DÍA MUNDIAL SIN JUEGOS DE AZAR. ENTREVISTA A ANA FERNÁNDEZ- ALBA
30 Oct 2007

Ayer, 29 de octubre de 2007, se celebró a nivel mundial el Día sin Juegos de Azar.

Muchas son las personas que en nuestro país se ven a afectadas por este tipo de adicción, que se caracteriza por un incontrolable y abrumador impulso a jugar, a pesar de las graves consecuencias que esta conducta lleva asociadas, esto es, deterioro personal y profesional, desestructuración familiar, hundimiento económico, deterioro de las relaciones interpersonales, problemas de tipo legal, etc.

Si bien el estudio de la ludopatía es relativamente reciente, en las últimas décadas la investigación en este campo ha experimentado importantes avances. No obstante, todavía es un problema sobre el que rondan algunos interrogantes a los que los expertos intentan dar respuesta.

Con motivo de la celebración del Día Mundial sin Juegos de Azar, Infocop Online ha querido acercar a sus lectores el conocimiento de expertos en la materia sobre algunas cuestiones relevantes en torno a este problema. Ayer tuvimos la oportunidad de ofrecer la entrevista realizada a Javier Fernández Montalvo, y hoy contamos con la colaboración de Ana Fernández-Alba Luengo, profesora de la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, que tiene una amplia experiencia en este tipo de adicciones.

   ENTREVISTA

Actualmente está aumentando la incidencia de adicciones a las nuevas tecnológicas. ¿Se ha traducido esto, según su experiencia, en una disminución del número de adictos a los juegos de azar, como máquinas tragaperras, bingos, lotería, etc.?

Algunos de los últimos estudios epidemiológicos arrojan unas cifras de prevalencia del juego patológico y del juego problema inferiores a las establecidas en estudios precedentes; sin embargo, los autores atribuyen este descenso a una evaluación más precisa del trastorno, a través de nuevos instrumentos de screening. Por tanto, más que una disminución real de la prevalencia del juego patológico, podría haber existido una sobreestimación de la misma en las décadas anteriores. En cualquier caso, en un futuro cercano se precisará analizar la relación entre juego patológico y el uso (o abuso) de nuevas tecnologías, no tanto porque Internet pueda atraer a potenciales jugadores problema, sino por la nueva vía de acceso que abre a los juegos de apuesta Online.

¿Cuál es el perfil psicosocial de las personas que desarrollan una adicción a los juegos de azar?. ¿Qué similitudes y diferencias existen entre los dependientes a los juegos de azar y los dependientes a las nuevas tecnologías, como Internet, videojuegos, etc.?

Los estudios que pretenden ofrecer un perfil psicosocial de los jugadores patológicos suelen indicar que hay mayor predominio de varones, con una edad comprendida entre los 18-35 años y un nivel de estudios bajo; con respecto a otras características, las investigaciones no son concluyentes. Así que, teniendo en cuenta este perfil sociodemográfico, una diferencia fundamental con las personas con un patrón conductual de abuso de las nuevas tecnologías es el nivel de estudios, que en este caso suele ser más elevado, sobre todo entre los usuarios de Internet.

¿Qué tipo de factores llevan a una persona a jugar de manera compulsiva, a pesar de los problemas económicos, sociales, familiares que conlleva esta actividad?

Los modelos conductuales subrayan fundamentalmente la existencia de dos factores explicativos del mantenimiento de esta conducta problema. Por un lado, los programas de reforzamiento de razón variable bajo los que funcionan los juegos de azar en su emisión de premios, que es el tipo de programa de reforzamiento más resistente a la extinción. Y por otro lado, las distorsiones o errores cognitivos que manifiesta el jugador a la hora de analizar, interpretar y evaluar el funcionamiento del azar.

La combinación de ambos factores permite comprender, en gran medida, cómo un jugador puede persistir en su conducta, a pesar de las pérdidas y problemas que le está provocando el juego, ya que desde la perspectiva del jugador cada premio que recibe de forma intermitente refuerza no sólo su conducta de jugar, sino también la idea de que es «hábil» en el juego y, por tanto, capaz de predecir y controlar unos resultados, que, sin embargo, no dependen de lo que él haga; mientras que las pérdidas son evaluadas de forma sesgada y como algo que antecede necesariamente a la aparición de un premio, lo que le mantiene jugando, pues considera que cuanto más tiempo haya pasado desde la aparición del último premio mayor es la probabilidad de aparición de un premio cuantioso.

Se ha estudiado la importancia de los factores cognitivos en este tipo de adicción. ¿Cuáles son las distorsiones cognitivas que con mayor frecuencia muestran los jugadores patológicos?

