Salvando vidas: puntos clave del plan integral para prevenir el suicidio
25 Feb 2025

El pasado 14 de febrero de 2025 se aprobó el primer Plan de Acción para la Prevención del Suicidio (2025-2027). En este plan se define el comportamiento suicida como “un fenómeno complejo y multicausal, lo que dificulta su predicción”. Ya el Consejo General de la Psicología (COP) llevaba tiempo insistiendo en la necesidad de una estrategia multidisciplinar y coordinada, de una respuesta integral ante un fenómeno tan complejo.

Desde hace mucho tiempo se conocía la necesidad de un plan integral que facilitara la coordinación y colaboración de todas las Administraciones y actores y que integrara la prevención, intervención y posvención en las políticas públicas de todos los ámbitos. Actualmente, casi el 23 % de fallecimientos por causas no naturales corresponden a casos de suicidio. Era imprescindible un plan de acción, en donde la literatura científica y la actuación de los psicólogos y psicólogas adquiriera un papel predominante.

El plan establece seis líneas y acciones, que comentamos a continuación.

plan para prevención del suicidio

Fuente: pexels. Foto: cottonbro studio. Fecha: 19/02/2025.

1. Es fundamental obtener información de calidad

Para ello, se implementarán una Red Estatal de Vigilancia en Salud Pública y un registro de las Administraciones competentes para recopilar datos fiables, además de un Observatorio para la Prevención del Suicidio para analizar esos datos y difundir información rigurosa, que permita tomar decisiones fundamentadas. Por supuesto, se recopilará la investigación científica más relevante sobre la conducta suicida  y se establecerá un registro de proyectos de investigación.

2. Se trabajará la sensibilización

Aparte de campañas estatales, regionales y locales de sensibilización, promoción de la salud mental, concienciación contra el estigma y prevención de la conducta suicida, también se buscará la colaboración de los medios de comunicación y se los formará y asesorará para difundir información rigurosa y sensible sobre el suicidio.

3. Hay que prestar especial atención a las personas y colectivos vulnerables

Para lograrlo, se establecen varios puntos de acción: tanto en los servicios de salud mental como en la atención primaria, habrá que establecer mecanismos para la detección de la soledad no deseada; promover programas y espacios comunitarios para fomentar la salud mental y la vinculación con el entorno en las personas mayores; ofrecer programas dirigidos a personas con discapacidad; desarrollar acciones para el abordaje coordinado de situaciones de violencia, con especial atención a niños, niñas y adolescentes; realizar acciones de apoyo y promoción de la no discriminación hacia las personas LGTBIQ+, como la formación de profesionales en el ámbito sanitario con una perspectiva de diversidad.

Asimismo, se quiere brindar apoyo a personas en riesgo de exclusión social (gente sin hogar, en situación de desplazamiento o migración, adolescentes tutelados…) y con problemas de salud mental; desarrollar programas dirigidos a las personas que ejercen cuidados formales o informales, y fomentar la posvención a familiares y personas allegadas tras un suicidio para aliviar el duelo.

4. Prevención en todos los ámbitos políticos

Además de limitar el acceso a los medios letales y diseñar espacios públicos con un enfoque de seguridad, se pretende integrar la salud mental y la prevención del suicidio en todos los demás ámbitos.

Para ello, se quiere promover la coordinación con servicios sociales (atención sociosanitaria) e implementar estrategias de trabajo conjunto; establecer marcos de actuación común de los servicios de emergencias sanitarias y no sanitarias; impulsar el modelo de escuelas promotoras de salud y potenciar el trabajo intersectorial (comunicación entre Ministerios) en relación con los centros educativos; promover la salud mental en presos y la formación especializada del personal penitenciario; promover la salud mental y la prevención del suicidio en el entorno laboral y en las universidades y acercar la prevención de la conducta suicida a los programas de prevención de riesgos laborales; promocionar programas para reducir la prevalencia de consumo de alcohol y otras sustancias adictivas, como un factor de riesgo para la conducta suicida.

Asimismo, también se quiere trabajar la posvención implementando autopsias psicológicas en casos de suicidio. Este tipo de autopsias pretende reconstruir detalladamente cómo era la personalidad del fallecido y, de esto modo, obtener información útil para la prevención de otros casos. Para ello, profesionales de la psicología y la criminología se centran en el análisis de aspectos cognitivos (atención, memoria, inteligencia…), afectivos (episodios depresivos…), biográficos (infancia, adolescencia…) y relacionales (familia, amigos…).

5. Mejorar el abordaje sanitario

Algunas medidas son la creación de una comunidad de aprendizaje que permita compartir experiencias y buenas prácticas en relación con la conducta suicida; adecuar los recursos de las urgencias de los hospitales; garantizar la atención inmediata y una ágil derivación con la elaboración de un código de riesgo de suicidio y una formación especializada; crear desde el ámbito sociosanitario programas comunitarios para personas con riesgo de conducta suicida, y ofrecer programas sanitarios dirigidos a personas con enfermedades graves y/o dolor para abordar el sufrimiento psíquico asociado.

6. La psicología es esencial para un enfoque integral

Para lograrlo, se quiere promover la participación de personas supervivientes en las políticas de salud mental; mejorar la coordinación de la línea telefónica de atención a la conducta suicida (024) con otros teléfonos de asistencia y servicios de emergencia; coordinar los planes y programas del Ministerio con los de las Comunidades Autónomas; desarrollar una red de equipos asistenciales especializados en salud mental que puedan atender de manera telefónica, coordinada e integrada dentro de los servicios sanitarios autonómicos; ofrecer formación y supervisión a aquellos profesionales (sanitarios y no sanitarios) que puedan entrar en contacto con personas en situación de riesgo de suicidio (por ejemplo, en el ámbito educativo).

Para terminar, es importante resaltar que, en este contexto, una de las medidas más eficaces que ha venido planteando el COP, es la incorporación de psicólogos clínicos en Atención Primaria, lo que facilitaría tanto la detección precoz como la prevención de este grave problema, en este primer nivel asistencial de la salud.

Consulta el Plan de Acción para la Prevención del Suicidio pinchando aquí.

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