CARTA PUBLICADA EN PRENSA EL 12 DE FEBRERO: «LA PSICOLOGÍA ES UNA PROFESIÓN POLIVALENTE»
21 Feb 2006

El pasado 12 de febrero se publicó en la sección de opinión del periódico asturiano La Nueva España una carta a la opinión pública defendiendo que sólo los psicólogos que tienen el título de especialista en Psicología Clínica son profesionales sanitarios. La carta se reproduce a continuación. Esta carta ha sido contestada con otra publicada en el mismo periódico el día 19 de la que se informa en el artículo relacionado abajo indicado.

(Para leer el texto original pinche aquí)

La Psicología es una profesión polivalente; la psicología clínica es una especialidad sanitaria

Andrés Cabero Álvarez

La presente carta nace de la necesidad que sentimos los abajo firmantes de dar a conocer a la sociedad asturiana la opinión que, como profesionales de la psicología clínica formados y en activo de la sanidad pública, nos merece la campaña llevada a cabo en el último año por ciertos sectores de la Psicología académica y profesional, encaminada a reivindicar que la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS) reconozca a la psicología en su totalidad como profesión sanitaria.

La mencionada campaña intenta manipular demagógicamente a la sociedad y a los estudiantes sobremanera, al sostener que todos los psicólogos deben ser sanitarios, para garantizar el futuro desempeño profesional de los nuevos licenciados, al tiempo que alarma sobre el peligro de desatención de las necesidades psicológicas de la población. Para formarse una opinión más cabal de los hechos y de las propuestas, los ciudadanos deben conocer los aspectos siguientes:

  • La LOPS reconoce a la Psicología Clínica como una profesión sanitaria. El sector profesional que trabaja en el ámbito de la intervención sanitaria sobre los problemas de salud, son y deben ser considerado sanitarios.

  • La Psicología, como profesión, desarrolla su actividad en un amplio espectro de funciones: en centros educativos, selección de personal, en empresas, en el mundo deportivo, la publicidad, en la Administración de Justicia, en los Servicios Sociales, en las campañas políticas, en investigación, en la Universidad, etc. Esta versatilidad muestra al utilidad social de la profesión, y es un motor importante en su desarrollo profesional, del cual nos alegramos. Pero es obvio que el desempeño profesional de estos psicólogos está alejado de cualquier actividad sanitaria.

  • La Psicología clínica comenzó a implantarse en España a mediados de los años 80, siendo un lugar pionero, por cierto, Asturias. Un hito fue la puesta en marcha del sistema PIR (Psicólogo Interno Residente) como método de acceso a la especialidad de psicología clínica. El sistema PIR se diseñó a semejanza de otras especialidades como por ejemplo MIR (para médicos), FIR (Farmacia), BIR (Biólogos), etc.: convocatoria nacional y pública, examen selectivo, formación especializada durante tres años en el sistema público de salud, título avalado por los Ministerios de Educación y Ciencia y de Sanidad. Llevamos por tanto casi 25 años de promociones de Psicólogos Clínicos y durante todo ese tiempo el resto de los colegas, no sanitarios, han trabajado en sus respectivos ámbitos sin problemas. Y seguirán haciéndolo, pues el título de Licenciado les faculta para el ejercicio profesional, y ninguna normativa legal lo impide.

  • No sólo cada año 80 psicólogos acceden al título de Psicólogo clínico, reconocido como profesión sanitaria por la LOPS, a través del sistema PIR, sino que más de 10.000 solicitudes de expedición de título están pendientes de ser resueltas ,y más que habrá en breve pues el plazo se ha ampliado. ¿Alguien puede creer, con estas cifras en la mano, que las necesidades de atención de la población en el ámbito de la psicología clínica van a quedar desatendidas si no se consigue que todos los psicólogos sean sanitarios?. El verdadero problema para hacer accesible la Psicología clínica al ciudadano es la escasez de plazas de psicólogos clínicos en el sistema público y no la falta de psicólogos clínicos especialistas (en la actualidad muchos de ellos están en situación de desempleo o subempleados).

  • Por otro lado, el elevado nivel de desempleo que se registra entre los psicólogos en general se debe por un lado a la política de las Administraciones que apenas convocan plazas para el ejercicio profesional, y por otro lado al alto número de licenciados que general las Facultades (en la actualidad más de 5.000 cada año), sin que las autoridades académicas hayan puesto coto a esta situación con la instauración de las adecuadas restricciones en la admisión a los estudios de pregrado (como ya sucedió en otras titulaciones similares). Este hecho es independiente de que la psicología sea sanitaria o no, y quienes sostienen lo contrario prefieren ignorar o enmascarar esta realidad.

  • Los sectores que abanderan la protesta son precisamente los que históricamente menos han hecho por la puesta en marcha del sistema PIR, que sí garantiza igualdad, eficacia y eficiencia al sistema de atención. A cambio la propuesta que hacen es al de realizar un Master en Psicología Clínica donde, como cualquier otro master, el acceso se realiza en función del estatus económico del alumno que lo pueda costear, y con los consiguientes beneficios económicos para los docentes que lo organizan. Este Master no es garantía de formación ni similar al sistema de Interno Residente (PIR, MIR, FIR) ¿Realmente estos sectores están preocupados por la atención psicológica a los ciudadanos, o más bien su interés es el negocio de la formación postgrado, que supone grandes cantidades de dinero?

  • Las movilizaciones que hemos visto en los últimos tiempos (manifestaciones, presencia en los medios de comunicación, presión a los partidos políticos, etc) no son producto de un debate democrático en el marco de las Organizaciones e Instituciones de la Psicología en España. Las actuaciones durante el último año de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Psicólogos, se han caracterizado por la utilización antidemocrática y exclusivista de los medios de comunicación, de la información, y de los recursos del Colegio, intentando desacreditar a los opositores de las posiciones oficiales.

Queremos evitar la manipulación de la opinión pública y el desprestigio social que conlleva la campaña reivindicativa orquestada por sectores académicos y del Colegio profesional, tanto a nivel nacional como asturiano, que defienden que la totalidad de la Psicología sea considerada profesión sanitaria. Las reivindicaciones del colectivo son otras, como por ejemplo, aumento de plazas de PIR, la contratación de psicólogos clínicos en al sanidad pública, el desarrollo de al carrera profesional etc. No queremos ir a un sistema que deslegitime la vía PIR para acceder a la formación especializada, que forme a los futuros psicólogos clínicos en la Universidad, desvinculándose de la asistencia pública.

 Andrés Cabero Álvarez firma éste escrito junto a otros 36 psicólogos clínicos y psicólogos internos residentes en Asturias.

 

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