Se sabe que a la hora de evaluar la probabilidad de un evento incierto, el ser humano utiliza una serie de «razonamientos», cuyo objetivo es reducir la dificultad de evaluar probabilidades a unas operaciones de juicio más simples, que simplifican la tarea, pero que se alejan del proceder racional estricto, pudiendo provocar decisiones cuyos resultados no son óptimos. En este sentido, los jugadores con problemas manifiestan muchos «errores» o distorsiones cognitivas referidas al azar, pero se podrían destacar fundamentalmente la ilusión de control y la dependencia entre eventos que son independientes, ya que son el origen de gran parte del resto de las distorsiones. Mientras que la ilusión de control hace referencia a la creencia en que la «habilidad» personal puede influir en un resultado azaroso, la segunda tiene que ver con el error de considerar que las sucesivas jugadas se influyen mutuamente, cuando son eventos independientes.

¿Cuáles son las medidas que, desde diferentes niveles, se deberían tomar para prevenir este problema?

Lo primero que quisiera indicar es que los juegos de azar no son perjudiciales y constituyen una opción más de entretenimiento para aquél que le interesen. Además, en una sociedad en la que el dinero y los bienes materiales a los que se puede acceder con él adquieren un gran valor, resulta utópico pensar en modificar el interés que despierta la posible consecución de un dinero fácil a través de los juegos de azar.

Por ello, como en la prevención de conductas de abuso de sustancias psicoactivas, las medidas preventivas deberían dirigirse, por un lado, a dificultar o restringir el acceso a los juegos de azar a la población en general y, en particular, a los menores de edad. Cuanto más accesible sea un juego, más factible es la exposición al mismo y su práctica, aumentando la probabilidad de convertirse en un jugador problema. En este sentido, hay que resaltar que más importante que el tipo y el número de juegos legalizados, es el conjunto de medidas que se adopten para facilitar o dificultar la participación en el mismo. Y por otro lado, a proporcionar información acerca del funcionamiento de los juegos de azar y los principales errores cognitivos que se cometen, lo que teóricamente contribuiría a disminuir el interés por el mismo.

Se sabe que en muchos casos los ludópatas no buscan ayuda terapéutica, ¿qué es lo que lleva a un jugador patológico a buscar tratamiento?

Genéricamente podríamos hablar de dos tipos de jugadores patológicos que acuden a tratamiento. Unos lo hacen motivados por las dificultades y problemas derivados de su juego excesivo; generalmente tras un período intenso y/o largo de juego, están realmente interesados en dejar de jugar y pueden ir acompañados a consulta, pero muchos acuden solos.

 

Otros van a tratamiento en un momento determinado, que coincide con el descubrimiento, por parte del entorno del jugador, de sus conductas de juego y de algunas de las actividades que ha llevado a cabo para financiarse el juego (robo, uso de tarjetas de crédito ajenas…). En estos casos, suelen ser los familiares los que buscan información y piden cita para el jugador, que acude con ellos a consulta. Por tanto, la motivación de cambio de este tipo de jugador es escasa o nula, lo que genera muchos problemas al psicólogo, ya que intentará dar la imagen de estar interesado y de que no juega, cuando en realidad no es así.

¿Se han producido avances en la intervención psicológica en el tratamiento de la ludopatía?

En los últimos años, los estudios que analizan la eficacia de los tratamientos del juego patológico han destacado la eficacia de tres técnicas, que suelen aplicarse conjuntamente: control de estímulos, exposición con prevención de respuesta y terapia cognitiva. No obstante, se precisan más estudios que analicen esta temática y, sobre todo, estudios que investiguen por qué funcionan las técnicas, ya que, por ejemplo, los principios explicativos de la exposición no se pueden trasladar al ámbito del juego patológico.

¿Hay alguna otra cuestión que desee comentar a los lectores de Infocop?

Quisiera realizar una última reflexión sobre el concepto de adicción psicológica, ya que el juego patológico suele enmarcarse en esta categoría, en la que en los últimos años ha florecido la adicción a las nuevas tecnologías, a las compras, al trabajo… Aunque tales adicciones sin droga no están recogidas en las clasificaciones al uso de los trastornos mentales, parece existir cierto acuerdo en que el proceso adictivo es similar al producido por el consumo de drogas: gratificación inicial, restricción de respuestas alternativas, presencia de tolerancia-dependencia-abstinencia psicológica y consecuencias negativas. Quizá deberíamos plantearnos que si se acepta que las adicciones no pueden limitarse exclusivamente al consumo de sustancias psicoactivas, entonces, cualquier hábito conductual es susceptible de adquirir la condición de comportamiento adictivo, siempre y cuando haya una pérdida de control, una fuerte dependencia psicológica, un desinterés por otras actividades previamente gratificantes y una interferencia significativa en la vida cotidiana.

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