¿Cómo mejorar la eficacia y aceptación de la terapia psicológica en clientes masculinos? ¿Qué aspectos deben tener en cuenta los profesionales de la Psicología? Esta es la cuestión que se aborda en la guía de la Asociación Británica de Psicología (BPS), titulada Psychological interventions to help male adults.
La BPS reconoce que existe una tendencia actual en las ciencias sociales de privilegiar las similitudes sobre las diferencias en cuanto a sexo y género. No obstante, el documento de la BPS recoge evidencia contundente de que las diferencias de sexo/género juegan un papel en los resultados de salud mental, al igual que en muchas otras áreas de la vida. A pesar de esta evidencia, estas diferencias no se enfatizan en la formación de profesionales y terapeutas en psicología. De esta manera, las necesidades de los clientes masculinos podrían no ser satisfechas, advierte el texto.
Por este motivo, la finalidad del documento es destacar la importancia de considerar las diferencias de género y sexo en los resultados de salud mental. El texto subraya la necesidad de que los profesionales de la psicología sean conscientes de estas diferencias para poder satisfacer mejor las necesidades de los clientes masculinos. En este sentido, las recomendaciones de la BPS pretenden enriquecer y mejorar la práctica asistencial en psicología.
Los expertos de la BPS remarcan algunas cuestiones clave en este campo. En primer lugar, la investigación sobre el impacto diferencial de las terapias en hombres y mujeres ha sido limitada hasta la fecha. Aunque la mayoría de los estudios adoptan un enfoque neutral en cuanto al género, algunos estudios aislados han encontrado diferencias significativas.
Asimismo, a pesar de que se ha investigado poco sobre las preferencias de género en cuanto al sexo del terapeuta, los estudios disponibles indican que este aspecto es especialmente importante para algunos clientes masculinos. Además, ha habido pocos intentos de diseñar intervenciones específicas de género para hombres en comparación con los enfoques tradicionales, pero los pocos enfoques adaptados a los hombres han demostrado resultados prometedores. Según la BPS, se necesita más investigación y desarrollo de enfoques sensibles al género en el campo de las terapias psicológicas.
En segundo lugar, la mayoría de los enfoques psicológicos parten de la suposición tradicional de que la exploración emocional directa y la expresión verbal cara a cara son condiciones esenciales para el cambio y la mejora psicológica. Esta suposición general dentro de la cultura de las terapias psicológicas se adapta, en cierta medida, a cómo las mujeres en general abordan sus problemas en comparación con los hombres en general, indican los expertos de la BPS.
Igualmente, la mayoría de los enfoques terapéuticos pueden describirse como «medicalizados» o «patologizados» en el sentido de que ofrecen equivalentes psicológicos a tratamientos médicos. Este enfoque sitúa al cliente/paciente en un papel más pasivo, en lugar de considerarlo un agente activo o participante en el cambio. Para los expertos de la BPS, esta aproximación puede explicar por qué los hombres se muestran más reacios a participar en terapias psicológicas, en la medida en que esta visión contradice el arquetipo masculino relacionado con el control y la autonomía.
Asimismo, esta tendencia menor de los hombres a buscar ayuda psicológica se ha atribuido habitualmente a características propias de los hombres (por ejemplo, terquedad). No obstante, según los expertos, esta explicación ha dejado de lado la búsqueda de otras limitaciones propias de los modelos terapéuticos.
Teniendo en cuenta estas consideraciones, la BPS plantea las siguientes recomendaciones:
- Las terapias psicológicas centradas en la conversación no deben ser la única opción para los clientes masculinos. También se deben considerar enfoques comunitarios y orientados a la acción, teniendo en cuenta los entornos culturalmente apropiados.
- Es fundamental tener en cuenta las cuestiones de género al formular y seleccionar enfoques para abordar los problemas y necesidades de hombres y niños.
- Los enfoques grupales y comunitarios, donde los hombres pueden identificarse con otros hombres, pueden promover la búsqueda de ayuda en lugar de disuadirla.
- La falta relativa de terapeutas masculinos como mentores y modelos para hombres y niños en el campo de la psicología y la atención profesional, en general, es un obstáculo para la mejora de la aceptación de las terapias psicológicas.
- La terapia para hombres y niños debe basarse en la empatía y el respeto hacia la identidad del cliente. Los enfoques terapéuticos que adoptan una visión positiva y empática de la masculinidad probablemente sean más atractivos y efectivos para los clientes masculinos. En contraposición, no se aconsejan los enfoques que critican la masculinidad y requieren cambios. Es importante destacar que la «masculinidad» en este contexto no debe ser definida de manera estricta o rígida. Así, la experiencia personal del cliente debe tener prioridad, como ocurre en cualquier terapia, señala la guía de la BPS.
- La preferencia masculina hacia la comunicación «hombro con hombro» en lugar de «cara a cara» puede ser aprovechada de mejor manera para fomentar conexiones terapéuticas más auténticas con hombres y niños.
El documento también advierte de otros aspectos que deben tener en cuenta los profesionales de la Psicología cuando trabajan con clientes masculinos. Entre dichas cuestiones, los expertos señalan que los hombres tienden a manifestar problemas de salud mental, como la depresión, de manera indirecta a través de conductas disruptivas. Este aspecto, si no se considera, puede dejar desatendidos los problemas de depresión subyacente. Asimismo, los hombres tienen tasas de suicidio mucho más altas que las mujeres. Por lo tanto, es importante evaluar el riesgo de suicidio en este grupo.
Puedes acceder al documento completo en la Web de la BPS y aquí.