En la adultez emergente hay una tendencia en general hacia el amor romántico, que combina la pasión y la atracción física y emocional con la confianza, así como a rechazar el amor placentero, que no busca una relación estable ni duradera, sino una con poca implicación emocional, una sexualidad abierta y permisiva, y sin expectativas de futuro. Si se analiza en función del género, se observa que los hombres jóvenes se inclinan más hacia este último tipo de amor, mientras que las mujeres jóvenes tienden hacia un amor más racional y práctico, centrado en la compatibilidad de intereses y no únicamente en la atracción física. Los datos evidencian la trascendencia de las relaciones románticas para el bienestar y el ajuste psicológico y social de los y las jóvenes.
Estas son algunas de las principales conclusiones recogidas en un estudio publicado en la revista Apuntes de Psicología y desarrollado por las investigadoras de la Universidad de Sevilla, Raquel Blanco, Águeda Parra , Vanesa Salado y Marta Díez, con el objetivo de analizar las creencias sobre las relaciones de pareja durante la adultez emergente, concretamente los mitos del amor romántico y los tipos de amor y su relación con el bienestar, teniendo en cuenta las diferencias de género.
Fuente: freepik. Foto: freepik. Fecha: 02/10/24
Tal y como señalan las autoras de este estudio, el amor es “un fenómeno que incluye aspectos socioculturales e ideológicos además de emocionales”, siendo conceptualizado y categorizado a través de múltiples enfoques a lo largo de los años.
En el presente estudio las investigadoras parten de la teoría de Lee (1973) sobre la concepción del amor (Colors of the Love Theory), la cual distingue seis tipos de amor:
- Eros: amor pasional con una intensa atracción tanto emocional como física. Se caracteriza por una alta confianza en la otra persona.
- Ludus: amor placentero, en él no se busca una relación estable ni duradera, sino poca implicación emocional, ni expectativas de fututo y la sexualidad suele ser abierta y permisiva.
- Storge: amor que nace de la amistad, cuya base es el cariño, afecto, intimidad, compromiso y compañerismo. En este tipo de amor no se valora tanto la satisfacción sexual ni la apariencia física, sino que se concede más relevancia la búsqueda de afinidades y el compromiso a largo plazo.
Estos tres se consideran estilos primarios. De su combinación, surgen tres nuevos tipos de amor:
- Manía: formado por Eros y Ludus, es el amor obsesivo, adicto, dependiente, celoso, posesivo y desconfiado, en el que son características las demostraciones de amor constantes.
- Pragma: fruto de la combinación de Ludus y Storge, es un amor más racional y práctico, no tan basado en las emociones y sentimientos, más centrado en la compatibilidad de intereses que en la atracción física.
- Ágape: formado por Eros y Storge, es el amor altruista, basado en la entrega desinteresada, la renuncia personal y la priorización de las necesidades de la pareja ante las propias.
Los cambios sociales en las últimas décadas han derivado en nuevos valores y creencias en el área de las relaciones de pareja y prácticas sexuales entre las nuevas generaciones
Las investigaciones previas realizadas en base a esta teoría revelan que los hombres valorarían más el sexo casual y el tener un mayor número de parejas que las mujeres, debido a los valores y a la educación que se les ha transmitido. Las mujeres son más conservadoras que los hombres, mostrándose menos permisivas ante relaciones sexuales inmediatas o informales y menos proclives a mantenerlas con diferentes personas. En este sentido, las autoras de este estudio sugieren que los hombres conceden más valor a Ludus y Ágape, mientras que las mujeres valoran más los estilos Storge y Pragma.
De acuerdo con las investigadoras, niños y niñas son socializados desde la infancia a través de la educación, los cuentos, las canciones, los medios de comunicación, “inculcándoles roles de género respecto a las relaciones de pareja en los que generalmente se ha transmitido el modelo de amor patriarcal y heterosexual”, si bien algunos estudios señalan una evolución “hacia formas de amar asociadas a valores más igualitarios”.
Los múltiples cambios sociales acaecidos en las últimas décadas, han derivado en nuevos valores y creencias en el área de las relaciones de pareja y prácticas sexuales entre las nuevas generaciones (mayor diversidad afectiva y sexual, libre aceptación de orientaciones sexuales y mayor apertura a relaciones no heterosexuales, transformación de actitudes hacia la igualdad de género o el rechazo del sexismo tradicional -especialmente, por parte de las mujeres, etc.).
