Como en años anteriores, desde Infocop hemos querido informaros sobre las conclusiones del informe anual 2011: «El problema de la drogodependencia en Europa», publicado por el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT).
El documento incluye un panorama completo del problema del consumo de sustancias adictivas en Europa (cannabis, éxtasis, cocaína y opiáceos) y de las medidas adoptadas para afrontarlo, así como muestra la evolución de la prevalencia de las enfermedades infecciosas y muertes relacionadas con las drogas, o la aparición de nuevas sustancias de consumo y tendencias emergentes.
Según se presenta en el informe, la nota característica de este año es el acusado contraste. Por una parte, en Europa el consumo de drogas parece mantenerse relativamente estable. Los niveles de prevalencia siguen siendo globalmente elevados desde una perspectiva histórica, pero no aumentan. Y en algunas parcelas importantes, como el consumo de cannabis entre los jóvenes, se vislumbran síntomas positivos. Por otra parte, la evolución del mercado de drogas sintéticas presenta indicios preocupantes, como también, en términos más generales, el uso, por parte de los consumidores de drogas, de un mayor número de sustancias. La politoxicomanía, en particular la combinación de drogas ilegales con alcohol y, en ocasiones, con medicamentos y sustancias no reguladas, se ha convertido en la pauta dominante del consumo de drogas en Europa. |
En lo referente al cannabis, sigue siendo la droga ilegal más consumida en Europa, aunque es también la que suscita actitudes más divergentes entre la opinión pública. Globalmente, no se aprecia ninguna dirección clara en la formulación de políticas relacionadas con el cannabis. Algunos ejemplos interesantes de formulación de políticas en este ámbito se encuentran en Estados Unidos y en los Países Bajos. En Estados Unidos se ha registrado una tendencia a liberalizar el suministro de hierba de cannabis para fines médicos en algunos estados. En los Países Bajos, los responsables parecen estar adoptando una postura cada vez más firme contra la producción nacional de cannabis y las disposiciones que regulan su venta en «cafés». Sin embargo, no está clara la influencia que tienen los cambios políticos en el consumo de cannabis.
En cuanto al consumo de cocaína, en la última década, esta droga se ha convertido en la sustancia estimulante consumida con más frecuencia en Europa, aunque los niveles de consumo solo son elevados en un reducido número de países, entre ellos España. Los analistas han observado que parte del atractivo de esta sustancia radica en su imagen, ya que el consumo de cocaína ha estado vinculado en muchos casos a un estilo de vida propio de gente acaudalada y a la moda. Ahora bien, la realidad del consumo habitual de cocaína es muy diferente. Es posible que dicha imagen positiva se esté viendo erosionada por un conocimiento cada vez mayor de los problemas relacionados con la cocaína, que se manifiestan en un número cada vez mayor de urgencias hospitalarias, muertes y demandas de tratamiento. En concreto, Irlanda, Chipre, España y Reino Unido presentan unos niveles de consumo por encima de la media Europea; siendo España y Reino Unido, los que superan las tasas de consumo de EE.UU., Australia o Canadá.
En los últimos años, el mercado europeo de éxtasis ha atravesado un período de reducción gradual del suministro de pastillas de MDMA. Habitualmente, los comprimidos de «éxtasis» vendidos en el mercado ilegal contenían otros fármacos, en muchos casos piperazina, de manera que algunos de los consumidores que los adquirían convencidos de que se trataban de una droga ilegal estaban, de hecho, adquiriendo una sustancia no regulada. El escaso contenido de MDMA en las pastillas de éxtasis parece deberse a la escasez de su precursor principal, PMK, posiblemente como reflejo del éxito de las operaciones de incautación. No obstante, los datos más recientes apuntan a un incremento del suministro de MDMA, y algunos informes notifican la existencia de pastillas con dosis muy altas y polvos de gran pureza.
A nivel internacional, y sobre todo en América del Norte, suscita cada vez mayor preocupación la disponibilidad y el uso indebido de opiáceos vendidos con receta médica, utilizados principalmente como analgésicos. La magnitud de este fenómeno en Europa es difícil de evaluar a partir de los datos disponibles en la actualidad. Además, tanto las prácticas en materia de prescripción como las disposiciones que las regulan difieren considerablemente, lo que dificulta notablemente toda comparación directa entre la Unión Europea y otras regiones del mundo. En la actualidad, el consumo de opiáceos sintéticos ilegales en Europa parece centrado especialmente en fármacos de sustitución desviados del tratamiento de drogodependencias. Además, en algunos países de Europa septentrional y Europa central han empezado a publicarse datos sobre el consumo de fentanilo, que probablemente se fabrique de forma ilegal fuera de la Unión Europea. La aparición de esta droga es motivo de especial preocupación.
