La salud mental se ha convertido en una de las principales preocupaciones de la sociedad española, con el 34% de la población presentando algún problema de esta índole (según los últimos datos sobre el SNS del Ministerio de Sanidad, correspondientes a 2024).

El aumento paulatino de los problemas de salud mental registrado en los últimos años, unido a las largas listas de espera para recibir atención psicológica y a la falta de psicólogos clínicos en la sanidad pública, conforman un contexto que ha facilitado la aparición de un gran número de personas que ofrecen ayuda psicológica, en algunos casos coaches, ‘falsos’ pseudoterapeutas y/o ‘falsos’ psicólogos, ofertando todo tipo de servicios, principalmente en redes, sin tener ninguna titulación reglada en Psicología que les capacite para tal función.

Los hay que, apoyándose en experiencias personales, se presentan como expertos del crecimiento personal, el autoconocimiento, y el bienestar espiritual u ofrecen terapias milagrosas, captando a personas vulnerables. Otros llenan auditorios ofreciendo charlas con un lenguaje muy estudiado para que cualquier persona se puede identificar con lo que ellos explican, dando consejos que sólo sirven para ese tiempo de escucha, vendiendo libros, audios, cursillos, y generando unos ingresos económicos considerables, parecidos al mercado bibliográfico de la autoayuda.

Todas estas ofertas entrañan un riesgo grave para la salud, puesto que se trata de servicios realizados por personas que no cuentan con titulación, garantías, ni conocimiento para realizar intervenciones relacionadas con el bienestar y la salud psicológica, y que son, principalmente, “ayudólogos” que, bajo distintas etiquetas, ofrecen sus servicios, sin tener las competencias exigidas para atender estos problemas y situaciones. 

Las denuncias por intrusismo han aumentado, pasando de 22 denuncias en 2021 a 321 registradas en 2024

Por ello, para recibir ayuda psicológica, conviene acudir a psicólogos y psicólogas debidamente acreditados/as y huir de esas ‘falsas’, y en multitud de ocasiones, altamente perjudiciales, ‘pseudoterapias’. A este respecto, el Consejo General de la Psicología cuenta con un observatorio contra el intrusismo, donde se recogen las denuncias de los/as colegiados/as y de los/as usuarios/as, sobre prácticas utilizadas por otras personas no sanitarias que brindan tratamientos sin validez científica.

Los datos referentes a la evolución de las denuncias de intrusismo totales recogidas por el COP en el último quinquenio, revelan que, desde los años 2020 y 2021 -durante los cuales se registraron 22 denuncias en cada uno de ellos-, éstas no han dejado de aumentar exponencialmente, denunciándose 31 casos en 2022 y 144 en 2023, y registrándose, hasta junio de 2024, la cantidad de 321 denuncias por intrusismo. De éstas, 13 corresponden a denuncias penales, 30 se derivaron al COP, 85 se presentaron en los distintos Colegios profesionales y 43 fueron derivadas también a ellos.

Tomando como referencia las cifras de 2024, el análisis por comunidad autónoma desvela que, de las 321 denuncias por intrusismo, la mayor parte se realizaron en la Comunidad de Madrid (164), quedando repartidas para el resto de CC.AA. así: 27 en la Comunidad Valenciana, 25 en Cataluña, 16 en Andalucía Occidental, 14 en Andalucía Oriental, 9 en la Región de Murcia, 7 en Castilla y León, 6 en el Principado de Asturias, 5 en Galicia y en Aragón, 4 en Extremadura, 3 en País Vasco y en Navarra, 2 en Castilla La Mancha y 1 en Cantabria.

Más de la mitad de las denuncias tramitadas de forma específica desde el COP en 2024, están relacionadas con personas que ejercen como psicólogos sin contar con la titulación correspondiente

En relación con las denuncias de intrusismo tramitadas de forma específica desde el COP durante el año 2024, se observa que más de la mitad de las denuncias que ha tramitado la Organización Colegial están relacionadas con personas que ejercen como psicólogos/as sin contar con la titulación correspondiente.

