Las personas involucradas en accidentes de tráfico tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas psicológicos (como TEPT, depresión, ansiedad, angustia y/o fobias) que, de no tratarse, podrían tener consecuencias a largo plazo. La detección temprana y las intervenciones en salud mental son de suma importancia para reducir las consecuencias psicológicas de los accidentes de tráfico.
Así lo indica un estudio publicado en Transportation Research Part F: Traffic Psychology and Behaviour, consistente en una revisión sistemática de la literatura publicada en los últimos 20 años, en torno a las consecuencias psicológicas de los accidentes de tráfico, para resumir y cuantificar sus efectos negativos sobre la salud mental de las personas involucradas en los mismos.
Tal y como advierten sus autores, a pesar de los esfuerzos globales y locales para salvar vidas en los accidentes de tráfico, “cada año nos enfrentamos a alrededor de 1,35 millones de muertes en todo el mundo debido a accidentes en la carretera, lo que supone una media de 3.700 personas cada día”.
Fuente: freepik. Autor: freepik. Fecha: 19/06/23
El impacto psicológico negativo tras un accidente de tráfico puede tener consecuencias a largo plazo
Asimismo, según señala la OMS (2018), anualmente, más de 50 millones de personas sufren lesiones como consecuencia de accidentes de tráfico, siendo actualmente la tercera causa de discapacidad en el mundo. El crecimiento en el número de vehículos a motor y la frecuencia de su uso, no hace sino agravar aún más estas problemáticas.
De acuerdo con las distintas investigaciones, además de las heridas físicas, las lesiones derivadas de accidentes de tránsito a menudo se clasifican como eventos traumáticos y pueden provocar problemas psicológicos significativos y discapacidades. Estos impactos psicológicos negativos pueden tener consecuencias duraderas, incluyendo, entre otros, temores significativamente mayores por la seguridad personal, preocupaciones sobre la conducción, agotamiento y síntomas físicos y psicológicos negativos, etc.
Los problemas psicológicos más comunes incluyen depresión, fobia, ansiedad y estrés postraumático. Si estos síntomas no se tratan, existe una alta probabilidad de que progresen a un trastorno mental grave, como el trastorno depresivo mayor (TDM), el trastorno de estrés postraumático (TEPT), el trastorno de pánico y el trastorno de ansiedad generalizada. Hay casos también de comportamiento violento y abuso de sustancias después de una lesión. Por otro lado, diversos estudios indican que el coste de la enfermedad, incluidos los costes médicos y de rehabilitación, podría duplicarse si se consideran las tasas elevadas de angustia psicológica en las personas lesionadas.
La detección temprana y las intervenciones en salud mental, clave para reducir las consecuencias psicológicas
Ante esto, los autores de este estudio ponen de relieve la trascendencia de la detección temprana y las intervenciones en salud mental para reducir las consecuencias psicológicas de los accidentes de tráfico. Sus hallazgos avalan que las consecuencias psicológicas negativas después de un accidente de tráfico son sustanciales, con predominio de determinados síntomas como estrés postraumático, depresión, ansiedad, fobia a viajar y angustia emocional.
Las lesiones constituyen un factor clave en los efectos negativos para la salud mental, asociándose con una angustia psicológica elevada. Aquellos que no se han recuperado físicamente de su accidente o aquellas personas con lesiones graves (por ej., lesión cerebral traumática, trastorno asociado al latigazo cervical o lesión de la médula espinal), tienen significativamente más probabilidades de presentar consecuencias psicológicas negativas que, de no tratarse, podrían tener efectos a largo plazo si no se tratan.
En la infancia y la adolescencia este tipo de eventos estresantes impactan negativamente
De acuerdo con los resultados, la experiencia de un evento estresante puede tener diferentes consecuencias en los individuos. El tipo de respuesta a un evento estresante, como un accidente de tráfico, depende también de factores ambientales, psicológicos y genéticos. Los niños, niñas y adolescentes se encuentran en una etapa de desarrollo y cambios físicos, emocionales y cognitivos, por lo que “los accidentes pueden ser eventos estresantes con importantes consecuencias”. La vivencia de una experiencia traumática en estas etapas evolutivas, “pueden cambiar la concepción que tienen de sí mismos, de los demás y del futuro, si el modo de afrontamiento no es adaptativo/saludable, y a partir de esto se pueden desencadenar algunas psicopatologías”.
En relación con las distintas estrategias de afrontamiento y recuperación en niños/as, diversos estudios evidencian una relación significativa entre hablar sobre el accidente y la recuperación del estrés postraumático. Cuando un individuo habla de una situación por la que ha pasado, es posible cambiar la interpretación del evento. Así, los autores explican que cuando la persona habla sobre lo que le ha pasado, puede cambiar la interpretación de este evento), de modo que, a través de la resignificación, es capaz de obtener nuevos aprendizajes y comprensiones sobre la situación vivida, así como una reorganización de sus sentimientos.
Es prioritario invertir en programas de rehabilitación psicológica y de sensibilización sobre los riesgos de los accidentes en la salud mental
De igual modo, los programas de rehabilitación después de un accidente de esta índole pueden limitar las consecuencias negativas para la salud mental. Los autores del estudio consideran prioritario invertir en programas de rehabilitación psicológica y de concienciación y sensibilización sobre los riesgos los accidentes de tránsito en la salud mental.
En este sentido, sugieren que la evaluación temprana de los factores psicológicos de las víctimas puede ayudar a detectar a las personas con factores predisponentes a la cronicidad y remitirlos al tratamiento psicológico adecuado y oportuno.
Sensibilizar sobre la importancia de una intervención psicológica temprana es clave. Para ello, destacan la necesidad de emprender campañas de educación comunitaria y adecuación de los servicios de urgencias.
A este respecto, inciden en la trascendencia de que los/as profesionales y los departamentos de emergencias deben ser conscientes de los mayores riesgos de angustia psicológica elevada y de la necesidad urgente de contar con pautas y guías prácticas, que deben utilizarse para la identificación temprana, el seguimiento y la prevención de los problemas relacionados con el estrés.
La Psicología es esencial en la planificación de acciones para la mejora vial y para la prevención de accidentes
Para los autores de esta revisión sistemática, una mejor comprensión de las consecuencias psicológicas relacionadas con accidentes, podría ayudar en los estudios de viabilidad para las mejoras viales y de prevención de accidentes.
Los autores concluyen recordando también la importancia de reducir el peligro y el número de accidentes. Dado que muchos estudios en este sentido se han centrado en la relación entre las características operativas de la carretera y el riesgo de colisión, consideran esencial que se analice si el estado mental de los conductores o las experiencias previas de accidente y sus consecuencias psicológicas aumentan la probabilidad de accidente de tránsito, siendo fundamental no sólo emprender acciones para planificar una mejor infraestructura sino también aumentar la conciencia de los conductores.
Fuente: Marasini, G., Caleffi, F., Machado, L. M., & Pereira, B. M. (2022). Psychological consequences of motor vehicle accidents: a systematic review. Transportation research part F: traffic psychology and behaviour, 89, 249-264.