EL MMPI-2 COMO INSTRUMENTO PSICOMÉTRICO PARA EL DIAGNÓSTICO DE LA FIBROMIALGIA
23 Feb 2010

Javier Pérez-Pareja1, Albert Sesé1, Héctor González-Ordi2 y Alfonso Palmer1

(1) Universidad de las Islas Baleares y (2) Universidad Complutense de Madrid

Entre los trastornos de dolor, dadas sus características e implicaciones, merece especial atención la fibromialgia (FM); trastorno definido como un síndrome reumatológico caracterizado por la aparición de dolor crónico generalizado de naturaleza musculoesquelética y cuyo síntoma principal es la sensibilización central que se manifiesta con un dolor difuso que afecta a todo el cuerpo. Su principal criterio diagnóstico se sustenta en la aparición de dolor a la presión en 11 de los 18 denominados «tender points». En la etiología de este síndrome se han propuesto factores de naturaleza periférica, central y emocional.

Por otra parte, la literatura científica y la práctica clínica han puesto de manifiesto grandes dificultades a la hora de abordar la FM en varios sentidos. En primer lugar, dificultades en el diagnóstico diferencial del síndrome, dado que en el amplio abanico de síntomas que presenta, existe un solapamiento constante entre problemas de naturaleza somática y psicológica. En segundo lugar, constatan la dificultad de la evaluación de un síndrome, en el cual el dolor es el criterio fundamental de diagnóstico, tratándose de una variable con un componente de subjetividad elevada, y de difícil objetivación empírica. De las dos premisas anteriores se derivaría, en tercer lugar, el problema de la validación de los diagnósticos en el caso en que las personas supuestamente afectadas pudieran obtener algún tipo de ganancia secundaria al ser diagnosticadas con el síndrome.

En este marco de dificultades, es bien conocido el interés que entre los profesionales de la Psicología ha suscitado el estudio de la FM. La actividad investigadora se ha orientado a:

  • La conceptualización de la FM, centrándose en el papel de las variables psicológicas, especialmente las emocionales, en la etiología, mantenimiento y pronóstico del síndrome.

  • La evaluación de las características diferenciales de la percepción y experiencia de dolor, así como la repercusión que dicha experiencia tiene en la vida cotidiana de personas con fibromialgia frente a otros tipos de dolor crónico.

  • La evaluación de variables que tienen que ver con la posible exageración de la sintomatología, con el fin de obtener ganancias secundarias, sean éstas económicas o de refuerzo social.

En esta línea, como continuación de trabajos anteriores donde exploramos el papel de las emociones negativas (Perez-Pareja, Borrás, Palmer, Sesé, Molina y Gonzalvo, 2004) y la percepción del dolor (Pérez-Pareja, Borrás, Sesé y Palmer, 2005) en el padecimiento de la FM, nos propusimos explorar la amplia variedad de síntomas somáticos y psicopatológicos que presentan pacientes con fibromialgia mediante la administración del cuestionario MMPI-2 (Minnessota Multiphasic Personality Inventory II, 1999). Asimismo, intentamos discriminar si la FM presenta un perfil diferencial respecto a otros grupos control (otros tipos de dolor o personas sanas). Para ello utilizamos un grupo de 36 pacientes con fibromialgia, un grupo de 44 pacientes con dolor crónico no fibromiálgico, y un último grupo 34 de personas sanas. El trabajo ha sido recientemente publicado en la International Journal of Clinical and Health Psychology con el título: «Fibromyalgia and chronic pain: Are there discriminating patterns by using the Minnesota Multiphasic Personality Inventory-2 (MMPI-2)?», y cuyos autores han sido Pérez-Pareja, Sesé, González-Ordi y Palmer (2010). En base a los resultados de este trabajo, podemos destacar las siguientes aportaciones:

  • El grupo de pacientes con fibromialgia obtuvo puntuaciones más altas en todas las escalas clínicas y de validación del MMPI-2 en comparación a los grupos control sanos y dolor crónico de origen no inflamatorio y objetivizado del aparato locomotor.

  • El perfil clínico en el MMPI-2 del grupo de pacientes con fibromialgia se caracteriza principalmente por la expresión de una amplia variedad de quejas somáticas, problemas de salud y disfunciones físicas.

