Hoy, 10 de septiembre, se celebra el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, una jornada patrocinada por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP-International Association for Suicide Prevention) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), con el propósito de poner en la agenda pública el tema del suicidio, priorizando en la necesidad de su prevención.
El suicidio es un importante problema de salud pública, con consecuencias sociales, emocionales y económicas de gran alcance. Se estima que, actualmente, se producen 726.000 fallecimientos por suicidio al año en todo el mundo.
Según los últimos datos del INE, en 2022 fallecieron 4.227 personas en España por suicidio
Las cifras indican que la tasa mundial de suicidio es más del doble entre los hombres que entre las mujeres y que más de la mitad (58%) de todas las muertes por suicidio ocurren antes de los 50 años de edad, siendo la tercera causa principal de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años a nivel mundial en 2021.
En España, concretamente, los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) indican que, en el año 2022, fallecieron 4.227 personas por suicidio (un 5,6% más que en 2021), situándose una vez más, como la principal causa externa de muerte en nuestro país. Con relación a la edad, la mayor cifra de fallecimientos por suicidio y lesiones autoinfligidas registradas por el INE, se concentra en los grupos de 50 a 54 años (con 486 personas, 26 más que en 2021) y de 50 a 59 años (479 personas, 72 más que en la pasada edición).
Llama la atención el aumento de muertes por suicidio en niños/as y jóvenes de 15 a 19 años, registrándose 75 casos (22 más que en 2021), lo que supone la cifra más elevada tanto en relación con el año anterior (53) como en la última década (52 en 2012). Precisamente, a este respecto, el último informe de la Fundación ANAR muestra preocupación por el alarmante incremento de casos ayudados por conducta suicida (ideación e intento de suicidio), multiplicándose estos por 20,38, con un total de 5.198 casos (un +14,1% de incremento respecto al año 2022), situándose, nuevamente en 2023, como el primer motivo de consulta de los/as niños/as y adolescentes que acuden al servicio.
El suicidio es un grave problema de salud pública que afecta a personas y comunidades de todo el mundo
Lamentablemente, el suicidio sigue siendo un problema mundial crítico que afecta profundamente a las personas y las comunidades de todo el mundo. Según la OMS, no solo ocurre en los países de ingresos altos, sino que es un fenómeno global en todas las regiones del mundo. De hecho, cerca de las tres cuartas partes (73%) de los suicidios mundiales ocurrieron en países de ingresos bajos y medios en 2021.
De acuerdo con la Organización Mundial, el vínculo entre el suicidio y los trastornos mentales (en particular, la depresión y los trastornos por consumo de alcohol) y un intento previo de suicidio está bien establecido en los países de altos ingresos. Sin embargo, muchos suicidios ocurren impulsivamente en momentos de crisis, con una pérdida de la capacidad para lidiar con las tensiones de la vida, como problemas financieros, disputas en las relaciones o dolor y enfermedad crónicos. Experimentar conflictos, desastres, violencia, abuso o pérdida y una sensación de aislamiento están fuertemente asociados con la conducta suicida.
De forma específica, se observan altas tasas de suicidio entre los grupos vulnerables que sufren discriminación, como los refugiados y los migrantes, los pueblos indígenas, las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI) y los presos.
El estigma hace que muchas personas que presentan ideación suicida o han realizado algún intento, no busquen la ayuda que necesitan
El estigma -en particular, en torno a los trastornos mentales y el suicidio-, hace que muchas personas que están pensando en quitarse la vida o que han intentado suicidarse no busquen ayuda y, por lo tanto, no obtengan la ayuda que necesitan. La OMS viene alertando en los últimos años del abordaje inadecuado de la prevención del suicidio debido a la falta de concienciación sobre el mismo como un importante problema de salud pública y al tabú que existe en muchas sociedades para hablar abiertamente de él. Hasta la fecha, solo unos pocos países han incluido la prevención del suicidio entre sus prioridades sanitarias y solo 38 países informan de que cuentan con una estrategia nacional de prevención del suicidio. La sensibilización de la comunidad y la eliminación del tabú son importantes para que los países avancen en la prevención del suicidio.
