En las últimas décadas, con la aparición de Internet, de diversas tecnologías de la información y la comunicación (ITC) y la expansión de la telefonía móvil, hemos experimentado una transformación digital, que ha generado un desarrollo de la sociedad sin precedentes. Sin embargo, también ha provocado problemas técnicos y humanos, detectándose, por ejemplo, una mayor dependencia de dispositivos tecnológicos. Por otro lado, la velocidad de evolución de dichos dispositivos requiere una continua actualización de conocimientos que dificulta su uso e incrementa la percepción de falta de control. Todas estas dificultades se hacen patentes tanto en el ámbito personal como en el ámbito laboral, especialmente en los trabajadores mayores, que presentan más estrés y ansiedad. Asimismo, su uso excesivo puede conllevar adicción. Así lo afirma Foment del Treball Nacional -organización patronal catalana- en una nueva guía sobre tecnoestrés, publicada con la financiación de la Fundación Estatal para la Prevención de Riesgos Laborales, a través de la cual pone de relieve el rol del tecnoestrés como un riesgo a tener en cuenta en la gestión preventiva de las organizaciones y abordar su gestión de forma integrada en las mismas. |
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Según indica, estos trastornos deben ser abordados por las organizaciones, tanto desde el ámbito de la psicología social -para evaluarlo e identificar medidas de actuación-, como por parte de los departamentos de informática e innovación de las empresas y, principalmente, de las empresas generadoras de nueva tecnología, con el fin de poner a la persona en el centro y la tecnología a su servicio y diseñar dispositivos y aplicativos amigables con el/la usuario/a. Tal y como señala el texto, el tecnoestrés es un fenómeno complejo que presenta síntomas muy diversos. De acuerdo con el INSST, hay diferentes tipos de tecnoestrés: tecnoadicción, tecnoansiedad y tecnofatiga. A lo largo de sus páginas, la guía conceptualiza cada una de estas tipologías y sus consecuencias sobre el trabajador o la trabajadora -tanto psicológicas como físicas, y a corto, medio y largo plazo-, así como sobre la organización. Asimismo, el documento recoge los diferentes instrumentos disponibles para la detección y evaluación del tecnoestrés, y las distintas estrategias de abordaje (a saber, estrategias preventivas y estrategias de intervención psicológica y social). Se puede acceder directamente a la guía a través del siguiente enlace: |
La salud mental de las personas trabajadoras debe convertirse en una prioridad, según UGT
En nuestro país, desde principios de año y hasta el mes de septiembre, se han contabilizado 468.093 bajas laborales de personas trabajadoras derivadas de problemas de salud mental (…)