En 2010, se notificó un número sin precedentes de 41 sustancias nuevas a través del mecanismo europeo de alerta precoz, y los datos preliminares correspondientes a 2011 no parecen indicar que su número esté disminuyendo, lo que refleja tanto la constante introducción de sustancias y productos nuevos en el mercado, como la creciente adopción de medidas proactivas para detectar sustancias nuevas.
El siguiente cuadro, presenta el resumen de algunos datos del consumo de cada sustancia en Europa:
Viendo los datos que se presentan a lo largo de todo el informe, vemos que en lo referente a la prevalencia de abuso de las diferentes drogas, España se enfrenta al gran problema de encontrarse entre los países con mayores niveles de consumo en la mayoría de las sustancias. Por ejemplo, se encuentran unos niveles del 32,1% en consumo de cannabis, del 4,9% de éxtasis y del 10,2% de cocaína (porcentajes durante toda la vida).
En cuanto a la prevalencia de las enfermedades infecciosas y muertes relacionadas con las drogas encontramos en este documento, varios datos importantes. Por una parte, resalta que, tras haberse frenado la propagación general del VIH en la Unión Europea, ha menguado la atención prestada a la prevención de este virus como objetivo prioritario de salud pública en las políticas en materia de drogas. No obstante, el análisis del año en curso plantea la preocupante posibilidad de un aumento del riesgo potencial de epidemias localizadas de VIH. Sobre este tema, de nuevo encontramos que España se encuentra entre los 5 países con las tasas más altas de infecciones nuevas diagnosticadas entre los consumidores de drogas por vía parenteral, junto con Estonia, Letonia, Lituania y Portugal.
Por otra parte, en lo que se refiere a las muertes por sobredosis, se sabe que la administración de un tratamiento para la drogodependencia, sobre todo cuando se trata de un tratamiento de sustitución, disminuye el riesgo de este tipo de muertes. No obstante, pese al notable incremento que ha experimentado en los últimos años la prestación de este tipo de tratamiento, el número de consumidores que mueren por sobredosis de droga en Europa se ha mantenido estable. Por consiguiente, la disminución de la mortalidad por sobredosis sigue constituyendo un reto importante para los servicios de tratamiento de las drogodependencias en Europa. Aunque no se debe olvidar que también se deben afrontar otro tipo de muertes relacionadas con el consumo e drogas que constituyen más de un tercio de las muertes como son: el sida, el suicidio y los traumatismos.
En términos generales, Europa ha adoptado, un planteamiento bien fundamentado, y, sin duda, relativamente eficaz para contrarrestar el consumo de drogas ilegales. A pesar de estos avances positivos y de un aumento general de la prestación de servicios a drogodependientes, siguen existiendo marcadas diferencias entre países, sobre todo en lo que respecta a las inversiones en intervenciones dirigidas a reducir la demanda. |
El modelo europeo se caracteriza por que su objetivo es alcanzar un equilibrio pragmático entre la reducción de la oferta y la reducción de la demanda, así como por el reconocimiento de la importancia de los derechos humanos, pero también de la seguridad de las comunidades.
En cuanto a las estrategias de prevención ambiental llevadas a cabo en los países europeos, se suelen incluir medidas relacionadas con la prohibición de fumar, los precios del alcohol o la promoción de la salud en las escuelas. Según el informe, los datos indican que las medidas adoptadas a escala social y orientadas a mejorar el clima social en las escuelas y las comunidades pueden ser eficaces para cambiar las creencias normativas y, en consecuencia, el consumo de sustancias. Tras la aprobación en años recientes de la prohibición de fumar en España, la casi totalidad de los países europeos han incorporado actualmente algún tipo de prohibición de esta sustancia. Las estrategias contra el alcohol amparadas en el entorno son menos frecuentes en Europa, aunque la mayoría de los países nórdicos han reforzado la aplicación de estrategias de venta responsable, cuya eficacia ha quedado demostrada en estudios locales.
El informe completo se puede consultar y descargar pinchando aquí.