  • El grupo de pacientes con fibromialgia, en función de los resultados obtenidos en las escalas de validación, manifiesta un patrón de respuestas caracterizado por la exageración de la sintomatología. Este patrón de respuesta puede reflejarse en un estado de hipersensibilidad y ansiedad específica que contribuye a sobreestimar la percepción de sus síntomas somáticos, emocionales y psicológicos. Además, algunos pacientes, con altas puntuaciones en una de las escalas de validación (Fp), aparecen con un perfil de búsqueda de recompensas caracterizadas por el mantenimiento del rol de enfermo crónico, conductas de dolor crónico, y la evitación de actividades de la vida cotidiana.

  • Si bien el grupo de pacientes con fibromialgia no muestra problemas psicológicos previos ni un estatus litigante que motive la búsqueda de ganancias secundarias externas (pensiones de invalidez), sí podría hipotetizarse que dichos pacientes podrían potenciar sesgos de atención selectiva sobre el dolor y otro tipo de conductas disfuncionales como una vía para la obtención de refuerzo y apoyo social.

Aunque este estudio presenta algunas limitaciones relativas al número de participantes pertenecientes a cada grupo, a la necesidad de inclusión de más grupos con otros tipos de dolor, así como la consideración de otras escalas complementarias del MMPI-2 en la evaluación, nuestros datos sugieren que los esfuerzos futuros de la investigación en este campo deberían dirigirse, por un lado, a caracterizar los estilos de exageración de respuesta, y por otro, a establecer en las distintas escalas (tanto clínicas como de validación) puntos de corte óptimos que faciliten a los clínicos la obtención de perfiles diferenciales de cara a lograr un mejor diagnóstico y una intervención más específica de los pacientes con síndrome de fibromialgia.

En resumen, los resultados indican que el MMPI-2 es una herramienta psicométrica útil para caracterizar un patrón de respuesta específico de pacientes con fibromialgia, y se recomienda especialmente para aportar luz en su evaluación clínica.

El estudio original en el que se basa este artículo puede encontrarse en la revista International Journal of Clinical and Health Psychology:

Pérez Pareja, F.J., Sesé Abad, A., González Ordi, H., Palmer Pol, A.L. (2010) Fibromyalgia and chronic pain: Are there discriminating patterns by using the Minnesota Multiphasic Personality Inventory-2 (MMPI-2)? International Journal of Clinical and Health Psychology,10, 1, 41-56.

Referencias:

Butcher, J.N., Dahlstrom, W.G., Graham, J.R., Tellegen, A., & Kaemmer, B. (1999). MMPI-2: Minnesota Multiphasic Personality Inventory-2. Guide. [Adaptación española realizada por A. Avila-Espada y F. Jiménez-Gómez]. Madrid: TEA Ediciones.

Pérez-Pareja, J., Borrás, C., Palmer, A., Sesé, A., Molina, F. y Gonzalvo, C. (2004). Fibromialgia y emociones negativas. Psicothema. 16, 415-420.

Pérez-Pareja, J., Borrás, C., Sesé, A., Palmer, A. (2005). Percepción de dolor y fibromialgia. Actas Españolas de Psiquiatria, 33, 303-310.

Pérez-Pareja, J., Sesé, A., González-Ordi, H. y Palmer, F. (2010). Fibromyalgia and chronic pain: Are there discriminating patterns by using the MMPI-2 questionnaire?. International Journal Of Clinical And Health Psychology, 10, 41-56.

Sobre los autores:

Javier Pérez-Pareja. Es profesor titular del Departamento de Psicología de la Universidad de las Islas Baleares, perteneciente al área de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico. Es especialista en Psicología de la Salud y sus principales líneas de investigación están centradas en las relaciones entre emociones y salud, entre las que destaca el estudio del dolor crónico.

Albert Sesé. Es profesor titular del Departamento de Psicología de la Universidad de las Islas Baleares, perteneciente al área de Metodología de las Ciencias del Comportamiento. Es especialista en Psicometría y sus principales líneas de investigación están centradas en la validación de herramientas psicométricas, y en la aplicación de modelos estadísticos complejos en el campo de las ciencias de la salud y del comportamiento.

Héctor González-Ordi. Es profesor contratado doctor del Departamento de Psicología Básica II de la Universidad Complutense de Madrid. Es especialista en el campo de las emociones, la sugestionabilidad y la simulación, y sus principales líneas de investigación están centradas en la evaluación de la sugestionabilidad y la simulación, específicamente sobre el dolor crónico.

Alfonso Palmer. Es catedrático del Departamento de Psicología de la Universidad de las Islas Baleares, perteneciente al área de Metodología de las Ciencias del Comportamiento. Es especialista en Estadística y Diseños experimentales y sus principales líneas de investigación están centradas en la aplicación de modelos estadísticos complejos en el campo de las ciencias de la salud y del comportamiento.

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