¿Qué aspectos se deben tener en cuenta en la intervención con mujeres que consumen drogas? Esta cuestión es la que aborda la guía Women and drugs: health and social responses (Mujeres y drogas: salud y respuestas sociales), elaborada por la European Monitoring Centre for Drugs and Drug Addiction (EMCDDA).
La publicación proporciona una visión general de la situación del consumo de drogas ilícitas en Europa. No obstante, se centra en las diferencias de género en relación al acceso a los servicios de tratamiento y las barreras específicas que enfrentan las mujeres que consumen drogas.
En general, se estima que más de 30 millones de mujeres han probado alguna droga ilícita en la Unión Europea. Según se indica en la guía, las mujeres representan aproximadamente una cuarta parte de las personas con problemas graves de drogas ilícitas. Asimismo, alrededor del 20 % de las personas que inician un tratamiento especializado en drogodependencias en Europa son mujeres.
Las mujeres que consumen drogas enfrentan barreras específicas que están relacionadas con el estigma. El estigma es mayor para las mujeres, puesto que a menudo se percibe que contravienen sus roles de género, como madres y cuidadoras. Además, las mujeres también enfrentan desafíos financieros y de transporte para acceder a la atención médica, lo que puede ser especialmente difícil si tienen hijos. Asimismo, este grupo tiene menos apoyo social que los hombres. Esto se debe a que suelen provenir de familias con problemas de consumo de sustancias o tener una pareja que consume drogas.
Según advierte la EMCDDA, las mujeres que consumen drogas también presentan una mayor prevalencia de problemas de salud mental en comparación con los hombres. El trastorno de estrés postraumático, la ansiedad y la depresión, son más comunes entre las mujeres que consumen drogas.
En resumen, las mujeres que consumen drogas enfrentan barreras específicas en términos de acceso a la atención médica y servicios de tratamiento. Los desafíos financieros, de transporte y de cuidado infantil pueden dificultar que las mujeres busquen tratamiento, y el estigma asociado con el consumo de drogas puede exacerbar la culpa y la vergüenza. La EMCDDA señala la necesidad de continuar investigando la brecha de tratamiento dentro de las diferentes regiones de Europa para garantizar que se proporcionen servicios de tratamiento equitativos y accesibles para todas las personas que consumen drogas. En este sentido, resulta fundamental incorporar la perspectiva de género en este ámbito (más información aquí).
Se puede consultar la guía de la EMCDA en su página Web.