El 89% de los/as europeos/as considera la salud mental tan importante como la salud física, pero el 54% de ellos/as afirma que sus necesidades de salud mental no están cubiertas. La salud mental debe ser una prioridad para Europa. La comunicación sobre un enfoque integral de la salud mental, al comprometerse con la ‘paridad de estima’ entre la salud mental y la salud física, constituye un primer paso para que la Unión Europea comience a dar respuesta a las necesidades agudas de salud mental de la población.
Así lo afirma Mental Health Europe en un documento publicado en respuesta a la encuesta lanzada por el Observatorio Europeo de Sistemas y Políticas de Salud y la Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea, para avanzar en el debate público en torno a las futuras prioridades de la Unión Europea en materia de salud para 2024-2029.
MHE considera un “descuido importante” el hecho de que la salud mental no se mencione entre los nueve temas de salud clave y áreas de actualidad recogidos en la encuesta. Por ello, en su respuesta ha querido destacar la necesidad de dar prioridad a la salud mental y de considerarla como una parte integral de los futuros planes de salud de la UE.
Fuente: freepik. Foto: freepik. Fecha: 10/04/24
A continuación, recogemos la respuesta de MHE a la cuestión en torno a las acciones que debería emprender la UE con respecto a los temas prioritarios en materia de salud.
Mejorar la seguridad sanitaria
- Consistente en garantizar la protección de la salud de las personas mediante la prevención, detección y respuesta frente a amenazas o eventos que puedan dañarla, incluidas las enfermedades infecciosas (re)emergentes, el bioterrorismo y los desastres naturales.
Tal y como señala MHE, la omisión en este punto de los riesgos psicológicos y sociales o de salud mental “es preocupante, dado el compromiso asumido por la UE de poner la salud mental a la par de la salud física en su Comunicación sobre un enfoque integral de la salud mental y la adopción de un enfoque de salud mental en todas las políticas”.
Precisamente, para el 89% de los europeos y las europeas la salud mental es tan importante como la salud física, y, sin embargo, el 54% de ellos/as declara que sus necesidades de salud mental están insatisfechas. Esto pone de relieve la necesidad de ir más allá en materia de salud mental en el próximo mandato, con un compromiso a largo plazo en materia de salud mental, con objetivos, indicadores y financiación adecuados.
La salud mental debe ser una parte integral de la preparación para la seguridad sanitaria. El 62% de los ciudadanos y las ciudadanas de la UE opina que los recientes acontecimientos mundiales (la pandemia de la COVID-19, el conflicto de Rusia y Ucrania, la crisis climática, el desempleo y los costes de los alimentos y la energía, etc.) han afectado “algo” o “en gran medida” a su salud mental. Por lo tanto, la salud mental debería ser una parte integral de los futuros planes de seguridad sanitaria de la UE.
Abordar los determinantes de la salud mediante la salud en todas las políticas y salud para todas las políticas
- Esto supone adoptar enfoques sistemáticos que dirijan las políticas hacia la salud y maximicen los esfuerzos para promover (o al menos) evitar dañar la salud (Salud en todas las políticas), así como resaltar formas en que la salud puede contribuir a otras agendas (Salud para todas las políticas).
MHE señala nuevamente su preocupación ante la omisión de los riesgos psicológicos y sociales o de salud mental en este tema, reiterándose en “el compromiso asumido por la UE de equiparar la salud mental con la salud física en la Comunicación y adoptar un enfoque de salud mental en todas las políticas”. Esto pone en evidencia la trascendencia de avanzar en materia de salud mental en el próximo mandato, con un compromiso a largo plazo con este ámbito de la salud, estableciendo objetivos, indicadores y financiación adecuados.
