La Psicología como estudio de la mente y del comportamiento tiene un papel importante que desempeñar en el campo del cambio climático, donde el comportamiento individual en su contexto socioecológico, puede contribuir de forma sustancial en el abordaje de la crisis climática.
Así lo afirma el Grupo de Expertos de Referencia en Psicología y Cambio Climático de la EFPA (European Federation of Psychologist’s Associations-Federación Europea de Asociaciones de Psicólogos), en un documento de opinión a través del cual abordan las diez cuestiones que consideran más importantes en relación con la Psicología y el cambio climático, destacando el papel clave que puede desempeñar la Psicología en la mitigación y adaptación al cambio climático. De acuerdo con la EFPA, este Grupo está conformado por expertos europeos con una gran trayectoria profesional e investigadora y competencias en Psicología y Cambio Climático. Su composición y enfoque garantiza que las contribuciones aportadas en el documento estén basadas en la evidencia.
Tal y como señalan, la urgencia y complejidad de las amenazas que plantea el cambio climático están llevando a que muchas disciplinas académicas y prácticas diferentes trabajen para comprender la emergencia climática y definir las acciones necesarias para mitigarla (es decir, prevenir una mayor degradación ambiental causada por el cambio climático); y adaptarse a aquellas consecuencias naturales y sociales irreversibles que ya no se pueden prevenir.
Si bien reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es fundamental para detener un mayor cambio climático, esto no es solo una cuestión de ciencias naturales y tecnología. También se necesitan esfuerzos por parte de las ciencias de la salud, del comportamiento y de las ciencias sociales para comprender la capacidad de las personas para incorporar y mantener los cambios necesarios, así como las vulnerabilidades frente a la amenaza climática. Por lo tanto, aunque este documento se centra, de forma específica, en el rol esencial que la Psicología en relación con el cambio climático y las crisis, los expertos hacen un llamamiento para promover un enfoque interdisciplinario en la investigación y educación sobre cuestiones climáticas.
Según indican, la Psicología puede participar en las tareas de mitigación y adaptación al cambio climático global, y contribuye al mantenimiento de la democracia, la paz, la igualdad y la justicia. A su juicio, los/as psicólogos/as cuentan con herramientas “para impulsar las acciones urgentes necesarias, para abordar los desafíos y apoyar a las personas en el desarrollo de su resiliencia”.
El modelo socioecológico se presenta en este documento como un enfoque que abarca efectivamente varios determinantes del comportamiento proambiental, el compromiso en la acción climática y la salud mental relacionada con el cambio climático a nivel individual, social, organizacional y sistémico.
Atendiendo a lo anterior, los expertos analizan en este documento de opinión las intersecciones críticas entre la Psicología y el cambio climático, estructuradas en torno a diez temas clave que ponen de relieve cómo los conocimientos psicológicos pueden impulsar una acción climática efectiva, y que resumimos a continuación:
I. La sostenibilidad como nueva base
La investigación psicológica sugiere que la felicidad y el bienestar no dependen únicamente de la riqueza material. En este sentido, la búsqueda de la sostenibilidad desafía las visiones materialistas tradicionales del éxito y la felicidad, sugiriendo que se puede lograr un mayor bienestar y satisfacción a través de estilos de vida respetuosos con el medio ambiente y menos consumistas. Este cambio requiere una adaptación psicológica y cultural significativa, alejándose de los valores centrados en el consumo y adoptando un enfoque de vida más sostenible.
Los/as psicólogos/as desempeñan un papel crucial a la hora de ayudar a las personas y las comunidades a implementar el cambio hacia una vida sostenible, equilibrando la conciencia ambiental, con el bienestar personal y social.
II. Transformación Sostenible
Abordar la crisis climática requiere comprender y equilibrar los desafíos individuales y sociales, incluido hacer frente al estrés individual, por un lado, y participar en acciones transformadoras para el cambio social, por el otro.
La Psicología puede ayudar en esto, desempeñando un papel esencial guiando a individuos y comunidades a través del estrés ecológico -teniendo en cuenta las diferencias individuales-, abogando por cambios sistémicos e integrar la justicia climática en sus prácticas.
Para una acción climática efectiva es esencial, por lo tanto, un cambio de comportamiento personalizado y a un ritmo adecuado dentro de un contexto social más amplio, con un enfoque en soluciones sostenibles con base científica y arraigadas en contextos comunitarios.
III. Eficacia colectiva
Al enfrentar las crisis globales, la acción colectiva es crucial. Requiere esfuerzos colaborativos, ya que lidiar con el estrés y adaptarse a los cambios es más exitoso en entornos colectivos como familias, comunidades y organizaciones.