De la mano de estos nuevos valores, se ha observado una mayor heterogeneidad en las relaciones amorosas de las personas jóvenes, siendo, incluso, “cada vez más comunes las relaciones amorosas no convencionales como las relaciones abiertas o el poliamor”.
Un cambio significativo es la puesta en duda de los mitos del amor romántico
Para las investigadoras del presente estudio, uno de los cambios más significativos que se observa en relación con relaciones de pareja entre los y las jóvenes, es la puesta en duda de los mitos del amor romántico, definidos como un “conjunto de creencias irracionales o sesgadas acerca del significado de amar que son interpretadas como verdades inflexibles y las cuales se manifiestan en patrones o modelos específicos, promoviendo roles definidos para los hombres y las mujeres en las relaciones de pareja”.
Aunque en España se han realizado varios estudios que señalan que las mujeres suelen presentar una mayor interiorización de estos mitos, son pocos los que se han llevado a cabo sobre la población adulta joven.
A este respecto, señalan, la “gran diversidad existente en las relaciones sentimentales de los jóvenes debido a las diferentes concepciones sobre el amor, sexo, placer o compromiso, ya evidente desde hace algunos años, dificulta tanto su definición como su estudio”.
Por este motivo, el propósito del presente estudio es arrojar luz sobre este tema, estudiando, en una muestra de 631 jóvenes adultos (143) y adultas (448) emergentes de nuestro contexto, sus actitudes hacia el amor y su aceptación de los mitos del amor romántico, y cómo ambos aspectos se relacionan con su florecimiento, un concepto multidimensional derivado de la Psicología Positiva, eficaz para evaluar el bienestar de las personas y su ajuste psicológico y social óptimo.
El florecimiento hace referencia a los altos niveles de bienestar que una persona percibe de sí misma, mediante la combinación de diversos elementos (a saber, emociones positivas, compromiso, relaciones positivas, una vida con significado y percepción de logros).
Los/as adultos/as emergentes tienden hacia el amor romántico (Eros) y rechazan el amor Lúdico
Además de estos objetivos, y para poder desarrollarlos con fiabilidad, previamente han examinado la validez interna de la estructura de la escala Actitudes hacia el amor (LAS) y de la escala de los Mitos de Amor Romántico (SMLR). Finamente, como objetivo transversal han analizado las diferencias de género
Los resultados muestran una tendencia general por parte de los/as adultos/as emergentes hacia el amor Eros y rechazo al amor Lúdico. A juicio de las investigadoras, el hecho de que el amor romántico (Eros) sea el más frecuente en los adultos y adultas emergentes “puede deberse al momento evolutivo en el que se encuentran, caracterizado por mucha inestabilidad, exploración y fluctuaciones en las relaciones interpersonales, pero en el que a su vez hay una búsqueda cada vez mayor de cercanía emocional y cuidado en sus relaciones de pareja”.
Los datos indican que también son frecuentes los modelos de amar Amistoso y Pragmático, reflejando así “la mayor intimidad, afecto, compañerismo, compromiso y compatibilidad de intereses que los y las jóvenes buscan en sus relaciones de pareja a medida que avanzan los años”. Esto explicaría también que el amor Lúdico sea el más rechazado en sus relaciones de pareja, al tratarse de un amor en el que no se busca una relación estable ni duradera, sino la poca o nula implicación emocional, sin expectativas de futuro y placentera.
Se observa una baja aceptación de los mitos del amor romántico en adultos/as emergentes, siendo los chicos quienes los aceptan en mayor medida
Por otro lado, se observan diferencias en función del género. Así, mientras los hombres muestran mayor tendencia hacia el amor Altruista y Lúdico, las mujeres se inclinan más hacia el amor Pragmático. En opinión de las autoras de este estudio, se puede concluir que “los hombres jóvenes se inclinarían hacia un amor con entrega desinteresada (Altruista), placentero, con una sexualidad abierta y permisiva, que no busca una relación estable ni duradera sino una con baja implicación emocional y sin expectativas de futuro (Lúdico)”. Por su parte, las chicas tienden “hacia un amor más racional y práctico, centrado en la compatibilidad de intereses y no solo en la atracción física (Pragmático)”.
