La participación en la violencia entre iguales en cualquier contexto, ya sea como perpetrador o víctima, o como espectador de esta violencia puede tener impactos de gran alcance en la salud y el bienestar de los y las jóvenes. El acoso escolar, el ciberacoso y las peleas físicas se asocian con una mala salud física, problemas psicológicos y emocionales, y con dificultades en el rendimiento escolar en la infancia y adolescencia, así como con experiencias de violencia y criminalidad en la edad adulta. Por lo tanto, la participación regular en la violencia entre iguales puede tener profundas consecuencias para la salud, tanto física como mental, a lo largo de la vida.
Así lo advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su informe fruto del estudio Health Behaviour in School-age Children (HBSC) una gran encuesta escolar que se lleva a cabo cada cuatro años en colaboración con la Oficina Regional de la OMS para Europa. Los datos del HBSC se utilizan a nivel nacional, regional e internacional para obtener nuevos conocimientos sobre la salud y el bienestar de los/as adolescentes, comprender los determinantes sociales de la salud e informar las políticas y prácticas para mejorar la vida de los jóvenes. Los datos de la encuesta se publican en volúmenes que resumen los hallazgos clave sobre temas de salud específicos. Este informe, correspondiente al volumen n.º 2 de la serie, se centra en la violencia y el acoso entre iguales en adolescentes.
Fuente: freepik. Foto: freepik. Fecha: 29/04/24
Tal y como señala el informe, en todos los países y culturas, la violencia entre iguales es un comportamiento predominante entre niños y niñas en edad escolar y tiene profundos efectos en su bienestar. Este tipo de violencia puede adoptar muchas formas (acoso físico, psicológico, en persona u online). Concretamente, las formas virtuales de violencia entre iguales han cobrado especial relevancia desde el inicio de la pandemia de la COVID-19, cuando los y las jóvenes hicieron más uso de las redes e Internet durante el confinamiento, convirtiéndose el ciberacoso en una importante prioridad de salud pública en los últimos tiempos.
Asimismo, la evidencia actual señala el papel de la perspectiva de género en el tipo de violencia que se perpetra (“los niños son más propensos a participar en formas físicas directas de violencia y las niñas a participar en formas verbales y de otro tipo indirectas”).
Se observa que la participación en formas tradicionales de violencia disminuye con la edad, tanto en niños como en niñas (dado que la mayoría de ellos/as desarrollan la autorregulación y otras cualidades innatas que vienen con la maduración), si bien “un número preocupante de jóvenes continúa ejerciendo violencia hasta la edad adulta”. La violencia entre iguales también sigue patrones socioeconómicos en algunas culturas, registrándose mayores riesgos de sufrir formas tradicionales de violencia entre aquellos/as con niveles socioeconómicos más bajos.
Partiendo de lo anterior, este informe proporciona evidencia única sobre las experiencias de violencia entre iguales adolescentes, la tendencia de la misma a lo largo de los últimos años y el rol que desempeñan aquí el género, la edad y las desigualdades sociales, “proporcionando una base para políticas, promoción de la salud e intervenciones clínicas”.
A continuación, recogemos los principales resultados basados en los datos correspondientes a una muestra de adolescentes de 11, 13 y 15 años pertenecientes a 44 países y regiones de Europa, Asia central y Canadá:
Perpetrar acoso a otros/as
- En promedio, el 6% de los/as adolescentes afirman haber acosado a otros/as en el centro escolar al menos dos o tres veces al mes durante los últimos meses (8% de los niños y 5% de las niñas). Hay una amplia variación entre países con respecto a la frecuencia reportada de acoso, registrándose los valores más altos entre los chicos de 15 años en Bulgaria y Letonia.
- Se observan diferencias de género en todos los grupos de edad. Los niños informan de tasas más altas de acoso a otros que las niñas. Las mayores diferencias de género se observan entre niños y niñas de 15 años en Bulgaria (24% de los niños versus 9% de las niñas), Finlandia (14% niños y 3% niñas) y Lituania (18% niños y 8% niñas).
- Se registran diferencias entre grupos socioeconómicos en una minoría de países y regiones. En la mayoría de los casos, los/as adolescentes de familias de bajos ingresos reportan tasas más elevadas de acoso escolar a sus iguales.
- La prevalencia de adolescentes que afirman haber acosado a otros en la escuela se mantiene relativamente estable desde 2018, tras una ligera disminución observada entre los años 2014 y 2018.
Ser acosado/a
- Alrededor de uno de cada 10 niños y niñas (11%) han sido acosados en su centro educativo al menos dos o tres veces al mes durante los últimos meses. La prevalencia de victimización por acoso oscila entre el 2% de los chicos de 15 años en Bélgica y Francia y el 34% de los de 11 años en Lituania; y entre el 3% de las chicas de 15 años en Italia, Portugal y España y el 33% de las 13 años en Lituania.
- Tanto las niñas como los niños informan de niveles similares de acoso en la mayoría de los países y regiones.
- Se registran diferencias entre grupos socioeconómicos en una minoría de países y regiones. En la mayoría de los casos, los/as adolescentes de familias de bajos ingresos reportan tasas más elevadas de sufrir acoso escolar.
- La tendencia en la prevalencia de victimización en todos los países y regiones se mantiene relativamente estable a lo largo del tiempo, desde 2014. Datos recientes sugieren un ligero aumento en la victimización entre las niñas más jóvenes desde 2018.
Perpetrar ciberacoso a otros
- En promedio, en todos los países y regiones participantes, el 12% de los/as adolescentes afirman haber acosado online a otros/as, al menos una o dos veces en los últimos meses (14% de los niños y 9% de las niñas).