La eficacia colectiva es clave en las acciones ambientales, ya que influye en las acciones individuales y mejora la fe en el cambio impulsado por la comunidad. Este enfoque grupal, más fuerte que la autoeficacia individual, motiva el comportamiento proambiental y la aceptación de políticas, lo que demuestra que las experiencias compartidas y las normas grupales tienen más impacto que la mera difusión de información o la persuasión para impulsar el cambio de comportamiento.
IV. Emociones como impulsores de acción
Según los autores de este documento, en la Psicología del cambio climático, el enfoque está pasando de centrarse únicamente en actitudes cognitivas a incluir también respuestas emocionales para influir en comportamientos proambientales. Las emociones, especialmente las específicas del clima, como la ‘ansiedad ecológica’ o la ‘ecoansiedad’, desempeñan un papel complejo en la motivación de la acción; pueden ser a la vez adaptativas y contraproducentes. El “giro emocional” en la comunicación ambiental reconoce que las emociones son impulsores clave, pero apelan a la cautela, teniendo en cuenta sus potenciales impactos negativos en el bienestar mental y el riesgo de depender demasiado de los ‘llamamientos emocionales’ para inducir acciones proambientales.
V. De la emoción al bienestar: Salud Mental y Resiliencia en la crisis climática
El cambio climático impacta en la salud mental tanto directamente (por ej., a través del estrés relacionado con el calor), como indirectamente debido a las consecuencias de desastres naturales, presiones sociopolíticas o la de la inestabilidad económica. En este contexto, las emociones van más allá de motivar la acción climática y tienen un impacto significativo en la salud mental y el bienestar. Emociones negativas como la ecoansiedad, aunque son comunes en las preocupaciones ambientales, pueden contribuir al estrés general y la carga psicológica, especialmente, entre los grupos vulnerables.
Los expertos subrayan que abordar los efectos directos e indirectos en la salud mental requiere reconocer la variedad de grupos afectados y fomentar la resiliencia, tanto individualmente como dentro de las comunidades, para adaptarse eficazmente a los factores estresantes relacionados con el clima
Ante esto, desarrollar resiliencia individual y comunitaria es fundamental para adaptarse a los factores estresantes relacionados con el clima. Implica fomentar redes de apoyo que puedan aliviar las cargas individuales y mejorar los mecanismos colectivos de afrontamiento.
Los aspectos clave de la resiliencia comunitaria o colectiva frente al cambio climático incluyen:
- Responsabilidad compartida: distribuir la carga de la adaptación y los mecanismos de afrontamiento entre toda la comunidad reduce la tensión sobre cualquier individuo, lo que permite un enfoque más sostenible para abordar los impactos climáticos.
- Apoyo social: las redes sociales sólidas son vitales para el apoyo emocional y la asistencia práctica durante momentos de estrés y crisis, que probablemente aumenten con la actual emergencia climática.
- Accesibilidad de los recursos: la resiliencia de la comunidad garantiza que los recursos, ya sean informativos, emocionales o materiales, se distribuyan de manera más equitativa entre los miembros de la comunidad, beneficiando particularmente a aquellos que son menos capaces de obtenerlos por sí solos.
- Comunicación mejorada: la comunicación efectiva dentro de las comunidades facilita una mejor preparación y estrategias de respuesta, fomenta un sentido de pertenencia e identidad colectiva y mejora la resiliencia general del grupo.
- Aprendizaje y adaptación: las comunidades que pueden aprender de experiencias pasadas y adaptarse a nuevos desafíos están mejor posicionadas para enfrentar crisis futuras, incluidas aquellas relacionadas con el cambio climático.
VI. Comportamiento proambiental en un contexto comunitario
Para mitigar el cambio climático de manera eficaz, el documento resalta la necesidad de enfatizar los comportamientos proambientales de alto impacto dentro de las comunidades, apuntando a aquellos más activos en áreas como el transporte, la dieta, el consumo de bienes y el uso de energía. Una acción climática eficaz requiere la participación de la comunidad para apuntar y mejorar comportamientos proambientales en estas áreas críticas.
Superar barreras como el desconocimiento y la falta de conciencia así como los desafíos estructurales es vital para fomentar comportamientos sostenibles dentro de las comunidades, y las intervenciones a nivel comunitario pueden aprovechar las normas y valores sociales para propagar comportamientos proambientales.
El documento señala que este enfoque colectivo no sólo fomenta la resiliencia individual y grupal, sino que también aborda preocupaciones éticas relacionadas con las desigualdades globales y las responsabilidades de las naciones más ricas. Considera fundamental que las iniciativas climáticas incorporen consideraciones éticas, abordando las desigualdades globales y las responsabilidades de las naciones más ricas hacia las menos desarrolladas.