Una comprensión integral de la salud mental considera que un enfoque de salud mental en todas las políticas es esencial para proteger y mejorar el bienestar mental. En este sentido, se llevan a cabo acciones para abordar la salud mental dentro y fuera del sector sanitario, centrándose en la promoción y la prevención. Las políticas en diferentes áreas pueden tener un impacto positivo en la salud mental, al fortalecer los factores de protección y mitigar los factores de riesgo. Este enfoque ya fue solicitado en 2023 por 78 organizaciones y 25 expertos en una declaración conjunta liderada por Mental Health Europe, bajo el título “Un enfoque de salud mental en todas las políticas como componente clave de cualquier iniciativa integral sobre salud mental’.
Apoyar la transformación de los sistemas de salud
- Consiste en transformar los sistemas de salud para hacer frente a nuevos desafíos y demandas crecientes, que pueden requerir la implementación de diferentes tipos de innovaciones. Este proceso puede verse facilitado por condiciones marco de apoyo, incluidos recursos específicos, compromiso político e inversión sostenida.
Una vez más, MHE destaca la no mención de la salud mental aquí, recordando los compromisos de la UE en este sentido. Según indica, la transformación del sistema de salud debería contribuir a ayudar a los estados miembros de la UE a adoptar el modelo psicológico y social de salud mental. Esta transformación exige la cocreación como vía a seguir, alejándose de los sistemas de no participación y simbólicos, hacia uno basado en la colaboración, la asociación y la comprensión de las necesidades, y abordando al mismo tiempo en este proceso los posibles conflictos de intereses, particularmente, los intereses comerciales.
Mejorar el mercado laboral para los trabajadores sanitarios y asistenciales
- Esto es, mejorar las condiciones marco y de trabajo de los trabajadores y trabajadoras de la salud y el cuidado, para contrarrestar la escasez de profesionales sanitarios, así la escasez y las brechas de habilidades, que son problemas que enfrentan actualmente la mayoría de los países y que, probablemente, se verán exacerbados por el envejecimiento del personal laboral de salud.
Una vez más, se omiten los riesgos psicológicos y sociales o de salud mental. Para MHE, los salarios bajos, las jornadas laborales irregulares y/o más largas, los turnos de trabajo, la carga de trabajo pesada, las condiciones laborales estresantes y la exposición a conductas sociales adversas son todos factores de riesgo para la salud mental. Es fundamental implementar políticas y marcos de atención para mejorar los salarios y las condiciones de trabajo, e incluir en los estándares de salud y seguridad ocupacional una serie de medidas orientadas a la mejora del bienestar psicológico y social, brindando capacitación a los trabajadores de la salud y a las personas cuidadoras. Es clave que cualquier acción de la UE sobre el personal sanitario esté “en consonancia con la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad”.
Lograr la cobertura sanitaria universal
- Este objetivo implica garantizar que las personas tengan acceso a una atención médica de calidad sin enfrentar dificultades financieras. Se han logrado muchos avances en los países europeos, pero todavía existen brechas en la cobertura y el acceso en muchos sectores.
Como es habitual en todos los puntos señalados por la UE, no se mencionan tampoco los riegos psicológicos y sociales o de salud mental.
Lograr la cobertura sanitaria universal no sería un objetivo completo sin la inclusión de la salud mental en dicha cobertura. El estigma y la discriminación en torno a la salud mental siguen siendo generalizados, obstaculizando el apoyo, la comprensión y la inclusión, y deben abordarse junto con las barreras económicas para garantizar un acceso efectivo. La cobertura universal debe incluir a todas las personas, independientemente de su edad, sexo, discapacidad o situación de residencia.
Implementar soluciones digitales e IA
- Esto es, maximizar los resultados de salud positivos y las ganancias para la prestación de atención médica mediante el uso de soluciones de salud digitales e inteligencia artificial, al mismo tiempo que se mitigan con éxito los riesgos y se garantiza su uso seguro.
Poniendo el foco en la falta de mención de los riesgos psicológicos y sociales o de salud mental, a pesar de los compromisos asumidos por la UE, Mental Health Europe recuerda que a partir de aplicaciones de telesalud y salud mental surgieron herramientas para la evaluación, el apoyo y la atención como oportunidades y amenazas.
