Recomendaciones para ayudar a los menores afectados por la DANA
15 Nov 2024

Las recientes inundaciones en Valencia y el sureste de España, causadas por la DANA, han dejado a su paso un impacto devastador, no solo a nivel material, sino también en la salud mental de la población, especialmente en los niños, niñas y adolescentes. Así lo señala la nueva guía de UNICEF, que lleva por título «Cómo ayudar a los niños, niñas y adolescentes a sobrellevar las emergencias y desastres naturales».

La guía tiene como objetivo ofrecer recomendaciones a padres, madres y cuidadores para proteger el bienestar de los menores que han vivido experiencias de este tipo. A continuación, se detallan algunas de las recomendaciones clave recogidas en el documento:

Comprender el impacto emocional:

Es crucial que los adultos comprendan la amplia gama de reacciones emocionales que los niños y adolescentes pueden experimentar después de una emergencia como la DANA. Algunos pueden mostrar signos de malestar inmediatamente, mientras que otros pueden manifestarlos más tarde. Estas reacciones pueden incluir:

  • Molestias físicas: Dolores de cabeza, estómago, fiebre, tos, falta de apetito.
  • Emociones intensas: Miedo, ansiedad, tristeza, irritabilidad, ira.
  • Cambios en el comportamiento: Regresiones a conductas infantiles (mojar la cama, aferrarse a los padres), hiperactividad, agresividad, retraimiento, timidez.
  • Problemas de sueño: Dificultad para dormir, pesadillas, terrores nocturnos.
  • Dificultad de concentración.

Es importante recordar que la forma en que cada niño o adolescente reacciona está influenciada por factores como la edad, las experiencias previas con el estrés, los determinantes sociales y su capacidad de afrontamiento habitual.

DANA
Fuente: Pexels. Autor: Yan Krukau. Fecha: 12/11/2024
El autocuidado: la base para ayudar a otros

Para brindar un apoyo efectivo a los niños y familias afectadas, los adultos deben priorizar su propio bienestar emocional. Así, el documento de UNICEF enfatiza la importancia del autocuidado para los padres y cuidadores. Algunas estrategias de autocuidado recomendadas incluyen:

  • Descanso adecuado: Dormir lo suficiente y tomar descansos cuando sea necesario.
  • Apoyo social: Compartir responsabilidades con otros adultos de confianza y buscar apoyo en las redes familiares y sociales.
  • Aceptación y esperanza: Reconocer la dificultad de la situación, pero mantener una actitud positiva y la esperanza de que la crisis se superará.
  • Paciencia con las emociones: Comprender que las emociones intensas son normales en una situación de emergencia y permitirse sentirlas.
  • Conexión con otros: Hablar de las preocupaciones con otros adultos de confianza, en lugar de hacerlo con los niños.
  • Permitirse el duelo: Reconocer la pérdida y permitirse llorar.
  • Mantener rutinas: Establecer horarios regulares para dormir, trabajar y realizar actividades.
Habilidades de comunicación para abordar el trauma:

El documento de UNICEF proporciona una guía para hablar con los niños sobre la emergencia, que detalla los siguientes aspectos:

  • Iniciar una conversación abierta: Brindar un espacio seguro para que los niños y niñas expresen sus sentimientos y preocupaciones sin ser juzgados.
  • Empatía y escucha activa: Demostrar interés genuino por lo que el menor está experimentando y validar sus emociones.
  • Información adecuada a la edad: Explicar lo sucedido de forma clara y sencilla, adaptando el lenguaje a la edad del niño o niña.
  • Tranquilizar y brindar seguridad: Expresar afecto, pasar tiempo juntos y asegurarles que se está haciendo todo lo posible para protegerlos.
  • Estar atento a los signos de angustia: Observar cambios en el comportamiento que puedan indicar la necesidad de intervención profesional.
Estrategias para promover la recuperación emocional:

El documento de UNICEF destaca estrategias clave para ayudar a los niños y niñas a recuperar la normalidad y desarrollar resiliencia, tales como:

  • Mantener rutinas: Establecer horarios regulares para dormir, comer y realizar actividades, lo que proporciona una sensación de seguridad y predictibilidad.
  • Ejercicios de relajación: Enseñar técnicas de respiración profunda a los niños y adolescentes para manejar la ansiedad.
  • El juego como herramienta terapéutica: Fomentar el juego como una forma para que los niños procesen sus emociones, se relajen y se conecten con otros.
  • Reconocer los esfuerzos y la resiliencia: Elogiar a los menores por sus logros y destacar sus fortalezas para fomentar su autoestima y resiliencia.
  • Atención individualizada: Dedicar tiempo de calidad a cada niño o niña para que se sienta escuchado y comprendido, lo que puede requerir paciencia y flexibilidad por parte del adulto.
Consideraciones especiales para adolescentes:

El documento de UNICEF reconoce las necesidades específicas de los adolescentes en situaciones de emergencia. A este respecto, los adultos deben tener en cuenta los siguientes aspectos:

  • Necesidad de independencia y conexión con amigos: Permitirles pasar tiempo con sus amigos y fomentar la comunicación con ellos, reconociendo que la conexión social es crucial para su bienestar.
  • Acceso a información y redes sociales: Abordar las preocupaciones que puedan surgir de la exposición a noticias e información sobre la emergencia a través de internet y redes sociales.
  • Asignación de responsabilidades: Involucrar a los adolescentes en tareas que les permitan sentirse útiles y contribuir a la recuperación familiar y comunitaria.
Fortalecer la red de apoyo:

La guía también destaca la importancia de la conexión social para afrontar situaciones de crisis. En este sentido, resulta esencial:

  • Mantener contacto con amigos y familiares: Facilitar la comunicación con seres queridos para reducir la sensación de aislamiento.
Conclusión

Los adultos juegan un papel clave para ayudar a los niños, niñas y adolescentes a superar el impacto psicológico de la DANA y desarrollar su resiliencia. Los padres y cuidadores pueden proporcionar apoyo emocional, enseñar estrategias de afrontamiento eficaces frente al estrés y fortalecer las redes de apoyo familiar. Al seguir las recomendaciones de UNICEF, los adultos pueden contribuir a la recuperación emocional de los menores afectados y promover su bienestar a largo plazo.

La guía puede descargarse en la página de UNICEF y en el siguiente enlace:

Cómo ayudar a los niños, niñas y adolescentes a sobrellevar las emergencias y desastres naturales

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