Cabe señalar aquí que la mala praxis está recogida en el código deontológico que regula de manera clara la actividad profesional de los/as psicólogos/as. En el caso de quienes se hacen pasar por psicólogos/as sin serlo, el Código Penal, en el artículo 403, hace referencia expresa a la penalización por la realización de una profesión sin tener el título en posesión,lo que se puede entender como un claro caso de intrusismo profesional que se resuelve en los tribunales.

El resto de denuncias corresponden a personas que desean mantener el anonimato, denuncias contra trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales que hacen funciones propias de los/as profesionales de la Psicología, psicólogos/as de baja colegial, psicólogo/a y pedagogo/a, denuncias relativas a ofertas de empleo público, así como denuncias contra una persona que presta servicio en un organismo público sin ser psicólogo/a y que ofrece formación fraudulenta.

El Ministerio de Sanidad cuenta con una campaña donde se incluyen acciones de comunicación y sensibilización en torno a las pseudoterapias y pseudociencias

Centrándonos únicamente en las más comunes, es decir, las denuncias contra personas que ejercen como psicólogos/as sin serlo ni contar con la titulación necesaria, se observa que, en algunos de estos casos, se ha denunciado el uso de las siguientes técnicas: Gestalt, PNL, Reiki, Terapias Energéticas, Eneagramas, Escuela Metta, Psicodrama, Terapia transpersonal, Bioenergética, Tarot energético, Sincronización hemisférica, Escucha somática.

Algunas de estas técnicas se encuentran en el listado elaborado por el Ministerio de Sanidad, donde se recogen aquellas que no tienen soporte en el conocimiento científico con metodología suficientemente sólida para acreditar su eficacia y seguridad (pese a que existan publicaciones relativas a algunas de ellas), por lo que se consideran pseudoterapias. Otras, sin embargo, están aún en proceso de evaluación por parte del Ministerio, esto es, en búsqueda de evidencia para determinar su eficacia.

Ante los riesgos derivados de la confianza en pseudociencias y pseudoterapias y la confusión entre lo que es científico y lo que no lo es, el Ministerio lleva a cabo la campaña #CoNprueba, donde se incluyen una serie de acciones encaminadas a la comunicación y sensibilización de la población para facilitar la toma de decisiones informadas y responsables sobre pseudoterapias y pseudociencias.

Esta campaña se encuadra dentro del Plan de Protección de la Salud frente a las Pseudoterapias, a través del cual se definen y desarrollan acciones para proteger de manera integral a la ciudadanía de las terapias que no están basadas en el conocimiento y la evidencia científica, y que puedan suponer un riesgo para la salud de las personas.

En caso de detectarse una práctica profesional inadecuada es importante ponerla en conocimiento de la Organización Colegial

En esta misma línea, el Consejo General de la Psicología, a través de su Comisión del Ejercicio Privado, Intrusismo y Defensa de la Profesión, subraya que el intrusismo en la Psicología no es sólo un problema que atenta contra el ejercicio profesional de los/as psicólogos/as, sino que supone una amenaza para el bienestar y la salud psicológica de la ciudadanía. Por ello, es fundamental garantizar que los usuarios y usuarias sean atendidos por profesionales cualificados, con competencias y que les ofrezcan garantías.

Es labor de todos y cada uno de nosotros contribuir a la eliminación del intrusismo como un problema que puede poner en riesgo nuestra salud. En caso de detectarse una práctica profesional inadecuada, es importante ponerla en conocimiento de la Organización Colegial:

• Comunicándolo al Consejo General de la Psicología de España, a través de la Web Stop Intrusismo en la Psicología, una plataforma a través de la cual cualquier persona puede realizar denuncias ante la organización colegial, que serán evaluadas estableciendo, de este modo, un procedimiento común de análisis y afrontamiento del intrusismo para que se aplique en todos los colegios de España.

• Trasladándolo al correspondiente Colegio Oficial de Psicología de tu Comunidad Autónoma.

De hecho, los Colegios profesionales cuentan con los recursos necesarios para controlar de la manera más eficiente la mala praxis y el intrusismo profesional, asegurando así la calidad y seguridad de los servicios que se ofrecen a los/as pacientes/clientes, estableciendo para ello un marco de actuación común destinado a proteger tanto a los colegiados como a los beneficiarios de dichos servicios.