El Trastorno de Aprendizaje no Verbal (TANV) produce limitaciones en el desarrollo personal, académico, laboral, social y emocional de las personas afectadas, a lo largo de toda su vida. Se caracteriza por un déficit en el desarrollo de habilidades visoespaciales y tiene una alta comorbilidad o asociación con otros trastornos del neurodesarrollo y del aprendizaje.
El escaso conocimiento que la sociedad posee actualmente sobre este problema constituye un obstáculo para que los niños y las niñas que lo presentan reciban la atención específica que necesitan en su centro escolar. Por este motivo, la Asociación Nacional de afectados por el Trastorno de Aprendizaje No Verbal, ha publicado la primera Guía educativa de atención al alumnado con TANV, un documento desarrollado por David González Muñoz, psicólogo y neuropsicólogo experto en TANV, con el objetivo de ampliar el conocimiento del personal docente y de los Equipos de Orientación, para que puedan comprender el trastorno y actuar de forma pertinente.
Tal y como afirma la guía, conocer los síntomas asociados y sus implicaciones en el aula, es un paso clave para que el profesorado de centros de educación primaria y de secundaria puedan ayudar a los alumnos y alumnas ya identificados, e incluso puedan detectar aquellos casos que todavía no lo están. De hecho, señala, la detección del TANV “puede facilitar al profesorado su labor y contribuye a desarrollar en este alumnado las habilidades académicas, emocionales y sociales, de forma óptima”.
Fuente: freepik. Foto: freepik. Fecha: 20/05/24
Desde el momento en que se detecten dificultades, deben aplicarse medidas ordinarias de atención a la diversidad
De acuerdo con su autor, las dificultades de aprendizaje asociadas con esta problemática, difícilmente se observan en Educación Infantil y son “poco aparentes” a lo largo de la Educación Primaria; sin embargo, a partir de la adolescencia, en Educación Secundaria, sí son muy evidentes y altamente debilitantes. Estas dificultades “tienen un gran impacto social y emocional durante la vida adulta”.
Atendiendo a lo expuesto, el documento recoge la sintomatología y manifestaciones habituales del TANV, así como las repercusiones escolares más frecuentes desde una perspectiva evolutiva, en función de cada etapa (infantil, de 0 a 6 años; primaria, de 6 a 12 y secundaria, de 12 a 18 años).
Con respecto a la respuesta educativa, la guía recuerda que, desde los primeros años escolares y desde el momento en que se detecten dificultades, todos/as los/as alumnos/as con TANV necesitan por sus “condiciones personales”, la aplicación de medidas ordinarias de atención a la diversidad. En este sentido, “no es necesario que alumno tenga un diagnóstico, o haya sido considerado ACNEE”.
Asimismo, pone de relieve que estos alumnos y alumnas “no aprenden ni por observación, ni asimilando la información a lo largo del tiempo”, de modo que, para su proceso de aprendizaje, es trascendental el uso de instrucciones verbales muy precisas, explícitas y descriptivas paso a paso.
La guía recoge las medidas ordinarias y las medidas extraordinarias que puede requerir el alumnado con TANV
Dada la heterogeneidad de dificultades que pueden presentar, el documento destaca la relevancia de realizar ajustes y adaptaciones -si bien no significativas-, en casi todas las áreas y materias. A este respecto, se indican una serie de medidas ordinarias a tener en cuenta (tanto a nivel general, como en las explicaciones del profesor/a, en relación con las actividades del aula, en las excursiones, recreos y comedor, en las tareas escolares y exámenes, etc.), destacando una serie de recomendaciones para el desarrollo socioafectivo, al considerar que el desarrollo de sus competencias sociales y su bienestar emocional es tan importante como el desarrollo académico.
En la misma línea, y en paralelo a la aplicación de estas medidas ordinarias y metodológicas, algunos alumnos con TANV pueden requerir medidas extraordinarias, tales como Adaptaciones Curriculares Individuales (ACI) y apoyos especializados (“en el caso de que se haya determinado la necesidad de realizar una evaluación psicopedagógica y reconocimiento como ACNEE, Alumno con Necesidades Educativas Especiales)”.
La evaluación psicopedagógica permite determinar el nivel de desarrollo y dificultades de aprendizaje del alumno o alumna, con la finalidad de precisar sus necesidades educativas y orientar la respuesta educativa. Como bien indica la guía, en dicha evaluación, es crucial observar lo siguiente: Historia del desarrollo (retraso en la adquisición de hitos motores, desarrollo normal del lenguaje, dificultad en tareas visoespaciales y visoconstructivas, etc.); funcionamiento cognitivo (esto es, discrepancia significativa entre el razonamiento verbal -punto fuerte- y el razonamiento visoespacial -punto débil-); funciones básicas (visoespacial, motricidad global y manual, cognición social, y funciones ejecutivas); aprendizajes instrumentales (comprensión lectora; escritura y redacción; matemáticas) y competencia social y situación emocional.
El diagnóstico diferencial con otros problemas es crucial
El texto subraya la relevancia de un diagnóstico diferencial, puesto que el trastorno de aprendizaje no verbal puede presentar manifestaciones similares a otras problemáticas como el Trastorno de la Comunicación Social, Trastorno del Espectro del Autismo, Trastorno de la Coordinación Motora, TDAH y dificultades del aprendizaje. En relación con esto, destacan como características específicas del TANV la discrepancia en el funcionamiento cognitivo, las dificultades visoespaciales/visoconstructivas y en el aprendizaje de las matemáticas. Se asocian frecuentemente a este problema las dificultades motoras, sociales y/o problemas emocionales.
La guía lamenta la falta de reconocimiento del TANV en las clasificaciones diagnósticas internacionales así como el escaso conocimiento en torno al mismo en la sociedad, constituyendo “serios obstáculos para que estos niños puedan beneficiarse de las medidas educativas y ayudas que establecen las administraciones públicas”. Resalta cómo las familias suelen asumir en solitario toda la carga emocional y económica que comporta la atención a un niño con esta problemática. En este punto, su recoge una serie de recomendaciones dirigidas a las familias, entre ellas, la búsqueda de atención psicológica cuando existan problemas socioemocionales.
Se puede acceder a la guía desde la página de la Asociación TANV o bien directamente aquí: