Dado que los sistemas educativos suelen centrarse en los conocimientos y competencias académicas tradicionales, y teniendo en cuenta que las competencias socioemocionales son la base del bienestar y el rendimiento académico, es fundamental ampliar el alcance de las políticas educativas para incluir también el ámbito de las competencias socioemocionales en el sistema educativo. Asimismo, es crucial identificar los distintos grupos susceptibles de presentar bajos niveles en estas competencias, para poder diseñar medidas dirigidas a una distribución equitativa y sostenible de las competencias entre todo el alumnado.
Así lo afirma un informe publicado por el Instituto Nacional de Evaluación Educativa, dependiente del Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes, fruto del Estudio internacional sobre las Competencias Sociales y Emocionales (SSES, Survey on Social and Emotional Skills) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), dirigido a analizar las competencias socioemocionales del alumnado de 10 y 15 años. El objetivo de esta evaluación es brindar información sobre estas competencias, analizando la repercusión del contexto individual, familiar y escolar en las mismas, y su influencia en el bienestar y en los resultados académicos de los y las estudiantes.
Fuente: freepik. Foto: freepik. Fecha: 10/05/24
Es clave incorporar las competencias emocionales dentro del sistema educativo
Tal y como señalan los autores de este informe, es bien conocida la importancia del entorno familiar y del clima de aprendizaje escolar en el bienestar emocional de niños, niñas y adolescentes. En este sentido, hay evidencia de que un alto sentido de pertenencia al centro y una buena relación estudiante-docente, afectan de forma positiva y sistemática a la mejora de las competencias socioemocionales de los/as estudiantes y, a su vez, al rendimiento académico.
El estudio internacional SSES parte de la premisa de que el enfoque holístico (orientado a promover el desarrollo integral de la persona en el sentido más amplio, tanto de la esfera cognitiva como de la afectiva), “es el más adecuado para que los estudiantes desarrollen todo su potencial”. De este modo, teniendo en cuenta que los sistemas educativos suelen centrarse en los conocimientos y competencias académicas tradicionales, y que las competencias socioemocionales son la base del bienestar y el rendimiento académico, la OECD pretende ampliar el alcance de las políticas educativas para incluir también el ámbito de las competencias socioemocionales.
El análisis se basa en el Modelo de los Cinco Grandes (Big Five model) adaptando sus dominios (conciencia, estabilidad emocional, extroversión, cordialidad y apertura a experiencias) y subdominios a las competencias incluidas en esta evaluación que son: desempeño en tareas (persistencia, responsabilidad, autocontrol y motivación de logro); equilibrio emocional (control emocional, optimismo y resistencia al estrés); interacción con otros (asertividad, energía y sociabilidad); colaboración (empatía, confianza y cooperación); y apertura de mente (creatividad, curiosidad y tolerancia).
España participa por primera vez en este estudio internacional, con datos correspondientes a alumnos/as de 15 años
España, junto con otros 5 países, ha participado por primera vez en esta edición 2023, evaluando, únicamente, al alumnado de 15 años y contando con una muestra de 79 centros educativos, 3.303 estudiantes, 695 docentes y 74 directores/as, con unas tasas de participación del 100%, 89,3%, 88,6% y 93,7%, respectivamente.
En este informe se recogen exclusivamente los datos correspondientes al alumnado español evaluado, debido a que “el resto de lugares participantes son poco comparables sociodemográfcamente con España”, examinando las competencias socioemocionales entre distintos grupos sociodemográfcos, de la influencia de tales competencias en el bienestar y salud del alumnado y de su impacto en el éxito académico y expectativas profesionales de los y las estudiantes.
A continuación, recogemos los principales resultados:
1. Competencias socioemocionales
Se han explorado las diferencias de las competencias en función del género, estatus social, económico y cultural, y origen migratorio del alumnado. Los autores recuerdan la importancia de identificar los distintos grupos susceptibles de presentar bajos niveles en estas competencias, “para poder diseñar medidas políticas dirigidas a una distribución equitativa y sostenible de las competencias entre los/as estudiantes”.
El informe destaca la trascendencia de las competencias socioemocionales, pudiendo su déficit repercutir negativamente en la salud y el bienestar del alumnado, limitando su rendimiento académico y sus perspectivas profesionales.
Las cifras revelan que los chicos presentan valores significativamente más altos que las chicas en todas las competencias socioemocionales asociadas a los dominios del ‘Equilibrio emocional’ y de la ‘Interacción con otros’, así como, en la competencia de ‘confianza’. Las mayores diferencias a favor de ellos se observan, por orden decreciente, en ‘resistencia al estrés’, ‘optimismo’, ‘control emocional’ y ‘energía’.
En el caso de las chicas, los valores son significativamente más elevados que los chicos en la mayoría de las competencias asociadas al dominio del ‘Desempeño en tareas’ y, además, en las competencias de ‘empatía’ y ‘tolerancia’, dándose las mayores diferencias a favor de ellas, por orden decreciente, en ‘empatía’, ‘motivación de logro’ y ‘tolerancia’.
Los y las estudiantes desfavorecidos/as socieconómicamente obtienen valores más bajos en todos los índices socioemocionales en comparación con aquellos/as favorecidos, destacando estos últimos con valores más altos en ‘asertividad’, seguido de ‘sociabilidad’, ‘optimismo’ y ‘motivación de logro’. Por su parte, el alumnado inmigrante obtiene, en general, valores más bajos en los índices comparados con el alumnado nativo, que registra mayores valores en ‘sociabilidad’, ‘energía’ y ‘responsabilidad’.
2. Bienestar y salud
Tanto el bienestar y la salud son cruciales, porque “impactan directamente sobre la calidad de vida”.
– Comportamientos de salud e imagen corporal de los estudiantes
Los comportamientos de salud son importantes “porque lo que hacen los jóvenes impacta sobre su salud y bienestar a lo largo del tiempo”. A este respecto, los autores indican, como ejemplo, que el deporte en niños/as y jóvenes previene la depresión y garantiza una mejor salud mental y social, mientras que el consumo de sustancias está asociado con una variedad de resultados adversos para la salud mental y física. Por otro lado, recuerdan que dormir las horas suficientes mejora el estado de ánimo y la memoria de los adolescentes, y que la privación del sueño contribuye a reducir la capacidad de mantener una atención alerta y consciente.
La imagen corporal se define como “la percepción, el pensamiento y el sentimiento que cada persona tiene sobre el propio cuerpo”. De acuerdo con este informe, una imagen corporal saludable es un indicador importante de la salud física y mental, y una imagen corporal negativa en la adolescencia se asocia a trastornos alimentarios y a evitar la práctica de ejercicio.
Los datos muestran que los chicos presentan significativamente mejores hábitos deportivos y de sueño que las chicas. Ellos se sienten también más satisfechos con su imagen corporal.
Los/as estudiantes con mejor nivel socioecónomico tienen mejores hábitos alimentarios y deportivos que los/as desfavorecidos/as. Estos y estas estudiantes también tienen mejor percepción de su propio cuerpo.
– Satisfacción con las relaciones interpersonales
Durante la adolescencia, los individuos se mueven con dinámicas sociales complejas y buscan la validación y el apoyo en las relaciones con sus compañeros/as, padres y docentes. Considerando que las relaciones positivas favorecen el sentido de pertenencia, la autoestima y la resistencia emocional, y fomentan un entorno favorable para afrontar desafíos, es entonces fundamental la satisfacción de los/as adolescentes con sus relaciones para promover su bienestar general.
Se observa que el porcentaje de alumnado de 15 años que se encuentra satisfecho o muy satisfecho con las relaciones interpersonales en un entorno familiar, con padres (87%) y amistades (82%), es mayor que en el entorno escolar, con compañeros (66%) y el profesorado (60%). Los chicos reconocen sentirse más satisfechos con sus relaciones que las chicas, tanto en su relación con amigos, padres y compañeros, pero sin diferencia significativa en el caso de las relaciones con el profesorado.
A juicio de los autores del informe, estas diferencias “pueden surgir del mayor compromiso psicológico y emocional de las adolescentes en las relaciones con sus compañeros y amistades, lo que les genera más estrés interpersonal”. El nivel de satisfacción con las relaciones interpersonales es menor tanto para los/as con menor nivel socioeconómico como para los alumnos/as inmigrantes.
– Bienestar psicológico actual
Los datos muestran que las alumnas sienten significativamente un menor bienestar que los chicos en todos los ítems evaluados, no llegando en ningún caso el porcentaje al 50%. Sin embargo, ellos sí superan este 50% en el porcentaje en tres de las afirmaciones, con diferencias significativas que oscilan entre los 12 puntos porcentuales para quienes “se han despertado sintiéndose como nuevos/as y descansados/as” y los 26 puntos porcentuales para quienes se sienten “activos/as y con energía” y “tranquilos/as y relajados/as”.
En promedio, los estudiantes favorecidos informan niveles más altos de bienestar psicológico actual que los estudiantes desfavorecidos, si bien la desigualdad solo es significativa en tres de los ítems: “me he sentido alegre y de buen humor” (12 puntos porcentuales); “mi vida diaria ha estado llena de experiencias que me interesan” (11) y “me he sentido activo/a y con energía”. Según la condición de inmigrante, los datos de SSES 2023 muestran diferencias significativas en estos mismos ítems anteriores, aunque con valores inferiores: “me he sentido alegre y de buen humor” (10 puntos porcentuales); “mi vida diaria ha estado llena de experiencias que me interesan” (8) y “me he sentido activo y con energía” (7).
Todas las competencias socioemocionales medidas en el estudio se relacionan positivamente con el bienestar psicológico actual de los estudiantes. Las competencias más fuertemente correlacionadas son el ‘optimismo’, la ‘energía’ y la ‘resistencia al estrés’, seguidas del ‘control emocional’, la ‘confianza’ y la ‘sociabilidad’. En general, las competencias en el dominio de la ‘Regulación emocional’ se encuentran entre las más fuertemente relacionadas con el bienestar psicológico actual de los/as estudiantes. Para los autores del informe, esto concuerda con investigaciones previas, que han demostrado que tanto la salud mental como la salud en general están más fuertemente asociadas con el ‘neuroticismo’, seguido de la ‘responsabilidad’ y la ‘amabilidad’.
– Ansiedad ante los exámenes y las clases
La ansiedad ante los exámenes es un “conjunto de respuestas fenomenológicas, fisiológicas y conductuales que acompañan la preocupación por posibles consecuencias negativas o el fracaso en una situación evaluativa”. Suele surgir cuando el alumnado percibe que las demandas de la situación del examen superan sus habilidades, llegando a impactar negativamente en su rendimiento académico, a través de alteraciones en la atención y la memoria de trabajo.
Los datos indican que a tres de cada cuatro estudiantes les preocupa tener malas notas (76 %), y el 44% se ponen tensos cuando estudian para un examen. Se detectan diferencias significativas en función del género, con puntuaciones más elevadas en las chicas en ansiedad y estrés (26 y 28 puntos porcentuales de diferencia, respectivamente), lo que, según los autores del informe, “significa que las chicas tienden a sentir más ansiedad por los exámenes y el trabajo escolar”. Estos datos, afirman, ”son consistentes con estudios previos, que encuentran que las adolescentes tienen una mayor prevalencia de ansiedad ante los exámenes y sienten más presión por el trabajo escolar que los chicos”.
La resistencia al estrés se relaciona negativamente con la ansiedad ante los exámenes y las clases
Muchas de las competencias socioemocionales medidas en SSES 2023 se relacionan negativamente con la ansiedad ante los exámenes y las clases. La más fuertemente relacionada de forma negativa es la ‘Resistencia al estrés’, seguido en menor medida, del ‘optimismo’ y el ‘control emocional’, de manera que, los/as estudiantes más resistentes al estrés y más optimistas, así como aquellos con mayor control emocional se sienten menos ansiosos ante los exámenes y los trabajos escolares.
En el sentido opuesto, se observa la correlación positiva de la ansiedad con la empatía y la motivación de logro, interpretándose que, en promedio, los y las estudiantes que están motivados hacia el logro y dicen ser empáticos/as, también sufren niveles más altos de ansiedad ante los exámenes y las clases. Aunque la empatía es una competencia que es necesario fomentar, para los autores, este hallazgo revela que “los estudiantes empáticos pueden necesitar apoyo adicional para manejar sus sentimientos de ansiedad en situaciones de examen de alta presión”. Competencias socioemocionales como la creatividad, el autocontrol y la responsabilidad no están correlacionadas con la ansiedad ante exámenes y clases.
3. Éxito educativo y perspectivas profesionales
El informe recoge en este punto el análisis de las relaciones entre las competencias socioemocionales del alumnado español y sus resultados educativos, así como su preparación profesional y aspiraciones laborales
– Competencias socioemocionales y éxito académico
Los hallazgos demuestran que las competencias socioemocionales de los y las estudiantes predicen sus resultados educativos y aspiraciones futuras, incluso después de tener en cuenta las diferencias por género, estatus socioeconómico y cultural y condición de inmigrante. Las investigaciones realizadas al respecto evidencian que el alumnado con mayor éxito académico posee niveles más altos en determinadas competencias socioemocionales.
