflictividad en centros de atención primaria, en colaboración con el Servicio de Psicología de la Universidad de Murcia, mejorando, posteriormente, en 2022, el circuito de derivación a Mutua para asistencia sanitario y/o psicológica tras una agresión.
Puede ser de interés conocer el porcentaje de denuncias que corresponde específicamente a cada una de las categorías profesionales que integran el campo profesional etiquetado como «otros»
Con el fin de visibilizar mejor esta grave problemática y poder emprender acciones eficaces, una medida que se podría tener en cuenta para futuros análisis sería la de desagregar los datos correspondientes al campo profesional etiquetado como “otros”, en aras de conocer de forma específica el porcentaje de denuncias correspondiente a cada una de las categorías profesionales que lo integran, especialmente, en el caso de la Psicología Clínica, al ser una de las que más atención directa tiene con los/as pacientes.
De este modo, podrán tomarse medidas específicas en aquellos casos y situaciones que entrañan más riesgo de sufrir agresión psicológica y/o física, determinando los posibles factores que podrían propiciarla para cada una de las categorías profesionales y poder establecer así el seguimiento oportuno.