La confianza de la población en la ciencia supone grandes beneficios para la sociedad. Esta confianza contribuye, por ejemplo, a que las personas puedan realizar una toma de decisiones informada (sobre su salud, nutrición, conductas ecológicas, etc.) y basada en la mejor evidencia disponible; proporciona, además, la plataforma para que los gobiernos puedan desarrollar e implementar políticas basadas en la evidencia; y facilita, entre otras cuestiones, definir qué tipo de investigación es necesario financiar en cada momento y a dónde deben destinarse los recursos.
Estas son sólo algunas de las conclusiones del estudio realizado por Cologna et al. (2025) y publicado en la revista Nature Human Behaviour, el pasado mes de enero. El artículo, ‘Confianza en los científicos y su papel en la sociedad en 68 países‘, explora la confianza pública en los científicos y científicas a nivel mundial y la relevancia que esta confianza tiene para la toma de decisiones basada en la evidencia, especialmente, en situaciones y momentos de crisis, como la pandemia por COVID-19 o el cambio climático. Por lo tanto, comprender qué genera confianza o desconfianza en la ciencia y promover y garantizar esa confianza, es, sin duda, una tarea esencial.
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Fuente: Unsplash. Foto: Alex Shute. Fecha de descarga: 19/02/25
El estudio publicado, se ha realizado con 71.922 participantes de 68 países -entre los que se encuentra España-, y revela, entre otras cuestiones, que, aunque, actualmente, existe una narrativa que apunta a la existencia de una crisis de confianza en la ciencia, la realidad es que la mayoría de las personas confían, al menos, moderadamente, en los científicos y científicas y creen que deberían estar más implicados en la definición de políticas.
Así, el 78% de los y las participantes cree que los científicos/as están altamente cualificados para realizar investigación de alto impacto (sólo un 5% considera que nada en absoluto y un 16% que poco). Igualmente, el 75% consideró que los métodos de investigación científica son la mejor manera de averiguar si algo es verdadero o falso y el 57% confía en la honestidad de los científicos y que están genuinamente preocupados por el bienestar de las personas.
¿Por qué es importante poder confiar en la ciencia?
Si la sociedad confía en la ciencia, es más probable que se adopten políticas informadas y se sigan recomendaciones basadas en la evidencia, lo que es vital a la hora de abordar desafíos globales como pandemias o el cambio climático.
Sin embargo, la confianza en la ciencia no está siempre garantizada. En el estudio, hasta el 11% de la muestra consideraba que los científicos/as son deshonestos y un 31% bastante deshonestos. Lógicamente, hay situaciones y actuaciones que pueden romper la confianza en la ciencia y generar un clima de prevención y suspicacia frente a las conclusiones arrojadas por la investigación.
Un ejemplo es el fraude histórico promovido por diferentes estamentos ciencia para perpetuar el racismo a través de producción de conocimiento fraudulento y poco ético o el sesgo masculino introducido en la investigación de forma sistemática.
En todo caso, esa falta de confianza en los desarrollos científicos o las actitudes anticientíficas, incluso si son sostenidas por minorías, pueden tener un grave impacto en la percepción sobre la ciencia y en que las personas se inclinen por creencias no sustentadas científicamente.
Poder confiar en la ciencia y el trabajo científico facilita que las personas y los responsables de la toma de decisiones, actúen basándose en la mejor evidencia disponible en cada momento y tiene impacto a la hora de formular políticas que tienen gran impacto en las comunidades.
¿Por qué se pierde la confianza en la ciencia o se desconfía de sus resultados?
Son varios los factores que, según el estudio, pueden influir en una pérdida de confianza en la ciencia. Unos están relacionados con la manera de hacer y comunicar la ciencia (falta de transparencia sobre las fuentes de financiación, la percepción de que se trata de una ciencia ideologizada o, incluso, con la percepción de sesgos a la hora de hacer ciencia o presentar los resultados) y otros con variables vinculadas a la propia persona.
Variables relacionadas con el desarrollo y comunicación de la ciencia:
- Fuentes de financiación: la transparencia sobre las fuentes de financiación es crucial, ya que no saber cuál es la procedencia del soporte económico puede generar suspicacia sobre la integridad de la investigación y sus intereses últimos. Si las fuentes de financiación no son percibidas como libres de influencia ideológica, el público puede dudar de la objetividad de los resultados científicos.
- Ideología y orientación política: el estudio muestra que la orientación política conservadora y las actitudes populistas relacionadas con la ciencia se correlacionan con una menor confianza en los científicos/as y en los resultados. Si se percibe que los científicos/as tienen una agenda política, su credibilidad puede verse comprometida.
- Intereses de las entidades investigadoras: si las instituciones científicas que sostienen los estudios o investigaciones son vistas como promotoras de intereses particulares, en lugar del bienestar público, la confianza disminuye. Como ejemplo, la percepción de que los científicos y científicas están más enfocadas en el desarrollo de tecnología militar que en la salud pública o en la reducción de la pobreza, puede erosionar la confianza y generar dudas sobre la intencionalidad de la comunicación de resultados.
