La rápida explosión de las tecnologías de comunicación digital y su uso por parte de los jóvenes ha obligado a la búsqueda de medidas de protección frente a las nuevas formas de violencia contra la infancia que se producen a través de estos medios. Los responsables de protección de la infancia, las fuerzas y cuerpos de seguridad, el profesorado y los profesionales de la salud mental se enfrentan al reto de dar respuesta y minimizar el impacto de las nuevas amenazas que se dan en la población infantil y su exposición a diferentes formas de violencia online. Con el objetivo de ofrecer una revisión de la literatura científica y dar a conocer las medidas eficaces que se pueden implementar en la prevención de la violencia digital contra la infancia, la Organización Mundial de la Salud ha publicado el informe What works to prevent online violence against children (Qué funciona para prevenir la violencia online contra los niños).
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El informe analiza la evidencia científica disponible (en revisiones sistemáticas y estudios de eficacia con calidad metodológica) de los últimos 30 años, estableciendo las estrategias y programas que funcionan, son eficaces o efectivos en la prevención de este tipo de violencia hacia los niños, niñas y adolescentes. El documento contempla actuaciones frente a los diferentes tipos de violencia que se puede ejercer a través de los medios digitales y las redes de comunicación, tales como el abuso sexual infantil, incluido el acoso y el abuso de imágenes sexuales y la ciberagresión y el acoso en forma de ciberacoso, piratería y robo de identidad. Si bien el informe reconoce que existen diferentes estrategias para prevenir la violencia digital frente a la infancia, incluyendo la aplicación y desarrollo de leyes específicas, las campañas de concienciación pública, la implementación de herramientas de seguridad y control digital, etc., las medidas que actualmente cuentan con un mayor respaldo científico son los programas de prevención implementados en los centros educativos. El análisis de los contenidos de los programas educativos frente a la violencia muestra que los componentes que se han asociado a una mayor eficacia incluyen el entrenamiento en habilidades de: resolución de problemas; asertividad, autoeficacia y resistencia a la presión de los compañeros; empatía, toma de perspectiva y apreciación de las diferencias; autorregulación, gestión de las emociones y control de los impulsos; resolución de conflictos y desescalada de la violencia; búsqueda de ayuda con formación para identificar a personas de confianza, superar algunas de las barreras para la búsqueda de ayuda (como la vergüenza) y practicar la identificación de conductas de riesgo que requieren ayuda de otros; y la movilización de espectadores o defensores (lo que implica enseñar a los jóvenes que observan un conflicto a intervenir para disuadir a los agresores o apoyar y proteger a las víctimas). Asimismo, según los autores de la revisión, hay pruebas de que las estrategias de educación sexual integral pueden reducir las agresiones físicas y sexuales, en particular el acoso homófobo y la violencia en las relaciones y en la pareja y que la educación sobre el abuso de sustancias también es uno de los componentes más fiables de los programas exitosos. Teniendo en cuenta los resultados de la revisión, los expertos recomiendan para la prevención de la violencia digital contra la infancia:
Se puede descargar la guía en la Web de la OMS y en el siguiente enlace: |
Call for papers: Psicología e Inteligencia Artificial en el próximo número del European Psychologist
La revista European Psychologist, acaba de anunciar una convocatoria para el envío de artículos de cara a su próximo número especial titulado “Psychology and Artificial Intelligence (…)