¿Qué beneficios tiene el ejercicio físico en hombres supervivientes de violencia sexual? ¿Puede influir positivamente en su salud mental? ¿Qué barreras hay que tener en cuenta que impiden su puesta en marcha? Estas son algunas de las preguntas de un estudio publicado en la revista Journal of Interpersonal Violence.
Los autores analizaron las percepciones de beneficios y barreras del ejercicio en hombres con historias de violencia sexual, explorando diferencias según el nivel de actividad y la gravedad del trastorno de estrés postraumático. Para ello, contaron con la participación de 198 hombres con historias de violencia sexual.
De acuerdo con los principales resultados, entre hombres con historias de violencia sexual, aquellos que son más activos físicamente experimentan más beneficios en la percepción de su bienestar psicológico y el rendimiento físico. Es decir, los pacientes que realizan ejercicio físico de manera rutinaria informan de encontrarse mejor psicológicamente y sentirse mejor con su estado físico.
No obstante, se observaron diferencias significativas relacionadas con el nivel de gravedad de trastorno de estrés postraumático. Así, los hombres con niveles más altos de TEPT informaron de menos beneficios en el rendimiento físico, la interacción social y la prevención de problemas de salud. Al mismo tiempo, experimentaron más barreras a la incorporación de la actividad física de manera rutinaria. Entre dichas barreras mencionaron un entorno menos propicio a la realización de ejercicio y dificultades para encontrar tiempo. Asimismo, señalaron mayor rechazo al ejercicio físico intenso y desaliento familiar, en comparación con aquellos con niveles más bajos de TEPT.
Estas diferencias significativas se respaldan con tamaños de efecto de Cohen, que indican la magnitud de las diferencias observadas. Estos tamaños de efecto fueron moderadas (0.32–0.57) para las diferencias entre hombres activos e insuficientemente activos. En el caso de las diferencias en sintomatología postraumática, los tamaños del efecto fueron de moderadas a grandes (0.40–1.10).
En resumen, estos hallazgos destacan la influencia clave del nivel de actividad física y el TEPT en las percepciones de beneficios y barreras del ejercicio en hombres con historias de violencia sexual.
De acuerdo con los autores, reconocer estos beneficios es crucial, especialmente dada la complejidad de los problemas de salud crónicos en esta población. A pesar de que los pacientes suelen reconocer los beneficios del ejercicio físico, pocos cumplen con las pautas de ejercicio. En este sentido, los autores resaltan la necesidad de incorporar estrategias adicionales que impulsen el cambio de comportamiento en los programas integrales de intervención.
Asimismo, los autores señalan, por otro lado, que la importancia atribuida a los beneficios físicos del ejercicio, vinculada a la apariencia y fuerza, puede resultar maladaptativa en la medida que puede dar lugar a comportamientos adictivos y trastornos de la imagen corporal.
Por este motivo, los autores remarcan la necesidad de incluir profesionales de la salud mental en los programas de ejercicio en esta población. Asimismo, en la medida en que el ejercicio físico contribuye a la mejora del bienestar subjetivo, los autores resaltan la importancia de integrar el ejercicio en los programas de recuperación de trauma y formar equipos multidisciplinarios de profesionales deportivos y de salud mental.
En definitiva, los hallazgos sugieren establecer estrategias específicas de género para promover el ejercicio en hombres con historias de violencia sexual. Entre dichas estrategias puede ser de utilidad la incorporación de ejercicio físico, la psicoeducación, la participación de amigos y familiares en los programas de recuperación de trauma, el apoyo de pares y el desarrollo de la autoeficacia. Estas recomendaciones no solo ofrecen nuevas perspectivas para el diseño de intervenciones, sino que también destacan la importancia de considerar la diversidad en las experiencias y necesidades de este grupo específico de pacientes.
Fuente:
Pebole, M. M., Singleton, C. R., Hall, K. S., Petruzzello, S. J., Alston, R., Darroch, F. E., & Gobin, R. L. (2023). Perceived Barriers and Benefits of Exercise Among Men with Histories of Sexual Violence: Impact of PTSD and Physical Activity Status. Journal of Interpersonal Violence, 38(23-24), 11842-11869. https://doi.org/10.1177/08862605231188058