- Falta de apertura y comunicación: la falta de transparencia sobre los datos y la metodología, así como la comunicación vertical en lugar de promover el diálogo y debate abierto con el público, pueden aumentar la desconfianza. La percepción de que los científicos no están abiertos a la retroalimentación también contribuye a esta pérdida de confianza.
Variables relacionadas con la persona:
- Orientación política conservadora: este estudio encuentra una correlación negativa entre la orientación política conservadora y la confianza en los científicos (es decir, menor confianza cuanto mayor es el conservadurismo). En concreto, en los EE. UU., la confianza se asocia con una orientación liberal, pero no con la ubicación de la persona en el espectro izquierda-derecha. En varios países de Europa y América del Norte, la orientación política conservadora y de derecha se asocia negativamente con la confianza en los científicos, lo que se ha confirmado, igualmente, en investigaciones anteriores centradas principalmente en estas regiones.
- Actitudes populistas relacionadas con la ciencia: las personas que creen que el sentido común es superior a la experiencia de los científicos y las instituciones científicas tienden a desconfiar de los científicos. Este resentimiento populista hacia la ciencia puede socavar la confianza pública en los científicos y científicas.
- Alta orientación al dominio social (SDO): el documento define la SDO como el grado en que los individuos desean y apoyan la jerarquía basada en grupos y la dominación de grupos «inferiores» por grupos «superiores». Aquellos que favorecen el reforzamiento de la jerarquía son menos propensos a confiar en los científicos, posiblemente porque ven a las universidades y entidades científicas como instituciones que debilitan las jerarquías sociales.
Cómo fomentar la confianza en la ciencia:
A estas alturas, el artículo ya evidencia lo importante que es poder confiar en la ciencia y los motivos que pueden llevar a no hacerlo, con las consecuencias y el impacto que puede tener al tomar decisiones e implementar políticas de cualquier tipo. Por lo tanto, es imprescindible plantear soluciones para promover y potenciar la confianza en los resultados provenientes de la ciencia. Algunos aspectos que pueden considerarse incluyen:
- Mejorar la percepción de la integridad y la apertura de los científicos y científicas: Según propone el artículo, aquellos científicos/as que deseen obtener la confianza del público podrían trabajar sobre su propia receptividad a la retroalimentación y ser más transparentes sobre las fuentes de financiación y datos (por ejemplo, una medida podría ser fomentar al máximo la ciencia abierta y compartir las bases de datos para que puedan replicarse los resultados).
- Comunicar de manera efectiva y promover la participación y debate públicos: El artículo insiste en que es esencial invertir más esfuerzo en la comunicación de la ciencia al público general, evitando la comunicación vertical y fomentando la participación pública en un diálogo abierto y honesto, tratando de tener en consideración las perspectivas y necesidades de otros actores sociales.
- Tener en cuenta las prioridades de investigación del público: Dado que los beneficios percibidos de la ciencia están fuertemente correlacionados con la confianza en los científicos y científicas, señalan Cologna et al. que el hecho de que la ciencia, las agencias financiadoras y los filántropos, tengan más en cuenta las prioridades y necesidades del público a la hora de proponer las investigaciones, podría suponer una vía importante para aumentar la confianza.
- Adaptar la comunicación a diferentes audiencias: La confianza en los científicos y científicas varía sensiblemente entre los grupos de población, siendo, según señala el artículo, las mujeres, las personas mayores y las personas con niveles educativos más altos las que más confían en la ciencia. Sería imprescindible, por lo tanto, aprender a comunicar los resultados científicos de una manera divulgativa, adaptada a los diferentes públicos y de forma que llegue con claridad a todas las personas.
Conclusiones principales
Según concluye el artículo, no parece existir una crisis generalizada de confianza en la ciencia, en contra de lo que parecen mostrar otras informaciones. De hecho, en la mayoría de los países, los científicos/as y los métodos científicos gozan de una alta confianza.
Sin embargo, este estudio muestra que factores como la falta de transparencia sobre las fuentes de financiación o la percepción de intereses ulteriores a la hora de realizarlas o comunicarlas o que la investigación se perciba como teñida ideológicamente, afectan a esa confianza. Igualmente, lo hacen factores personales como una orientación más conservadora, las actitudes personales populistas y la alta orientación al dominio social se asocian.
Por lo tanto, aunque la confianza en la ciencia es alta, es imprescindible abordar las preocupaciones de las minorías con desconfianza y fomentar una mayor transparencia, comunicación y participación pública para mantener y aumentar la confianza en la ciencia a nivel mundial.
Fuente: Cologna, V., Mede, N.G., Berger, S. et al. (2025). Trust in scientists and their role in society across 68 countries. Nature Human Behaviour, https://doi.org/10.1038/s41562-024-02090-5