La discriminación por edad o edadismo afecta cómo se sienten las personas sobre sí mismas, limitando sus vidas y oportunidades, influyendo en sus perspectivas laborales e impactando en la salud, tanto física como mental. En relación con la salud mental, las constantes representaciones negativas en torno a las personas mayores -o la ausencia de representaciones positivas-, pueden provocar una mala imagen corporal o un aumento del pesimismo y la ansiedad a medida que se envejece.
Así lo indica el Centre for Aeging Better, una organización de Reino Unido orientada a la mejora del envejecimiento, en una guía práctica a través de la cual aborda el problema de la discriminación por edad, recogiendo una serie de propuestas orientadas a ayudar a las organizaciones y profesionales que trabajan en este ámbito, para informar de una forma más positiva sobre el envejecimiento y las personas mayores, con el fin de cambiar los estereotipos actuales y la imagen negativa asociada a este ciclo vital.
Fuente: freepik. Foto: freepik. Fecha: 15/02/24
La discriminación por edad se ha normalizado tanto como parte de la vida cotidiana que apenas la detectamos
El documento se enmarca en la campaña “Por una edad sin límites” (Age Without Limits), emprendida por el centro británico con el fin de cambiar la visión actual negativa sobre el envejecimiento y desafiar al edadismo (definido como estereotipos, discriminación o prejuicios dirigidos hacia una persona debido a su edad), a través de diálogos, debates y conversaciones diarias.
Tal y como señalan sus autores, a la hora de desafiar los estereotipos negativos o cuestionar el modo en que se habla de las personas mayores o sobre el envejecimiento, tener conversaciones sobre este tema constituye un primer paso poderoso para desafiar una discriminación por edad, “que está tan arraigada en la sociedad que apenas lo notamos”.
De acuerdo con la guía, el edadismo es un prejuicio que está oculto a plena vista y no siempre es obvio. Para sus autores, resulta preocupante que 1 de cada 10 personas considere que la discriminación por edad no existe. En su opinión, esto es debido a que se ha normalizado tanto como parte de la vida cotidiana que resulta difícil reconocerlo, incluso si se está sufriendo este tipo de discriminación (“no podemos cuestionar algo a menos que seamos conscientes de ello”).
Es importante saber reconocer el edadismo en expresiones y situaciones de la vida diaria
Teniendo en cuenta que en cualquier momento puede surgir una conversación en torno al edadismo, la guía incluye algunos ejemplos para detectarlo y que considera de utilidad a la hora de hablar sobre este tema tan importante. La expresión “soy demasiado mayor para esto”, sería un ejemplo de comentario negativo sobre el envejecimiento que se normaliza o se descarta como una broma inofensiva.
Pone de relieve también la importancia de reconocer el edadismo en múltiples situaciones y contextos, entre ellas, las siguientes: interacciones cotidianas en las que se trata a los/as mayores con desdén o condescendencia (por ej., en tiendas, consultas médicas), en situaciones en las que se rechaza una solicitud de empleo debido a la edad del o la solicitante (incluso cuando no se explicita el motivo), la escasa aparición de personas mayores en películas o anuncios (o su aparición asociada a estereotipos negativos), e incluso en el acceso a la atención médica, cuando se prescriben medicamentos a una persona mayor en lugar de recibir terapia psicológica para un problema de salud mental.
La discriminación por edad es perjudicial e impacta negativamente en distintos ámbitos y contextos
La evidencia señala el impacto ‘enormemente dañino’ que puede tener la discriminación por edad en las personas a medida que envejecen, afectando a cómo se sienten las personas sobre sí mismas, limitando sus vidas y oportunidades así como sus perspectivas laborales, impactando en su salud, tanto física como mental, así como en la sociedad y en la economía en general, tal y como resumimos a continuación:
- En relación con la salud mental, las constantes representaciones negativas sobre las personas mayores, o la ausencia de representaciones positivas, pueden conducir a una mala imagen corporal o a un incremento del pesimismo y la ansiedad a medida que se envejece.
- Con respecto a la salud física, en algunos casos, las personas mayores reciben un tratamiento médico diferente debido a su edad o no buscan ayuda para problemas médicos porque asumen que son una parte normal del envejecimiento.
- La discriminación por edad también puede llevar a las personas a reducir o dejar de hacer actividades que promueven una mejor salud, como la actividad física (debido a ideas negativas sobre apariencia, idoneidad o capacidad física). A este respecto, durante la pandemia de COVID-19, se limitaron numerosos recursos disponibles para personas mayores, bajo la premisa de “protegerlas”, llegando a tomar determinadas decisiones sin consultar con las personas mayores implicadas y/o sus familias.
El edadismo es una de las barreras clave que enfrentan los/as trabajadores/as mayores
- Impacto en el ámbito laboral: la discriminación por edad en el ámbito laboral implica que las personas mayores no pueden trabajar todo el tiempo que desean. Esto puede provocar que pierdan su empleo y, potencialmente, lleguen a enfrentar inseguridad económica y pobreza en el futuro.
- Impacto en la economía y la sociedad en general: la discriminación por edad tiene un impacto perjudicial en el personal laboral: actualmente, 460.000 personas entre 50 y 64 años se encuentran sin trabajo, pero les gustaría trabajar y la discriminación por edad es una de las barreras clave que enfrentan los trabajadores y las trabajadoras mayores. Dejar a las personas mayores fuera del mercado laboral tiene repercusiones para la economía a través del efecto sobre el impuesto sobre la renta y los ingresos de la seguridad social, entre otros aspectos. También exacerba la escasez de habilidades y mano de obra que enfrentan muchas industrias.
Para los autores, la discriminación por edad significa que, como sociedad, no invertimos en formas de ayudar a las personas a envejecer bien. Por ejemplo, no diseñar y construir hogares y comunidades (incluida la accesibilidad en el transporte, las calles y los espacios públicos e instalaciones como baños) que sean adecuados y adaptables a las personas a medida que envejecen, a pesar de las crecientes necesidades en este sentido. La discriminación por edad también tiene un impacto en la cohesión social.
La guía recoge recomendaciones y propuestas para impulsar el diálogo y fomentar el debate sobre este tipo de discriminación
Sin embargo, recuerdan, “la discriminación por edad no es inevitable”. Detectar este tipo de situaciones es clave para desafiar al edadismo. En este sentido, «vemos y escuchamos discriminación por edad todos los días en los medios de comunicación, en la televisión, en el trabajo, en un bar o cafetería, en las redes sociales y en las conversaciones familiares«. Muchas personas bromean sobre las desventajas percibidas del envejecimiento, incluso aquellas que ya son mayores. Todas son oportunidades ideales para denunciar la discriminación por edad, instar a reflexionar y pensar de forma diferente, así como para iniciar una conversación sobre el tema.
Para ello, la guía recoge una serie de frases o expresiones que pueden utilizarse de forma apropiada para referirse a las personas mayores, así como algunas respuestas de utilidad cuando se detecta edadismo en una situación determinada o para llamar la atención sobre ello a alguien, ayudando a otras personas a reflexionar y cuestionar la base de este tipo de supuestos.
El documento incluye también propuestas para impulsar el debate sobre la edad y la discriminación por este motivo (por ej., organizando talleres en la comunidad, lugar de trabajo o entre amigos y familiares), e indicaciones para iniciar este tipo de diálogos y conversaciones.
La guía completa (en inglés) se encuentra disponible en la página Web del Centre for Aeging Better o bien directamente aquí:
Challenging ageism through everyday conversations, dialogue and discussion