- La prevalencia es mayor entre los niños que entre las niñas en casi todos los países y regiones y en todos los grupos de edad, reportándose los niveles más altos en Bulgaria, Letonia y Lituania, y los niveles más bajos en Portugal, España y Suiza.
- La perpetración del ciberacoso alcanza su punto máximo a los 13 años, tanto para niños como para niñas, en la mayoría de los países y regiones en los que se observaron diferencias de edad.
- Entre los años 2018 y 2022, se detecta un claro aumento en la proporción de adolescentes que manifiestan haber acosado cibernéticamente a otros en los últimos meses. Esta tendencia incremental se mantiene constante en todos los países y regiones participantes y en los grupos de edad y género (excepto las niñas de 15 años).
Sufrir ciberacoso
- En general, el 16% de los/as adolescentes dicen haber sido acosados cibernéticamente al menos una o dos veces en los últimos meses (15% de los niños y 16% de las niñas). Los niveles más altos se registran en Bulgaria, Lituania, Polonia y la República de Moldavia, mientras que los niveles más bajos se encuentran en de España.
- Se observan diferencias de género en menos de la mitad de los países y regiones, siendo las adolescentes quienes informan de una mayor prevalencia en muchos casos. Entre los grupos de edad se registran diferencias significativas: la victimización por ciberacoso es más prevalente a los 11 años para los niños y a los 13 años para las niñas en la mayoría de los países y regiones en los que se observan diferencias de edad.
- Comparando los datos de 2018 con los de 2022, se detecta un pequeño aumento en la prevalencia de acoso online entre todos los grupos de edad y género, con la excepción de las niñas de 15 años.
Para los autores del informe, la mayor prevalencia registrada en relación con el ciberacoso, tiene consecuencias preocupantes para el bienestar mental y social de los/as jóvenes.
Peleas físicas
- En general, el 10% de los adolescentes se han involucrado en peleas físicas al menos tres veces en los últimos 12 meses (14% de los niños y 6% de las niñas).
- Las diferencias de género son consistentes en todos los grupos de edad, siendo los niños quienes reportan los niveles más altos de peleas físicas que las niñas en casi todos los países y regiones. Las diferencias de edad son significativas en la mayoría de los países y regiones. En la mayoría de ellos, la participación en peleas físicas es mayor a los 11 años y se reduce en los grupos de mayor edad.
- Se observan patrones socioeconómicos en, aproximadamente, la mitad de los países y regiones para los niños y sólo en seis para las niñas. En la mayoría de los casos, los niños pertenecientes a familias más acomodadas tienen más probabilidades de haber estado involucrados en una pelea física.
- En general, la proporción de adolescentes que afirman haberse peleado se ha mantenido relativamente estable desde 2014. Las tendencias sugieren una ligera disminución entre los niños y un aumento entre las niñas más jóvenes (de 11 y 13 años), pero estos cambios son pequeños en términos absolutos.
El acoso y la violencia entre iguales debe ser una prioridad para las políticas, la promoción de la salud y la intervención
Esta conclusiones ponen en evidencia que la violencia entre iguales debe atenderse “como una prioridad para las políticas, la promoción de la salud y la investigación”. Así, teniendo en cuenta que el acoso, el ciberacoso y las peleas físicas ocurren con frecuencia en muchos países, regiones y culturas entre los niños y las niñas en edad escolar, y que sus efectos nocivos sobre la salud y el bienestar están bien establecidos, queda más que claro que “la violencia entre iguales en todas sus formas sigue siendo un problema de salud pública para las poblaciones de adolescentes y debería ser un foco de intervención a nivel local, nacional e internacional”.
Por lo tanto, se requieren más acciones para abordar estos problemas, con una necesidad urgente de invertir en intervenciones basadas en la familia, la escuela y la comunidad, y que atiendan a la perspectiva de género.
Los datos recogidos en este estudio pueden ayudar a los responsables de políticas a identificar quién se encuentra en mayor riesgo. Se recomienda a los formuladores de políticas y otras personas involucradas en la prevención de la violencia, que aprendan de los países y regiones que han implementado intervenciones nacionales exitosas, basadas en la evidencia, como Canadá (PrevNet), Finlandia (KiVa Antibullying Program) y Noruega (Olweus Bullying Program).
La violencia contra niños/as y adolescentes se puede prevenir
La violencia entre los/as jóvenes evoluciona y cambia constantemente y, junto con la innovación tecnológica, se desarrollan nuevas formas de violencia. El ciberacoso constituye actualmente una forma dominante de violencia entre iguales que están experimentando los jóvenes. Por lo tanto, existe una necesidad específica de desarrollar e implementar intervenciones que aborden el acoso online y doten a niños/as, adolescentes y jóvenes de las habilidades necesarias para limitar el daño que este tipo de acoso puede ocasionarles.
En la misma línea, el informe destaca la necesidad urgente de educar también a las familias y a los centros educativos sobre las formas de ciberacoso y sus implicaciones, al mismo tiempo que se regulan las plataformas de redes sociales para limitar la exposición al mismo.
La OMS concluye afirmando que la violencia contra niños/as y adolescentes se puede prevenir. En este sentido, “prevenir y responder a la violencia contra niños y adolescentes requiere que los esfuerzos aborden sistemáticamente los factores de riesgo y de protección en los cuatro niveles interrelacionados de riesgo (individual, relacional, comunitario y social)”
Se puede acceder al informe desde la página Web de la OMS o bien directamente aquí: