Un nuevo estudio alerta del drástico aumento en el consumo de antidepresivos en adolescentes y adultos jóvenes después del inicio de la pandemia de COVID-19, especialmente entre las mujeres. El estudio ha sido publicado en la revista Pediatrics.
Según indican los autores, antes de la pandemia, ya se observaba un aumento en la prescripción de antidepresivos en este grupo demográfico. No obstante, la progresión en estas recetas se ha disparado después de marzo de 2020, con un incremento del 64%.
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores analizaron una base de datos nacional que recopilaba información sobre el 92% de las recetas dispensadas en farmacias estadounidenses. Esta metodología proporcionó una visión general sólida de los patrones de consumo de antidepresivos antes y después del inicio de la pandemia. Los hallazgos revelaron un aumento sustancial en la dispensación de antidepresivos a adolescentes y adultos jóvenes después de marzo de 2020. El incremento fue del 64% en comparación con los datos anteriores a la pandemia.
Este aumento fue particularmente pronunciado entre las mujeres, con tasas que aumentaron significativamente en comparación con los hombres. Entre las adolescentes de 12 a 17 años, el aumento fue del 130%. Entre las adultas jóvenes de 18 a 25 años, el aumento fue del 60%. De acuerdo con los autores, los datos sugieren que las mujeres jóvenes, en particular, pueden haber experimentado un aumento significativo en los síntomas de ansiedad y depresión durante la pandemia.
Sin embargo, los resultados también revelaron una tendencia inesperada. La tasa de consumo de antidepresivos entre los hombres apenas cambió, e incluso disminuyó entre los adolescentes varones. Este hallazgo plantea interrogantes sobre las posibles razones detrás de esta disparidad de género en la respuesta a la pandemia en términos de salud mental. A este respecto, los autores sugieren que la falta de acceso o participación en servicios de atención médica por parte de los hombres podrían haber limitado las oportunidades de diagnóstico y tratamiento en este grupo.
Según el texto, las implicaciones de estos hallazgos son significativas en términos de políticas de salud pública y práctica clínica. El aumento en la prescripción de antidepresivos refleja una mayor necesidad de apoyo y tratamiento para la salud mental de los adolescentes y adultos jóvenes. Sin embargo, también subraya la importancia de abordar los factores subyacentes que contribuyen a los problemas de salud mental. Tal es el caso del acceso limitado a atención adecuada, y en concreto, a tratamientos psicológicos basados en la evidencia como primera elección para el abordaje de la depresión en este grupo.
En conclusión, este estudio destaca la importancia de monitorear de cerca la salud mental de los jóvenes y proporcionar recursos y servicios adecuados para abordar sus necesidades. Además, subraya la necesidad de realizar investigaciones adicionales para comprender mejor las disparidades de género en la salud mental y desarrollar intervenciones efectivas para promover el bienestar psicológico de todos los grupos demográficos.
Fuente:
Chua, K-P., et al. (2024) Antidepressant Dispensing to US Adolescents and Young Adults: 2016–2022. Pediatrics. doi.org/10.1542/peds.2023-064245.