La terapia cognitivo-conductual (TCC) es un tratamiento recomendado para el abordaje de los trastornos alimentarios (TA) en adultos dada su evidencia, basada principalmente en estudios de eficacia, y resulta eficaz en la práctica clínica habitual.
Esta es una de las conclusiones principales de un estudio publicado en la revista Journal of Eating Disorders, y desarrollado por investigadores suecos y noruegos con el objetivo de analizar el funcionamiento y eficacia de la TCC para diversos trastornos de alimentación cuando se lleva a cabo en entornos clínicos.
Tal y como señalan los autores del estudio, la terapia cognitivo-conductual “aborda componentes cognitivos, fisiológicos y conductuales que interactúan en el desarrollo y mantenimiento de los procesos cognitivos disfuncionales, las emociones y el comportamiento desadaptativo mediante el uso de procedimientos sistemáticos y orientados a objetivos”.
Fuente: freepik. Foto: freepik. Fecha: 21/05/24
Las guías de práctica clínica recomiendan la TCC para los trastornos de alimentación
Según indican, durante los últimos 20 años, ha habido un fuerte aumento de la investigación en torno a los tratamientos para los trastornos de alimentación, lo que ha dado lugar a recomendaciones clínicas que favorecen la terapia cognitivo-conductual (TCC), y varias organizaciones han publicado directrices de tratamiento. En Gran Bretaña, el Instituto Nacional para la Excelencia en Salud y Atención (National Institute for Health and Care Excellence, NICE) recomienda la TCC individual para la anorexia nerviosa y la TCC individual o autoayuda guiada para la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón.
Por su parte, la Sociedad Australiana de Psicología (APS, Australian Psychological Society) revisó la base de evidencia e informó que tanto para la bulimia nerviosa como para el trastorno por atracón, la TCC cara a cara se encuentra en el nivel más alto de evidencia y la TCC online en el segundo nivel, mientras que para anorexia nerviosa la TCC cara a cara y la TCC online están en el Nivel II. En la misma línea, la Asociación de Psiquiatría Americana (APA) recomienda que la anorexia nerviosa debe tratarse con una psicoterapia centrada en los trastornos alimentarios, y la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón con una TCC centrada en los trastornos alimentarios.
Estas recomendaciones clínicas se basan en estudios de eficacia, por lo que los investigadores de este metanálisis consideran fundamental evaluar cómo funciona la TCC en la práctica clínica habitual. Para tal fin, han realizado búsquedas sistemáticas de artículos publicados hasta junio de 2023 en Ovid MEDLINE, Embase OVID y PsycINFO. El resultado de la TCC, la calidad metodológica, el riesgo de sesgo (RoB) y los moderadores del resultado del tratamiento se han analizado y comparado mediante metanálisis con estudios de eficacia para los trastornos de alimentación.
El estudio pone de relieve la eficacia de la TCC para el abordaje de estos trastornos
Se han incluido cincuenta estudios con 4.299 participantes diagnosticados con trastornos de la conducta alimentaria, que recibieron TCC, aplicada en varios formatos (p. ej., individual, grupal, de autoayuda, de autoayuda guiada) e implementada en la atención clínica de rutina.
Los resultados muestran efectos significativos para los distintos trastornos de la alimentación tras el tratamiento y durante el seguimiento (en promedio 9,9 meses después del tratamiento). No se observan apenas diferencias con los estudios de eficacia, por lo que “la TCC funciona tan bien en la atención clínica habitual como en entornos de investigación universitarios”.
Para los autores, estos hallazgos muestran “resultados alentadores del tratamiento para los trastornos alimentarios en personas adultas, en la atención clínica habitual, utilizando métodos de TCC recomendados en las guías clínicas de NICE, APA y APS”.
Fuente: Öst, L. G., Brattmyr, M., Finnes, A., Ghaderi, A., Havnen, A., Hedman‐Lagerlöf, M., … & Wergeland, G. J. (2024). Cognitive behavior therapy for adult eating disorders in routine clinical care: A systematic review and meta‐analysis. International Journal of Eating Disorders, 57(2), 249-264.