Abordaje psicológico de la COVID persistente
06 Jul 2023

¿Qué síntomas psicológicos y déficits cognitivos requieren atención en la COVID persistente? Esta cuestión se aborda en un nuevo informe de SAMHSA, dirigido a profesionales sanitarios y de la salud mental. El documento proporciona información de interés para profesionales de la salud mental y de la neuropsicología sobre la COVID persistente. como su definición, su impacto en la salud mental y otras claves para el abordaje de sus secuelas psicológicas.

Tal y como advierte la SAMHSA, la COVID persistente es una enfermedad real, con un impacto serio en el funcionamiento diario y el bienestar psicológico y funcionamiento cognitivo de las personas. No obstante, dada su reciente aparición se necesita ampliar la investigación para abordar adecuadamente este nuevo cuadro diagnóstico, incluyendo las secuelas psicológicas y los déficits cognitivos que lo acompañan.

covid persistente
Fuente: Pexels. Autor: Andrea Piacquadio. Fecha: 28/06/2023

A este respecto, uno de los grandes desafíos para los profesionales sanitarios consiste en determinar si los síntomas psicológicos se deben a la COVID persistente, al contexto asociado a la pandemia sanitaria o a una combinación de ambos factores. No obstante, independientemente de la causa, los expertos de SAMHSA insisten en la necesidad de abordar el tratamiento de estos síntomas psicológicos para la completa recuperación de los pacientes.

De acuerdo con el documento, estos son los síntomas y trastornos de salud mental más frecuentemente asociados a la COVID persistente (si bien se trata de un listado provisional):

  • Fatiga. Suele estar presente en el 32% de los supervivientes de COVID-19, y perdurar 12 o más semanas después del diagnóstico.
  • Deterioro cognitivo (niebla mental). Presente en el 22% de los supervivientes de COVID-19 y perdurar 12 o más semanas después del diagnóstico. El mayor riesgo de deterioro cognitivo persistió hasta dos años para las personas con COVID-19 en comparación con otra infección respiratoria.
  • Síntomas de ansiedad. Presentes en el 35% de los adultos con COVID persistente en el seguimiento de 6 meses después del inicio de los síntomas de COVID.
  • Síntomas de depresión. Presentes en el 41% de los adultos con COVID persistente en el seguimiento de 6 meses después del inicio de los síntomas de COVID-19.
  • Síntomas de trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Presentes en el 20% de los adultos 1 mes después del tratamiento hospitalario para la infección por COVID-19 (frente al 2% en población general).
  • Trastornos del sueño. Presentes en el 30% de los adultos con COVID persistente.
  • Trastorno de estrés postraumático (TEPT). Presente en el 14% de los adultos con COVID persistente, tres o más meses después de la infección por COVID-19.
  • Trastorno psicótico. Existe evidencia de un mayor riesgo (basado en un cociente de riesgo de 1,27) de padecer un trastorno psicótico a los 6 meses del diagnóstico de COVID-19, en comparación con las personas con otra infección de las vías respiratorias. Asimismo, mientras que el riesgo de trastornos de ansiedad y del estado de ánimo tiende a volver al valor basal uno o dos meses después del diagnóstico de COVID-19, el riesgo de trastorno psicótico sigue siendo elevado dos años después del seguimiento.
  • Inicio del trastorno por uso de sustancias. Seis meses después del diagnóstico de COVID-19, los individuos presentan una mayor probabilidad de ser diagnosticados con su primer trastorno por consumo de sustancias (basado en un cociente de riesgo de 1,21), en comparación con las personas que se recuperan de otras afecciones respiratorias, como gripe.

Además de lo anterior, los estudios han observado que determinados grupos se encuentran en mayor riesgo de desarrollar problemas de salud mental tras el diagnóstico de COVID-19. Estos grupos hacen referencia a personas que:

  1. Han sido hospitalizadas por COVID-19.
  2. Desarrollaron un cuadro clínico más grave de COVID-19.
  3. Presentaron síntomas de COVID-19 de mayor duración.
  4. Presentan trastornos de salud mental preexistentes y comórbidos.
  5. Pertenecen a grupos minoritarios.
  6. Son mujeres.

El texto reconoce que los determinantes sociales de la salud (nivel socieconómico, pertenencia a grupos minoritarios…) pueden contribuir al impacto negativo de la COVID-19 y la COVID persistente. De esta forma, los profesionales sanitarios deben prestar especial atención a las necesidades de determinados grupos, como las personas con discapacidades físicas e intelectuales, las personas LGBTQI+ o las personas pertenecientes a otros grupos minoritarios.

Finalmente, la publicación incluye un anexo con recomendaciones basadas en la evidencia para la evaluación adecuada de los síntomas psicológicos y cognitivos asociados a la COVID persistente y otro anexo con instrumentos de evaluación e intervenciones psicológicas recomendadas para cada uno de los dominios a considerar en estos pacientes. Estos dominios son:

  • Atención.
  • Velocidad de procesamiento.
  • Velocidad y función motora.
  • Lenguaje.
  • Fatiga mental.
  • Función ejecutiva.
  • Ansiedad.
  • Depresión.
  • Trastorno por estrés postraumático.
  • Trastorno obsesivo-compulsivo.
  • Trastorno por consumo de substancias.

Se puede acceder al documento en la Web de SAMHSA o aquí.

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