Así, los y las estudiantes españoles/as que declaran unos niveles más altos en las competencias del dominio ‘Desempeño en tareas’ (motivación de logro, persistencia, responsabilidad y autocontrol y curiosidad), tienden a lograr un mayor éxito académico. Estas competencias se relacionan más fuertemente con puntuaciones más altas en las siguientes materias: matemáticas, lengua y artes. Por el contrario, los/as estudiantes más sociables obtienen rendimientos menores.
– Absentismo e impuntualidad
El informe destaca la preocupación que despiertan los retrasos a la hora de llegar a clase y las faltas de asistencia regulares o puntuales en el alumnado y su impacto en el desarrollo personal de cada estudiante. Según los autores, está demostrado que el abandono escolar temprano “tiene consecuencias y costes claros para los individuos y para la sociedad, tanto desde el punto de vista académico, como del mercado de trabajo o del bienestar en general”.
Los datos señalan que el alumnado español declara tener unos porcentajes elevados de demoras y ausencias escolares. En las últimas dos semanas, el 43% del alumnado afirma haber llegado tarde al centro, el 36% se ha saltado algunas clases y el 33% ha llegado a faltar un día entero. Mientras que no se observan diferencias significativas en función del género, sí se detectan a nivel socioeconómico (hay un 12 % más de alumnos desfavorecidos que declaran haber llegado tarde al centro o haberse saltado un día entero de clase) y la condición de inmigrante (un 15 % más de estudiantes inmigrantes declara llegar tarde al centro escolar).
Los altos niveles de absentismo y de faltas de asistencia pueden ser señales de riesgo de abandono escolar
La literatura al respecto indica que el rendimiento académico y los niveles de absentismo y demoras se relacionan estrechamente: los alumnos y alumnas que, con frecuencia, suelen llegar tarde, faltan a algunas clases o faltan por completo al centro educativo, pierden un tiempo valioso de aprendizaje y tienden a obtener peores calificaciones. Si bien llegar tarde es más común y normalmente tiene consecuencias menos graves que faltar al centro educativo, “ambas pueden ser señales de que un estudiante está en riesgo de abandono escolar”.
Estos comportamientos también afectan al resto de estudiantes, al interrumpir las clases cuando llegan tarde y obligar al o a la docente a repetir de nuevo la información impartida.
Con el propósito de mejorar el rendimiento general de los estudiantes, es clave reducir los niveles de absentismo y las conductas de llegar tarde. Para ello, el informe pone de relieve la importancia de fortalecer la ‘persistencia’, la ‘motivación de logro’ y la ‘responsabilidad’ del alumnado, dado que la evidencia sugiere que, para mitigar el absentismo escolar, podría ser beneficioso enfocarse en fortalecer los valores en las competencias socioemocionales asociados al dominio general ‘Desempeño en tareas’. Por lo tanto, “cultivar estas competencias puede ser una herramienta para que los sistemas educativos mejoren sus resultados académicos y por ende sus expectativas laborales futuras.”
– Expectativas de completar la educación terciaria
Los/as estudiantes españoles/as afirman tener planes de carrera ambiciosos: el 81% espera completar estudios de educación terciaria. Las chicas, los estudiantes favorecidos socioeconómicamente y los nativos son los grupos con mayores expectativas de futuro.
La ‘curiosidad’, la ‘motivación de logro’, la ‘empatía’ y la ‘persistencia’ son las competencias más relacionadas con las expectativas de completar estudios de nivel terciario.
– Perspectivas profesionales
Con respecto a las expectativas para dedicarse a ciertas profesiones a la edad de 30 años, las preferencias en el área de la salud y las profesiones tecnológicas destacan como las más atractivas para el alumnado de 15 años, ambas con un 19% de interesados e interesadas.
Las diferencias porcentuales por género son significativas: las alumnas muestran un mayor interés en profesiones relacionadas con la salud y con el sector de la educación, con diferencias porcentuales de 19 y 7 puntos respectivamente, mientras que los alumnos se interesan más por profesiones tecnológicas (13 puntos) y en empleo verde, (con 12 puntos porcentuales más con respecto a las chicas).
– Intención de emprendimiento
El 40% del estudiantado español afirma tener intención de emprendimiento en el futuro, montando su propio negocio. Los chicos, los estudiantes favorecidos socioeconómicamente y los estudiantes inmigrantes presentan las mayores expectativas. Las competencias más fuertemente correlacionadas con el emprendimiento son: la asertividad, la energía, la creatividad, la sociabilidad y el optimismo.
Se puede acceder al documento completo desde el catálogo de publicaciones del Ministerio de Educación bien directamente a través del siguiente enlace:
Estudio sobre las competencias sociales y emocionales. Informe español