La nueva campaña trienal del Día Mundial para la Prevención del Suicidio 2024-2026 tiene por lema: «Cambiando la narrativa sobre el suicidio». Este tema tiene como objetivo crear conciencia sobre la importancia de reducir el estigma y fomentar conversaciones abiertas para prevenir los suicidios, para promover el cambio y brindar un sentido de comunidad y comprensión que brinde apoyo a quienes han vivido o están viviendo una experiencia de suicidio.
Cambiar la narrativa sobre el suicidio implica transformar la forma en que percibimos este tema complejo y pasar de una cultura de silencio y estigma, a una de apertura, comprensión, empatia y apoyo.
La campaña pretende fomentar conversaciones abiertas para prevenir el suicidio y concienciar sobre la importancia de reducir el estigma asociado
Durante la campaña se pone de relieve también la necesidad de priorizar la prevención del suicidio y la salud mental en la formulación de políticas. Se requiere para ello un cambio sistémico. Esto significa defender políticas multisectoriales que prioricen la salud mental, aumenten el acceso a la atención y brinden apoyo a quienes lo necesitan. Implica invertir en investigación para comprender mejor las complejidades del suicidio y desarrollar intervenciones basadas en la evidencia. Asimismo, supone comprender que los pensamientos y sentimientos suicidas son un signo de inmenso dolor y angustia, pero hablar sobre los pensamientos suicidas no aumenta su presencia o incidencia.
En este año 2024 se hace una llamada a la acción, alentando a todos y todas a “empezar la conversación» sobre el suicidio y su prevención, recordando que, cada conversación, sin importar cuán pequeña sea, contribuye a una sociedad comprensiva y solidaria. Al iniciar estas conversaciones vitales, podemos derribar barreras, generar conciencia y crear mejores culturas de apoyo.
Es necesario implementar un Plan Nacional para la Prevención del Suicidio en España
La campaña recoge una serie de recomendaciones dirigidas a las personas, las comunidades, las organizaciones y los gobiernos, con el fin de cambiar la narrativa sobre el suicidio.
Todas las iniciativas de prevención del suicidio requieren coordinación y colaboración entre todos los sectores, y deben ser integrales e integradas dada la naturaleza multifacética del suicidio. De este modo, se puede crear una sociedad más solidaria y compasiva donde el suicidio sea prevenible y todos/as se sientan valorados/as y comprendidos/as.
Como bien afirma la Organización Mundial de la Salud, dado que es un problema grave de salud pública, es precisa una respuesta de salud pública. Con intervenciones oportunas, basadas en evidencia y a menudo de bajo costo, los suicidios se pueden prevenir. Para que las respuestas nacionales sean eficaces, se necesita una estrategia integral y multisectorial de prevención del suicidio.
Todo lo anterior, pone de relieve, nuevamente, la urgente necesidad de implementar un Plan Nacional para la Prevención de Suicidio en España, inexistente aún hoy día en nuestro país. En este sentido, la prevención, detección precoz y atención a la conducta suicida es una de las líneas estratégicas recogidas en la actualización de la vigente Estrategia Nacional de Salud Mental, del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.
Precisamente, a este respecto, el Ministerio de Sanidad ha anunciado recientemente el desarrollo de un Plan de Acción para la Prevención del Suicidio a nivel nacional 2025-2027, orientado a fortalecer los sistemas de información y mejorar la coordinación entre los distintos niveles asistenciales, así como la creación de un Observatorio a nivel estatal que brinde datos cuantitativos y cualitativos de la conducta suicida, una demanda que vienen realizando en los últimos años, múltiples expertos y profesionales de la Psicología, entidades y organizaciones, así como el propio Consejo General de la Psicología (COP)
Se necesita una estrategia multidisciplinar y coordinada para la prevención del suicidio
En la misma línea, el Consejo General de la Psicología (COP) ha venido insistiendo en la necesidad de diseñar e implementar una estrategia multidisciplinar y coordinada para la prevención del suicidio, que ofrezca una respuesta integral y que dé cuenta de la naturaleza multicausal de los comportamientos suicidas. De acuerdo con la organización colegial, cualquier respuesta a un problema tan complejo debe, necesariamente, prestar atención a la prevención, la intervención y la posvención, considerando, al menos, la dimensión social, clínica y cultural de las conductas suicidas.
En este contexto, una de las medidas más eficaces que ha venido planteando el COP, es la incorporación de psicólogos clínicos en Atención Primaria, lo que facilitaría tanto la detección precoz como la prevención de este grave problema, en este primer nivel asistencial de la salud.