El pasado día 8 de noviembre, el Pleno del Observatorio Estatal de la Convivencia Escolar, -presidido por el Ministerio de Educación y Formación Profesional-, aprobó un documento con recomendaciones para abordar iniciativas que contribuyan a la mejora de la ciberconvivencia en centros escolares.

Estas recomendaciones están dirigidas a equipos directivos, docentes, servicios de orientación y convivencia escolar, educadores, centros de apoyo al profesorado, representantes de las familias y alumnado, personal de administración y servicios (PAS), entidades académicas, asociaciones, así como otros actores involucrados en la mejora de la convivencia escolar.

El documento, elaborado por el Grupo de Ciberconvivencia del Observatorio y coordinado por el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), recoge recomendaciones que incluyen la elaboración de protocolos ante las problemáticas relacionadas con Internet, la formación para el profesorado, el alumnado y las familias, y pautas para la detección temprana de situaciones de riesgo y posibles conflictos y la gestión de los mismos. En cada apartado incorpora ideas de acciones concretas para aplicar en el centro educativo, así como numerosos enlaces a recursos adicionales.

Poniendo de relieve la importancia de garantizar la accesibilidad digital a todo el alumnado, la guía destaca el papel clave del Plan de Digitalización de Centro como herramienta básica para dinamizar el uso de medios digitales en la acción educativa (por ej., libros electrónicos, recursos digitales, uso de dispositivos personales, etc.), teniendo en cuenta aspectos de ciberconvivencia “para promover un uso seguro y responsable y prevenir conflictos”.

Por otro lado, dado que los equipos directivos y el profesorado son responsables de convivencia y bienestar de sus alumnos y alumnas dentro del centro, pueden impulsar otras iniciativas de apoyo a la ciberconvivencia escolar. De igual modo, considera necesario que el personal del centro disponga de una formación adecuada para saber abordar dentro de su responsabilidad, los retos correspondientes en materia de Ciberconvivencia.

De forma específica, el documento destaca el rol fundamental que puede -y debe- desempeñar la figura del coordinador de convivencia y del coordinador de bienestar y protección, dando respuesta a incidentes de convivencia, e impulsando acciones formativas y preventivas que presten atención al desarrollo personal en cada una de las etapas evolutivas. Entre sus funciones, señala las de promover actitudes como la confianza y la empatía, y colaborar para establecer un clima escolar seguro, en el que se desarrollen las habilidades sociales, y cada persona pueda expresar sus necesidades respetando las de los demás, entendiendo que las pautas elementales de convivencia se derivan del respeto mutuo. En esta misma línea, recomienda que esta figura cuente con conocimientos o experiencia en el ámbito cibernético, y se base en dicho ámbito cuando lleve a cabo las evaluaciones periódicas de la convivencia, y la revisión y seguimiento del Plan de Convivencia.

Tal y como señalan sus autores, el proyecto educativo de un centro debe incluir los valores, objetivos y principios del proceso de enseñanza y aprendizaje, adaptados al contexto social, económico y cultural de la comunidad educativa, impulsando un aprendizaje competencial orientado a que los niñas, las niñas y los/as adolescentes adquieran autonomía personal y elaboren una imagen de sí mismos positiva, equilibrada e igualitaria, libre de estereotipos discriminatorios.

Dicho proyecto educativo junto con el plan de convivencia son referencias fundamentales tanto a nivel estratégico, como operativo en materia de convivencia, siendo fundamental que ambos documentos se adecúen al ámbito digital.

De igual modo, teniendo en cuenta que los casos de violencia entre iguales no se limitan al ámbito escolar presencial, sino que, en múltiples ocasiones continúan a través de Internet o incluso se inician en las redes directamente, la guía recomienda que los protocolos de actuación frente al acoso escolar contemplen aspectos en línea y de ciberconvivencia, así como otras situaciones conflictivas tales como, “el aislamiento en grupos de mensajería y redes sociales, la difusión no consentida de contenido privado, el chantaje y la extorsión con fines sexuales, el cibercontrol (control a través de la tecnología), o los discursos de odio, entre otras”.

Se puede acceder al documento desde la página Web del Ministerio de Educación y Formación Profesional o bien directamente aquí:

Recomendaciones para Trabajar la Ciberconvivencia en los centros escolares