COP Murcia
Coincidiendo con la celebración de los Galardones de la Psicología Murciana, se celebraron los días 21 y 22 de octubre, en el Salón de Actos del Museo Arqueológico de Murcia, unas Jornadas en torno a la Custodia Compartida, con un gran éxito de participación, completándose el aforo de la sala.
El acto comenzó con una cálida bienvenida por parte de las autoridades que inauguraron el evento: José Antonio Cobacho Gómez, Rector Magnífico de la Universidad de Murcia, Andrés Pacheco Guevara, Presidente de la Audiencia Provincial de Murcia, Gloria García Ortuño, Vicesecretaria de la Consejería de Justicia y Seguridad Ciudadana de la CARM; y María José Catalán Frías, Decana del COP de la Región de Murcia.
Se inició el encuentro con una exposición de las implicaciones psicológicas de la ruptura de la pareja, tanto para los adultos como para los menores, a cargo de dos profesionales de la Psicología Clínica murciana, Encarna Fernández y Carmen Godoy. Tras ellas se expuso en una amplia mesa redonda las dificultades que la ruptura conlleva en distintos ámbitos de intervención psicológica y para ello se contó con diversos vocales del COP-RM y/o profesionales de cada una de las áreas de intervención abordadas: desde el ámbito educativo intervino Ángel R. Calvo, del área de Intervención Social, María Antonia Rodríguez, desde la Discapacidad Pilar Mendieta, desde la red de Salud Mental, Pilar Balanza y Monserrat Vicente, y desde el ámbito forense, Mª Begoña García Ayala.
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Por la tarde Mila Arch, Mª José Catalán y Francisca Fariña se adentraron en el amplio concepto y diversificación de la aplicación de la Custodia Compartida, se abordaron los estereotipos y roles todavía predominantes en nuestra sociedad a la hora de atribuir el cuidado habitual de los hijos, y se expusieron los resultados favorables que arrojan las investigaciones hacia este tipo de Custodia con una mejor adaptación al nuevo modelo de familia, tanto para los menores como para sus progenitores.
La mañana del viernes comenzó con una mesa redonda sobre la Custodia Compartida desde un debate más jurídico, contando para ello con el Magistrado Francisco Carrillo, el Teniente Fiscal, José Francisco Sánchez Lucerga, un Abogado especialista en familia, Francisco Javier Meseguer, y una experta en psicología forense, Blanca Vázquez, coincidiendo todos ellos en la necesidad de hacer un estudio pormenorizado de cada situación, y del necesario asesoramiento de psicólogos que valoren las circunstancias y el mejor interés del menor.
Se finalizó con dos brillantes exposiciones donde se plasmó por una parte el papel de la Mediación como facilitadora de la coparentalidad, a cargo de Salvador Godoy, y por otra, se expusieron las graves consecuencias de llevar al extremo el conflicto, hablando sobre el SAP con Ramón Vilalta.
En el acto de clausura, nos acompañó Francisco Santolaya, Presidente del Consejo de Colegios de Psicólogos.
En el transcurso de las Jornadas, se desarrolló un intenso trabajo en torno a la Custodia Compartida, incidiendo en los aspectos emocionales que se encuentran detrás de una ruptura, tanto para la pareja como para los menores, y cuya repercusión psicológica para todos los implicados va a depender en gran medida de la forma en que se aborden los aspectos emocionales.
Se hizo patente a lo largo de las distintas intervenciones que las modalidades posibles de Custodia Compartida son ilimitadas, ya que las circunstancias de cada grupo familiar pueden prestarse a todo tipo de combinaciones. Se debe de huir de soluciones «estándar» y buscar aquella que más favorable sea a cada caso concreto, y para ello nadie tan capacitado como los propios progenitores, conocedores de sus circunstancias, para que con ayuda de un mediador puedan elaborar un proyecto de vida futuro que armonice las necesidades y disposiciones de todos los miembros.
Se pudo constatar que también es posible articular una Custodia Compartida (CC) en procedimientos contenciosos, siendo imprescindible que exista la valoración individualizada de cada caso para poder articular ese plan futuro, y para ello la intervención del psicólogo forense es crucial, participando con otras profesiones, de manera que la interdisciplinariedad cumplimente todos los aspectos a tener en cuenta.
Se fueron desgranando los factores que pueden ser decisivos a la hora de valorar una Custodia Compartida, entre los que sobresalen las motivaciones de los progenitores, la vinculación de los menores con ambas figuras, la generosidad de los padres y el reconocimiento del otro como imprescindible para la crianza de los niños. Siendo importantes otros elementos como el horario laboral de los padres, la distancia geográfica entre sus domicilios, etc., para acomodar a cada circunstancia la mejor fórmula de Custodia Compartida, conocedores de que la familia sigue en desarrollo, y las diferentes etapas evolutivas por las que vaya atravesando van a necesitar nuevas adaptaciones en estas fórmulas, de modo que la Custodia Compartida sea todo lo elástica que requiera el interés de los hijos y las concretas circunstancias de los padres.
Se pudo también discutir sobre el necesario reconocimiento como Custodia Compartida de aquellas que se sentencian como exclusivas pero con un régimen de visitas tan amplio que comprende prácticamente una distribución de los periodos de estancia de los niños con cada uno de sus padres igualitaria.
Así mismo también se pretende descartar la necesidad de que los tiempos de estancia con cada progenitor sean exactamente iguales para ser consideradas como Custodia Compartida, o que el establecimiento de una CC sea sinónimo a la no atribución de pensión de alimentos. Esto último seguirá dependiendo de las capacidades económicas de cada progenitor.
Lo que se persigue con la Custodia Compartida realmente es la coparentalidad, la participación igualitaria y equilibrada de ambos progenitores en la crianza de los hijos; esto es, la corresponsabilización de hombres y mujeres en la educación integral y en los cuidados primarios de los menores.
Lo más importante es que ambos progenitores asuman y se comprometan en el ejercicio conjunto de esa responsabilidad parental que han de intentar armonizar en interés de sus hijos.
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