Conocemos la situación de vulnerabilidad que tienen los/as trabajadores/as autónomos/as en relación con la salud mental: incertidumbre económica, presiones legislativas y fiscales, realización de tareas múltiples y roles diversos (tratar con clientes, proveedores, bancos, empleados…), dificultades para terminar la jornada, desconectar e incluso para cogerse una baja laboral… Implica un desgaste que requiere no solo de apoyo psicológico, sino también social y familiar. La novedad de este artículo, publicado en la revista Small Business Economics, reside, precisamente, en poner el foco en esas figuras de apoyo, más concretamente, en el apoyo de la pareja. ¿Cómo afecta la decisión de trabajar por cuenta propia en el bienestar de nuestras parejas? ¿Tiene costes para la pareja?
Fuente: pexels. Foto: Mikhail Nilov. Fecha: 16/01/25
Para lanzarse al emprendimiento se necesita el apoyo práctico y emocional de la pareja
El artículo resalta que las personas que trabajan como autónomas invierten una serie de esfuerzos que implican mayor necesidad de apoyos familiares, normalmente la pareja, que acaba teniendo un papel esencial en el ámbito emocional: de algún modo, la pareja ayuda a amortiguar el estrés.
Además, el apoyo en aspectos prácticos también es relevante. Las parejas a menudo participan en la discusión y la planificación del lanzamiento de la empresa, y esto demanda cierto capital psicológico en ambos: capacidad para asumir riesgos, locus de control interno, esperanza, optimismo, resiliencia…
Esto podría conllevar, por tanto, un desgaste posterior en la pareja. Sin embargo, antes de comenzar la actividad de autónomo, ocurre todo lo contrario: las parejas comienzan con unos niveles de satisfacción significativamente más altos que el grupo control, porque sacan todo su capital psicológico para apoyar práctica y emocionalmente a sus parejas.
Según la teoría de los efectos de cruce, además, se produce un contagio emocional
A lo expresado en el párrafo anterior, se le añade la teoría de efectos de cruce, de Westman. Según esta teoría, el estrés que experimenta una persona también aumenta el estrés de los individuos que la rodean: los compañeros acaban imitando los comportamientos, actitudes y emociones del otro.
A este respecto, Westman señala tres formas primarias para este cruce: primero, la empatía y la sincronía que esta empatía origina con el comportamiento del otro; segundo, de una manera indirecta, los factores mediadores (por ejemplo, estrategias de afrontamiento, estilo de comunicación, etc., que pudieran llevar a interacciones cargadas de provocación, crítica…, es decir, a un debilitamiento social del otro); tercero, estresores comunes, que afectan paralelamente a los dos (por ejemplo, merma o incertidumbre de la economía compartida, avalarlo con la casa común…).
Por tanto, si aunamos ambas cuestiones —la necesidad de apoyo de la pareja y los efectos de cruce—, es presumible que las tensiones del cambio afecten a la pareja.
El bienestar se mide teniendo en cuenta la salud mental, el bienestar general y el bienestar con la situación que se está viviendo
La muestra del estudio se centra en matrimonios, quizá como indicador de parejas consolidadas. También se controlan algunas variables que podrían influir en los niveles de estrés percibidos: edad, nivel educativo, horas de trabajo, estado y antecedentes migratorios, condición de salud a largo plazo, duración matrimonial, número de hijos, ingresos, propiedad de la vivienda y ubicación.
El bienestar se va a medir en términos de salud mental, bienestar cognitivo general (satisfacción con la vida) y bienestar hacia la situación concreta la (satisfacción hacia el matrimonio, la situación financiera y el tiempo libre). En total, cinco medidores.
Las parejas de quienes cambian a un empleo de autónomo sufren un desgaste psicológico
De acuerdo con los resultados del estudio, las parejas muestran niveles significativamente más bajos de satisfacción en la salud mental y vital después de iniciar el trabajo por cuenta propia. Asimismo, también informan de menor satisfacción en la relación conyugal y en el ocio. “Esto sugiere que el inicio del trabajo por cuenta propia genera tensiones significativas en el bienestar de los cónyuges y erosiona gran parte de su capital psicológico preexistente, que era comparativamente mayor”, algo que concuerda con la teoría del efecto de cruce, antes mencionada.
