¿Cómo trabajar la presión psicológica en los deportistas durante los entrenamientos?
14 Jun 2024

La creación de una cultura que considere la presión psicológica como un desafío conducirá a un rendimiento decisivo. En este sentido, hay una variedad de acciones que se pueden incorporar en los entrenamientos, para practicar la presión psicológica y ayudar a los y las deportistas a lidiar con ella, y adaptarse a la que experimentan en los partidos, mejorando así desempeño.

Esta es una de las principales conclusiones de un estudio publicado en la revista Asian Journal of Sport and Exercise Psychology, y llevado a cabo por investigadores japoneses, con el objetivo de analizar y conocer la presión psicológica generada sobre los y las deportistas (de forma intencional y no intencional) tanto por ellos mismos, como por parte de entrenadores, durante los partidos y los entrenamientos.

Tal y como señalan los autores de este estudio, muchos/as deportistas son capaces de demostrar sus habilidades en los entrenamientos, pero no consiguen hacer lo mismo durante los partidos, debido a la presión psicológica que experimentan allí.

La presión psicológica, definida como «cualquier factor o combinación de factores que aumenta la importancia de un buen rendimiento en una ocasión concreta», influye en el rendimiento deportivo. Es un catalizador tanto del agobio -que provoca una reducción significativa del rendimiento bajo presión-, como del aumento del rendimiento bajo presión, por lo que consideran necesario investigar el modo eficaz de gestionar la presión psicológica para reducir el agobio y mejorar el rendimiento en el deporte.

presión psicológica en deportistas

Fuente: freepik. Foto: freepik. Fecha: 12/06/24

¿Cómo afecta negativamente la presión psicológica en el desempeño?

Diversas investigaciones experimentales han demostrado que la presión psicológica puede perjudicar significativamente el desempeño, induciendo esta presión a través de diversas acciones que incluyen castigos, recompensas, presionar con la importancia del éxito, la evaluación social o las expectativas de los demás. Dado que los/as deportistas enfrentan numerosos tipos de presión psicológica, debería haber una serie de medidas para ayudarles a manejar estas presiones.

Estudios previos sugieren que exponer estratégicamente a los/as deportistas a un entrenamiento con presión psicológica, ayudándoles a adaptarse a ella, podría beneficiarles y reducir el agobio bajo presión. Los resultados de tales estudios indican que un entrenamiento bajo presión psicológica y con exposición al estrés, previene el agobio en el rendimiento perceptivo-motor y reduce la ansiedad en los/as deportistas, mejorando su adaptación en estas condiciones.

Para comprender mejor esta área y ayudar a los/as entrenadores y deportistas a prepararse mejor para las presiones psicológicas en los partidos, es necesario saber qué ejercicios de entrenamiento utilizan para prepararse para la presión psicológica en los partidos y en qué medida tales ejercicios se asemejan a las situaciones que se dan realmente durante los partidos.

Con esta finalidad, los investigadores han llevado a cabo este estudio, utilizando un método de investigación cualitativo, a través del cual se han realizado entrevistas semiestructuradas a 25 participantes, 14 deportistas (media de edad: 23,7 años y experiencia como jugadores de entre 6 y 25 años) y 11 entrenadores (media de edad: 37,0 años y experiencia de 1 a 34 años), para identificar las diversas presiones psicológicas experimentadas durante los entrenamientos y los partidos.

Se ha contado con participantes de diferentes deportes, incluidos los deportes de campo, carrera, estética, red, contacto y tiro al blanco (fútbol, atletismo, tenis, carrera de media distancia, bádminton, tiro con arco, fútbol sala, esquí de fondo, etc.).

Del análisis de los datos, se han extraído un total de 58 categorías de presión psicológica, clasificadas en cuatro situaciones: presión psicológica generada involuntariamente durante los partidos (p. ej., importancia que se da al partido, cambios en las situaciones del partido, miedo al fracaso), generada intencionalmente durante los partidos (p. ej., deportistas presionándose a sí mismos, entrenadores ejerciendo presión sobre los/as jugadores), generada de forma no intencional durante los entrenamientos (p. ej., presencia de entrenadores y jugadores experimentados, no querer perjudicar a los compañeros de equipo por un error propio, altas expectativas de rendimiento por parte de los demás) y generada intencionalmente durante los entrenamientos (p. ej., controlar los ejercicios de entrenamiento, establecer un contexto similar al del partido, ejercer presión sobre uno mismo).

Tanto los/as entrenadores/as como los/as deportistas aplican la presión psicológica en partidos y entrenamientos

Los resultados revelan que no sólo los/as entrenadores/as aplican la presión psicológica en partidos y entrenamientos, sino que también lo hacen los/as deportistas. Asimismo, muestran distintos tipos de presiones psicológicas integradas de forma intencionada en las sesiones de entrenamiento con dos propósitos: ayudar a los/as deportistas a adaptarse a las presiones de los partidos y mejorar la calidad de la práctica.

El análisis de las subcategorías de “presionarse a uno mismo cuando se siente la falta de presión” y “establecer una situación en la que el fracaso es inaceptable”, indica que los y las deportistas también ejercen presión psicológica sobre sí mismos/as para motivarse, controlando la presión psicológica y manipulando sus emociones según sea necesario. Así, aunque es posible que ya exista cierta cantidad de presión psicológica en el entorno de entrenamiento, ellos/as agregaron presiones psicológicas intencionalmente.