Con respecto al nivel de aceptación de los mitos del amor romántico, se detecta en general, una baja aceptación por parte de los adultos y adultas emergentes, siendo bastante alto el grado de desacuerdo ante los diferentes ítems de la escala. Esto puede deberse “a la mayor sensibilización y conciencia de la juventud hacia las desigualdades de género, que puede estar provocando rechazo a las formas de amar que perpetúan los roles de género dañinos tanto para las mujeres como para los hombres”, como, por ejemplo, los mitos del amor romántico.
Es clave trabajar para desmitificar estos mitos
Analizado este nivel de aceptación desde una perspectiva de género, se observa que los chicos aceptan en mayor medida estos mitos que las chicas, unos hallazgos que no coinciden con estudios previos, en los que se indica que las mujeres presentan mayor aceptación de los mitos. Para las autoras, estos resultados avalan el hecho de que “son sobre todo las mujeres las que presentan de forma más clara la transformación de actitudes hacia la igualdad de género y el rechazo del sexismo tradicional, siendo ellas las que presentan mayor desacuerdo con estos mitos”.
Ante esto, ponen de relieve la importancia de trabajar para desmitificar estos mitos, dado que, según afirman las autoras, “generan gran frustración en las personas al tratar de conseguir el amor ideal” y se utilizan por parte de «la sociedad patriarcal para facilitar la respuesta de sumisión y entrega de las mujeres y el dominio por parte del hombre”
Los datos evidencian la trascendencia de las relaciones románticas para el bienestar de los y las jóvenes, observándose relaciones entre los diferentes tipos de amor y el florecimiento. De este modo, a mayor amor Eros, Amistoso y Pragmático, se detectan mayores niveles de florecimiento, mientras que estos niveles se reducen con un mayor nivel de amor Lúdico, Obsesivo y Altruista.
Los datos evidencian la trascendencia de las relaciones románticas para el bienestar de los y las jóvenes
Para las investigadoras, la correlación positiva del florecimiento con los estilos de amar Eros, Amistoso y Pragmático podría explicarse “por la búsqueda cada vez mayor de estabilidad, compromiso y cercanía emocional de los adultos y adultas emergentes, ya que todos ellos son estilos de amar que inciden en esa cercanía emocional y, por tanto, pueden ayudar a fomentar su bienestar”.
Paralelamente, esto explicaría la correlación negativa con el amor Lúdico y Obsesivo, puesto que “sus características son totalmente opuestas: baja implicación emocional, sin expectativas de futuro ni búsqueda de estabilidad en lo referente al amor Lúdico y con dependencia, celos y desconfianza en el amor Obsesivo”. Así, desarrollar estos estilos de amar “podría estar relacionado con un menor florecimiento”.
Si se toma en consideración el efecto conjunto de las creencias relativas al amor y los mitos del amor romántico sobre el florecimiento, los resultados evidencian que “la concepción pragmática de las relaciones de pareja, basada en relaciones de compatibilidad, tiene un impacto particularmente positivo en el bienestar psicológico durante la adultez emergente”. Igualmente importante para el florecimiento durante estos años, es el amor Eros, que combina la pasión y la atracción física y emocional con la confianza. Sin embargo, un “patrón de amor obsesivo, caracterizado por la dependencia emocional, los celos y la desconfianza, y el lúdico, en el que predomina la poca implicación emocional y la ausencia de planes de futuro”, resultan ser perjudiciales para el mismo.
El estudio concluye subrayando la importancia de seguir estudiando las relaciones de pareja en la adultez emergente, dada la trascendencia que tienen en la vida de los y las jóvenes y el impacto en su desarrollo, bienestar y salud mental. Sus autoras manifiestan que, contar con un mayor conocimiento sobre las relaciones de pareja en esta etapa vital, permitirá “valorar las posibles necesidades que presente la juventud respecto a estas y poder responder a ellas de forma efectiva, además servirá de base para intervenciones de prevención psicoeducativas que promuevan relaciones sanas y seguras, fomentando a la postre el desarrollo positivo durante estos años, antesala de la adultez”.
Se puede acceder al estudio completo desde la página Web de Apuntes de Psicología o bien directamente aquí:
Blanco, R., Parra, A., Salado, V., y Díez, M. (2024). Creencias sobre el amor y bienestar durante la adultez emergente. Apuntes de Psicología, 42(3), 195-205.