VII. Comportamiento proambiental en un contexto organizacional
Las organizaciones, incluidas las públicas, comerciales y las ONG, moldean significativamente el comportamiento proambiental a través de sus políticas internas y estrategias de participación pública. Al incorporar valores ambientales y la sostenibilidad en sus operaciones y comunicaciones, como indicadores de desempeño e informes anuales, promueven prácticas y comportamientos sostenibles entre el personal laboral y el público en general.
Su papel se extiende más allá de influir en los comportamientos y abarca la reducción real de las emisiones de CO2, lo que requiere transparencia y rendición de cuentas para generar confianza y evitar el lavado verde (definido como el acto de ocultar o ‘disfrazar’ acciones no sostenibles, mientras atribuyen sus prácticas a cuestiones ecológicas sin tener en realidad un compromiso real). Estos esfuerzos organizacionales apoyan cambios sistémicos más amplios necesarios para una acción climática efectiva.
Los expertos inciden en el rol fundamental de la psicología en la configuración de una educación ambiental eficaz (no sólo en las escuelas) al proporcionar conocimientos sobre la comprensión del sistema, el comportamiento humano, la cognición, la emoción y la motivación. Al aplicar los principios de la Psicología, los educadores pueden adaptar sus enfoques para promover comportamientos proambientales.
VIII. Política climática
La influencia de la Psicología se extiende más allá de los cambios de comportamiento individuales para dar forma a acciones sistémicas y políticas proambientales, cruciales para abordar las complejidades del cambio climático
Los psicólogos aportan conocimientos para influir en el diseño, formulación e implementación de políticas en varios niveles. Su participación incluye la promoción política, el aumento de la confianza y la esperanza en los procesos políticos y la garantía de que las políticas se basen en una comprensión de la dinámica social y el comportamiento humano. Esta aplicación más amplia de principios psicológicos ayuda a empoderar a las comunidades, fomentar la participación pública en acciones ambientales y respalda el desarrollo de políticas sostenibles.
IX. Comunicación sobre el cambio climático
La comunicación sobre el cambio climático tiene como objetivo cambiar comportamientos y fomentar el compromiso social en la sostenibilidad a través de estrategias psicológicamente informadas. Para que la comunicación eficaz requiere algo más que la simple entrega de información, implica participar en diálogos, mensajes estratégicos y ejemplos visibles de comportamientos sostenibles para establecer nuevas normas sociales. La comunicación no sólo debe informar sino también motivar acciones genuinas e impactantes, abordando el riesgo de crear una falsa sensación de progreso en la acción climática.
Este enfoque aprovecha los conocimientos psicológicos para crear mensajes que resuenan con diversos valores y motivaciones en diferentes audiencias, utilizando técnicas de encuadre para resaltar los beneficios personales y colectivos de las acciones ambientales. Es importante considerar los factores emocionales, cognitivos y sociales que influyen en las percepciones y reacciones del público ante la información sobre el cambio climático, haciendo uso de una variedad de métodos de comunicación (desde medios tradicionales hasta plataformas digitales innnovadoras). El objetivo es empoderar a las comunidades, mejorar la participación y promover un compromiso más amplio con la gestión ambiental, así como mejorar la eficacia de la acción pro ambiental.
En general, la comunicación debe abordar no sólo la información y el conocimiento, sino también las normas sociales, los valores, las emociones y la identidad para fomentar un sentido de responsabilidad y agencia colectivas.
X. Responsabilidad colectiva
Los expertos consideran fundamental ampliar el alcance de la Psicología en la acción climática, enfatizando la necesidad de ir más allá de influir en el comportamiento individual para impactar los esfuerzos colectivos y los cambios sistémicos. La Psicología debe involucrarse en las acciones comunitarias y colaborar con los formuladores de políticas y los líderes económicos que poseen la capacidad de implementar reformas ambientales transformadoras a gran escala de manera eficiente. Este cambio es esencial para lograr soluciones sustanciales y efectivas al clima, así como a otros desafíos socioecológicos.
Las iniciativas impulsadas por la comunidad y las intervenciones sistémicas son vitales para desarrollar la resiliencia y abordar los desafíos de salud mental exacerbados por el cambio climático, lo que subraya la importancia de tales estrategias en una acción climática efectiva.
Los autores concluyen insistiendo en la necesidad de un enfoque unificado de la investigación y la práctica psicológica en los niveles individual, social, organizacional y sistémico, para una respuesta resiliente al clima y los desafíos sociales asociados.
Se puede acceder al documento completo desde la página Web de la EFPA o bien directamente aquí:
Kałwak, W., Ekelund, B., Gale, N., Peter, F., … Wortelboer, S. (eds.). (2024). Climate Crisis and the Human Factor: 10 Psychological Keys to Unlocking Climate Action. Opinion paper of the EFPA’s Expert Reference Group for Psychology and Climate Change. European Federation of Psychologists’ Associations EFPA AISBL. https://doi.org/10.23668/psycharchives.15026