Aparte, la investigación recuerda que los/as trabajadores/as autónomos/as se encuentran en una situación de aislamiento social, un factor de riesgo clave para la mala salud mental: carecen de superiores y suelen tener muchos menos compañeros. Esto refuerza el papel de sus parejas, como apoyo para compensar y sobrellevar este aislamiento.
Cuando emprender es una alternativa al desempleo, hay aumento del bienestar
El estudio encuentra un aumento de la satisfacción en la salud mental y en la relación conyugal después de la transición si se venía del desempleo (en la relación conyugal en mujeres, fundamentalmente). También es cierto que se halla una disminución en la satisfacción con la vida y en la satisfacción financiera.
Estos datos muestran que no es igual adentrarse en este tipo de empleo por la oportunidad de cambiar a una actividad más motivadora que adentrarse por la necesidad del autoempleo. Quienes buscan independencia, logro, estatus o reconocimiento podrían encontrarse con falta de tiempo; mientras que quienes tratan de escapar de las miserias del desempleo podría encontrar cierto alivio. En este sentido, hay diferencias encontradas en este estudio: “los/as cónyuges de quienes entran en el trabajo por cuenta propia después del desempleo sí informan de mejoras en el bienestar”; por tanto, como alternativa al desempleo la pareja percibe un avance.
Las diferencias de género encontradas son moderadas, y la pareja suele estar bastante alineada
Aparte, tal y como indica el artículo, debido a que la división del trabajo y las responsabilidades familiares en los hogares tienen una clara naturaleza de género, es importante analizar si hay diferencias entre hombres y mujeres. También hay diferencias en cómo se enfoca el nuevo trabajo por cuenta propia: “Las mujeres tienden a organizar sus vidas en torno a las necesidades de sus familias, mientras que los hombres tienden a organizar sus vidas en torno a las demandas de su trabajo”.
Asimismo, “los empresarios hombres buscan con mayor frecuencia apoyo instrumental (por ejemplo, ayuda con tareas comerciales, contabilidad), mientras que las empresarias buscan apoyo emocional (por ejemplo, escuchar empáticamente las preocupaciones de la pareja)”; por ello, las expectativas que ambos tienen con respecto al apoyo de la pareja podrían diferir. No obstante, en relación con la transición a un empleo de autónomo solo se identificaron diferencias de género moderadas: la pareja está más alineada de lo que cabría esperar, y ambos géneros exhiben un mayor capital psicológico antes de cambiar el tipo de trabajo. Las tendencias que se encontraron fueron las siguientes:
- En las parejas de personas que pasan de empleo por cuenta ajena a empleo por cuenta propia:
- Las mujeres notan los efectos más en la salud mental, mientras que los hombres en el tiempo libre. “Estas diferencias podrían reflejar que los cónyuges masculinos experimentan un mayor cambio en la división de las tareas domésticas y las responsabilidades de cuidado durante la creación de la empresa”.
- El efecto negativo en la satisfacción financiera solo se percibe por las mujeres.
- Aunque la satisfacción conyugal baja en ambos, pero los hombres informan de una mejor valoración que las mujeres, antes y después del cambio laboral.
- En las parejas de personas que pasan de situación de desempleo a empleo por cuenta propia:
- La percepción en la mejora conyugal ocurre en las mujeres, y en los hombres es constante.
- En la satisfacción financiera las mujeres indican mejoría, mientras que los hombres indican lo contrario.
El equilibrio entre el trabajo y la familia debe entenderse como un fenómeno de pareja
“Los responsables de las políticas deberían reconocer el importante papel que desempeñan los cónyuges y considerar la posibilidad de mejorar el acceso a los servicios de apoyo para ayudar a los autónomos y a sus familias”. Por tanto, el enfoque debe ampliarse y hacerse más sistémico.
Además, una visión que reconozca el papel y el apoyo de la pareja permite, no solo una mejor comprensión de este fenómeno, sino una mejor intervención para favorecer el emprendimiento. “Es probable que las limitaciones de recursos psicológicos (así como prácticos) proporcionados por los cónyuges sean un impedimento” para lanzarse al emprendimiento.
Es probable que ciertos grupos posean menos apoyos y, por ello, estén perdiendo oportunidades de emprendimiento y se estén manteniendo las desigualdades. “Esto podría desempeñar un papel en la explicación de la brecha de género en el emprendimiento”.
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