El estudio surgió a raíz de una encuesta realizada en el año 2005, que puso de manifiesto la escasa delimitación de las funciones y del rol del psicólogo clínico en los servicios de salud mental y la necesidad de adaptar las funciones dentro de los nuevos marcos legales que han supuesto el reconocimiento de la especialidad y la reclasificación del puesto de psicólogo como Facultativo Especialista. De acuerdo a dicha encuesta, el 52% de los profesionales entrevistados consideraba que las funciones del psicólogo clínico no estaban bien definidas y el 62% opinaba que el perfil de los usuarios que se atendían no era el adecuado.

Por este motivo, el grupo de trabajo ha analizado la situación de los psicólogos clínicos en la red sanitaria pública de la Comunidad Valenciana con el objetivo de elaborar una serie de propuestas de mejora. El documento comprende, de esta manera, un análisis exhaustivo del papel de estos profesionales tanto en el ámbito ambulatorio (Centros de Salud Sexual y Reproductiva, Unidades de Conductas Adictivas y Unidades de Alcohología, Unidades de Salud Mental de Adultos e Infantil), como hospitalario (Hospitales Generales, Unidad de Media Estancia y Hospital de Día). Así mismo, analiza las funciones del psicólogo en las Unidades de Salud Mental (USM) en lo que corresponde a atención sanitaria; dirección, administración y gestión; y formación, docencia e investigación.

Si bien -a diferencia de otras Comunidades Autónomas, como Madrid- los psicólogos clínicos de la Comunidad Valenciana gozan del reconocimiento que se merecen como especialistas (ya que se les reconoce su grado de autonomía en la elaboración de informes, en la derivación de casos o en la participación de tareas de organización), todavía existe un retraso notable en la incorporación real de la figura del psicólogo en el modelo asistencial existente. Para que el psicólogo clínico cuente como una figura más en el modelo de atención y pueda ejercer sus funciones de manera adecuada, se requiere un cambio del tradicional modelo «hospitalario» a un modelo comunitario basado en el trabajo en equipos multidisciplinares, para el cual el sistema sanitario no se encuentra preparado. Este retraso en la adaptación al nuevo modelo, supone importantes deficiencias en la atención que se presta en los servicios de salud mental y en otros servicios sanitarios de la Comunidad Valenciana, en lo que respecta especialmente a:

• Las derivaciones de Atención Primaria a las Unidades de Salud Mental (se detecta un exceso de derivaciones de problemas de trastornos mentales comunes, como ansiedad o depresión, lo que colapsa estos servicios, y un retraso en el diagnóstico de los casos).
• La realización de seguimientos a los pacientes.
• La limitación de tiempo para la atención de los pacientes en las consultas.
• La indefinición de las funciones de los psicólogos, debido a su reciente incorporación en el sistema sanitario como facultativos especialistas y a la falta de guías y protocolos de actuación, entre otros factores.
• La escasez de actividades y programas de promoción de la salud y prevención de la enfermedad.
• La falta de tiempo para actividades formativas y de investigación.

Todos estos factores redundan en una pérdida de efectividad y de la calidad de la atención que se presta a los usuarios de estos servicios, por lo que el grupo de expertos plantea una serie de propuestas de mejora, entre las que se encuentran:

• Aumentar el número de profesionales de Psicología en las USM, puesto que se constata la deficiencia de psicólogos en disposición de los objetivos marcados por la propia Consellería de Sanidad de la Comunidad Valenciana, que para el año 2004 preveía una ratio de 7 psicólogos clínicos/100.000 habitantes, pero que ni siquiera actualmente ha llegado a alcanzarse, ya que en diciembre de 2008 la ratio se situaba todavía muy por debajo de esta referencia (con tan sólo 2,4 psicólogos clínicos/100.000 habitantes).

• Crear una Red de Atención en Salud Mental, más acorde con las necesidades y los recientes hallazgos científicos y donde se actualice la figura del psicólogo clínico. Esta red supondría la puesta en marcha de un nuevo modelo organizativo, basado en Centros de Salud Mental Comunitarios y una Dirección General de Salud Mental, responsable de la coordinación entre todos los recursos existentes. Este modelo de atención comunitaria propuesto se basa en promover la autonomía de los pacientes, garantizar la continuidad de cuidados a lo largo del proceso de la enfermedad, aumentar la accesibilidad de las ayudas, apostar por la recuperación personal y trabajar por la equidad en la atención.

• Aumentar el número de psicólogos clínicos con funciones en Atención Primaria, que puedan gestionar las demandas de salud mental en este nivel de atención y llevar a cabo programas para la prevención y promoción de la salud, así como intervenciones en otras patologías graves y/o crónicas de salud.

• Desarrollar protocolos de derivación y árboles de decisión entre Atención Primaria y Salud Mental.

• Favorecer el desarrollo y/o adaptación de Guías de Práctica Clínica.

De acuerdo a los autores del trabajo, una red de salud mental bien organizada, coordinada e integrada en la red de servicios sanitarios supone un ahorro sustancial en el coste global de la atención sanitaria pública y un aumento de la satisfacción de los usuarios con los servicios que se les prestan. Además, para que la atención de los problemas de salud mental sea realmente eficaz, debe darse tanto en el ámbito ambulatorio como extrahospitalario, a nivel especializado y con un abordaje multidiscipliar.

Las personas interesadas pueden descargar el documento completo pinchando en el siguiente enlace:

La Psicología Clínica en el Sistema Valenciano de Salud