Algunos/as deportistas sienten que les falta competitividad y que no son lo suficientemente fuertes como para crear presión psicológica, si sus compañeros de equipo están demasiado acostumbrados a entrenar entre sí o los titulares no corren el peligro de perder su posición de titular.

Ante la falta de presiones psicológicas en un equipo, los investigadores sugieren que los/as entrenadores y los/as profesionales deben aumentar las presiones psicológicas de manera incremental en el entrenamiento normal.

Los/as entrenadores/as utilizan técnicas para generar intencionalmente presión psicológica durante los entrenamientos

Se observa también que durante los entrenamientos, los/as deportistas experimentan una variedad de presiones psicológicas, tanto intencionales como no intencionales. Los/as entrenadores generan de forma intencional presión psicológica sobre ellos/as durante los entrenamientos para permitirles experimentar las presiones típicas de un partido. Ejemplo de ellos son «ejercer presión irracional» para hacer que los/as deportistas experimenten juicios irracionales, «penalizaciones» para experimentar la sensación de no querer perder y «hacer que cada jugador asuma el papel de capitán» para desarrollar un sentido de responsabilidad.

De igual modo, los/as entrenadores utilizan las faltas de asistencia para manipular la presión psicológica, como limpiar los vestuarios, correr varias vueltas o no jugar el siguiente partido del equipo.

A este respecto, la amenaza de consecuencias es útil en la práctica porque les da a los y las deportistas la oportunidad de practicar habilidades de afrontamiento similares a las requeridas durante la competición. Sin embargo, algunos expertos señalan que los/as profesionales no siempre pueden confiar en aumentar el nivel de incomodidad del deportista ante el posible riesgo de reducir su bienestar. Si los deportistas se dan cuenta de que el entrenamiento con presión es una forma de entrenamiento, no un castigo, es más probable que lo vean como un desafío y una oportunidad para rendir mejor. Para evitar que los y los deportistas se sientan abrumados por la presión psicológica, es recomendable que entrenadores y profesionales equilibren los desafíos durante el entrenamiento con presión, con un entorno que anime a los/as deportistas a aprender de esos desafíos.

Trabajar la presión psicológica es clave para adaptarse a ella y mejorar el rendimiento en los partidos

De este modo, la creación de una cultura que considere la presión psicológica como un desafío conducirá a un rendimiento decisivo. En este sentido, puede darse un rendimiento explosivo en situaciones de presión, en el momento más decisivo de la situación y es clave un resultado inminentes. Este estado de mejora en el rendimiento se desencadena tras evaluar los desafíos y establecer objetivos fijos, específicos, mesurables y, a menudo, orientados a los resultados.

Por otro lado, los autores de este estudio recogen una variedad de acciones orientadas a practicar la presión psicológica durante los entrenamientos, para ayudar a los y las deportistas a lidiar con ella y adaptarse a la que experimentan en los partidos para mejorar aquí su desempeño. A modo de ejemplo, para lidiar con la presión psicológica de ganar o perder un partido, se recomienda dar la máxima prioridad a los resultados del partido (por ejemplo, «tener una regla según la cual los jugadores deben seguir jugando hasta que ganen» y «tener una sesión de práctica donde un equipo o jugadores ganan cuando obtienen una cantidad designada de puntos»).

Para manejar la presión que ejercen las situaciones cambiantes durante un partido, las condiciones del partido deben establecerse de antemano (por ejemplo, «controlar las situaciones del partido de antemano»). Hay entrenamientos en que los/as entrenadores manipulan la situación para establecer diferenciales de puntos y condiciones donde ya había una situación inferior o superior.

De igual modo, para hacer frente a la presión psicológica relacionada con el entorno de un partido, los autores de este estudio sugieren practicar en una variedad de entornos diferentes, por ejemplo, reproduciendo » ruido de partido grabado durante las sesiones de entrenamiento», o «hacer que los jugadores lleven puesta la equipación de los partidos».

Otra de las formas en las que los/as entrenadores pueden aumentar la presión psicológica es agregar intencionalmente demandas a una tarea o entorno. Por ejemplo, agregar demandas físicas o cognitivas a un ejercicio.

Por su parte, la presión psicológica generada de forma no intencionada en los deportes de equipo, como “no querer perjudicar a los compañeros y compañeras de equipo con un error de rendimiento” y “preocuparse por el rendimiento de los/as compañeros/as”, se puede trabajar incorporándolas a en los entrenamientos, practicando actividades donde el rendimiento de un jugador es el resultado colectivo (el fracaso en completar una tarea se convierte en una responsabilidad colectiva o donde un equipo o jugadores tienen éxito en una tarea si la realizan de forma secuencial).

Estos entrenamientos bajo presión psicológica son más factibles y beneficiosos en deportes de equipo como el fútbol y el baloncesto, evidenciando un mejor funcionamiento del equipo, incluida una mayor resiliencia y toma de decisiones de jugadores individuales y comunicación bajo presión psicológica.

Los investigadores de este estudio concluyen afirmando que el conocimiento de los múltiples factores estresantes que añaden presiones psicológicas en los/as deportistas, puede utilizarse para personalizar estas presiones e inducirlas intencionalmente durante los entrenamientos, incorporando en ellos nuevas estrategias de afrontamiento para trabajar la adaptación, y así habituar a los/as deportistas a las presiones del juego y mejorar la calidad de la práctica.

Fuente: Endo, T., Sekiya, H., & Raima, C. (2023). Psychological pressure on athletes during matches and practices. Asian Journal of Sport and Exercise Psychology, 3(3), 161-170. https://doi.org/10.1016/j.ajsep.2023.07.002

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