La pandemia ocasionada por el coronavirus ha puesto de manifiesto el escaso conocimiento e implantación de la Convención y de los mandatos de derechos humanos en las políticas públicas españolas, así como por otros agentes como sociedades científicas o la empresa.

Así lo advierte el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) en un nuevo informe titulado “El impacto de la pandemia del coronavirus en los derechos humanos de las personas con discapacidad en España”, un documento a través del cual se nuestra cuál ha sido la incidencia en España de la crisis originada por la pandemia del virus Covid-19 en los mandatos de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y cómo esta trasciende la pura emergencia sanitaria para convertirse también como una emergencia humanitaria y de derechos a escala nacional e internacional.

A lo largo de sus páginas el CERMI subraya la importancia de situar los derechos humanos en el núcleo de cualquier acción de los Estados, dado que, únicamente de este modo, se puede garantizar que la dignidad, la igualdad y la libertad queden indemnes en momentos críticos como emergencias climáticas o sanitarias.

Tal y como señala el Comité Español en su informe, esta crisis debe servir de aprendizaje para blindar la sociedad y, especialmente, aquellos grupos en situación de vulnerabilidad. En este sentido, el documento subraya las buenas prácticas que han emergido durante la pandemia, muchas de ellas propuestas catalizadas desde el movimiento CERMI y que se han instaurado como políticas públicas, así como las acciones impulsadas desde las organizaciones del Comité para mitigar los efectos de esta pandemia, tales como el permiso expreso de salidas “terapéuticas” a personas con discapacidad durante el estado de alarma, la consideración de la variable discapacidad en el estudio de seroprevalencia del coronavirus, o la campaña #SaludMentalVsCovid19, emprendida por la Confederación Salud Mental España con la colaboración del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, para concienciar a la población sobre la importancia de cuidar la salud mental durante el período de aislamiento provocado por el COVID-19.

A continuación, recogemos algunas de las principales conclusiones del informe:

• En la actualidad, las sociedades avanzadas, occidentales y con democracias consolidadas como la española siguen viendo a las personas con discapacidad desde la óptica de la prescindencia o desde el modelo médico rehabilitador, detectándose que poco o nada ha calado el enfoque de derechos, basado en la dignidad y la autodeterminación de las propias personas que propugna la Convención.

• Los medios de comunicación deben ser aliados de la inclusión, de la igualdad y la convivencia y no seguir alimentando estereotipos que vinculan el trastorno mental con la violencia o a situaciones de descompensación de personas con problemas de salud mental de forma ofensiva y discriminatoria.

• En términos clínicos, los derechos humanos son “la mejor vacuna” para mitigar los efectos de esta pandemia en las personas con discapacidad y constituyen un escudo infranqueable para proteger su integridad e indemnidad ante las consecuencias sociales, educativas, laborales, sociosanitarias y económicas en este contexto.

• El bienestar y la estabilidad de los Estados pueden verse comprometidos por las políticas de austeridad y la falta de inversión en servicios que aseguran derechos humanos como la salud, la vida y la educación.

• Es primordial revisar los servicios públicos en clave de inclusión, dado que se ha detectado cómo esta pandemia ha puesto de manifiesto muchas carencias para atender a la personas con discapacidad en situaciones excepcionales, comprometiendo derechos fundamentales como la vida o la educación y dejando en una situación precaria su atención sanitaria.

  A este respecto, el CERMI lamenta que se haya producido una carencia o discontinuidad en los cuidados, con personas que no han estado contando con el necesario cuidado de su salud mental y, en consecuencia, en muchos casos, tampoco física. No han tenido contacto con su centro de salud mental de manera telefónica de forma regular y, en muchos casos, ni siquiera han tenido contacto.

• El informe alerta de las consecuencias que la pandemia dejará en la salud mental de la población española, principalmente, en aquellas personas con discapacidad psicológica y social, que verán agravadas estas situaciones por el confinamiento.

• La crisis ha puesta de manifiesto la necesidad perentoria de transitar a un modelo de vida en comunidad. En esta misma línea, el CERMI considera urgente implementar un Plan Estatal de Desinstitucionalización que garantice la autonomía y vida independiente de las personas con discapacidad, y que favorezca la protección de su integridad en emergencias sanitarias.

• La situación vivida también ha evidenciado que las tecnologías de la información y la comunicación no son inclusivas, por lo que sería conveniente actualizar el espacio digital, en todas sus dimensiones, en clave de inclusión.

Se puede acceder al informe desde la página Web de la Confederación Salud Mental España o bien directamente a través del siguiente enlace:

El impacto de la pandemia del coronavirus en los derechos humanos de las personas con discapacidad en España