Advirtiendo de que su uso abrió la puerta “a modelos de negocio impulsados por las ganancias más que por un compromiso con el bienestar”, destaca la trascendencia de contar con un marco regulatorio sólido. En este sentido, MHE publicó un informe sobre digitalización, donde enfatiza la necesidad de elaborar políticas y regulaciones que maximicen las oportunidades que brinda la digitalización y, al mismo tiempo, mitiguen los riesgos, especialmente para las personas en situaciones vulnerables. “Seguridad y calidad”, “Equidad” y “Ir más allá de la tecnología: enmarcar la salud mental en un panorama más amplio” son prioridades fundamentales.
Mejorar el desempeño y la resiliencia de los sistemas de salud
- Fortalecer la resiliencia y el desempeño de los sistemas de salud para maximizar los resultados de salud y garantizar que los sistemas de salud puedan adaptarse rápidamente y alcanzar sus objetivos, incluida la calidad, el acceso, la equidad, la capacidad de respuesta, la mejora de la salud, centrarse en las personas y la protección económica.
Como viene siendo la tónica en este documento, MHE comienza subrayando la falta de mención de riesgos psicológicos y sociales o de salud mental pese a los compromisos de la UE, y resalta la importancia de que las acciones de resiliencia en los sistemas de salud se centren en los mecanismos mediante los cuales se mitigan y previenen los daños, en lugar de centrarse en los efectos del daño. Así, es necesario considerar los determinantes sociales y de otro tipo que influyen en los malos resultados de salud. Para ser eficiente, debe incluir la salud mental y, al mismo tiempo, exponer una realidad que suele “pasarse por alto”: que la raza, la clase, la discapacidad, el género y la sexualidad, entre otras identidades sociales que se utilizan para estratificar a la sociedad, desempeñan un papel crucial a la hora de determinar quién debe volverse resiliente en primer lugar.
Abordar desafíos a largo plazo, como el envejecimiento de la población o el cambio climático
- Para la UE, esto supone comprender lo que está en juego en los desafíos a largo plazo – como el envejecimiento de la población y el cambio climático-, para los sistemas de salud europeos, y desarrollar la resiliencia para detectar, prepararse y actuar adecuadamente ante los desafíos, preferiblemente, antes de que se manifiesten como crisis.
A pesar de su importancia, tampoco se mencionan aquí los riesgos psicológicos y sociales o de salud mental. Según MHE, para el 62% de los ciudadanos de la UE, los recientes acontecimientos mundiales han afectado “algo” o “mucho” a su salud mental. El cambio climático puede afectar la salud mental y el bienestar psicológico y social de las personas de manera diferente. Asimismo, se puede abordar de diferentes maneras: integrar el apoyo psicológico y social en salud mental a la acción climática; implementar enfoques multisectoriales y comunitarios para reducir las vulnerabilidades y abordar los impactos del cambio climático en la salud mental; abordar las grandes brechas que existen en la financiación, tanto para la salud mental como dar respuesta a los impactos del cambio climático en la salud.
¿Qué tema fuera del marco de discusión debería priorizar la UE y por qué?
Mental Health Europe concluye su documento con la respuesta a esta última cuestión. Destaca que «la Comunicación sobre un enfoque integral de la salud mental, al comprometerse con la paridad de la estima, constituye un primer paso para que la UE comience a responder a las necesidades agudas de salud mental de la población y su demanda de acción«.
Por lo tanto, afirma, “es hora de pasar de la reacción a la acción”. En este sentido considera esencial que la salud mental avance con la publicación de un compromiso de salud mental a largo plazo de la UE con objetivos e indicadores claros y limitados. Esta acción a largo plazo debería estar respaldada por una inversión adecuada de la UE y debería elaborarse en consulta con todas las partes interesadas pertinentes. Es imprescindible desarrollar indicadores claros y un marco de seguimiento. El plan a largo plazo debe adoptar el enfoque psicológico y social de la salud mental y fortalecer el enfoque de salud mental en todas las políticas.
Se puede acceder al documento desde la página Web de MHE o bien directamente aquí: