El pasado 20 de junio, la Comisión Europea lanzó una nueva iniciativa denominada Healthier together-EU Non-Communicable Diseases (NCDs), cuyo objetivo es el de mejorar la salud y el bienestar de los ciudadanos y las ciudadanos mediante la reducción de la carga de enfermedades no transmisibles (responsables del 80% de la carga de morbilidad en los Estados miembros y de aproximadamente dos tercios de todas las muertes en la región europea). Para tal fin, propone una serie de acciones orientadas a abordar sus principales causas en cinco áreas clave (a saber, diabetes, enfermedades cardiovasculares, enfermedades respiratorias crónicas, salud mental y trastornos neurológicos, y determinantes de la salud). La iniciativa, que cuenta con el apoyo del programa EU4Health, respaldará acciones emprendidas durante 2022-2027, en aras de ayudar a los Estados Miembros a alcanzar las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030 y las metas de la OMS para 2025 sobre ENT.
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La Plataforma en defensa de la salud mental -unión de organizaciones europeas entre las que se encuentra Mental Health Europe-, ha acogido con beneplácito dicha iniciativa, considerando que constituye un paso más en la dirección correcta, si bien necesita un enfoque más ambicioso para la salud mental. A este respecto, ha emitido un comunicado a través del cual muestran su acuerdo con la necesidad de abordar la carga de las enfermedades no transmisibles y promover una buena salud mental (aún más urgente por el impacto negativo de la pandemia de la COVID-19, de la guerra en Ucrania y del cambio climático). Con respecto al contenido, especialmente todo lo relacionado con la salud mental, las organizaciones ponen de relieve en su comunicado una serie de aspectos encomiables, tales como:
No obstante, la Plataforma ha expresado también diversas preocupaciones en relación con el texto publicado por la Comisión Europea. De forma específica, las organizaciones firmantes señalan que, si bien, el argumento económico (que hace hincapié en el coste de la mala salud mental en términos de gastos y pérdida de ingresos), es válido y puede ser muy eficaz para persuadir a los formuladores de políticas para que tomen medidas, cabe señalar que la promoción de una buena salud mental es ante todo un imperativo de derechos humanos (el derecho a la salud incluye el derecho a la salud mental) y los Estados Miembros tienen obligaciones derivadas de tratados internacionales ratificados (como la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad) para trabajar en la consecución de estos compromisos. Asimismo, pese a estar bien documentado, no hay suficiente información sobre los vínculos entre la salud mental y las enfermedades no transmisibles. Por ejemplo, las experiencias de ansiedad y depresión se reconocen como factores de riesgo en las enfermedades cardiovasculares, pero el apoyo para prevenirlas rara vez forma parte de la práctica clínica habitual. También se ha informado de que uno de cada cuatro pacientes con cáncer experimenta depresión, y el riesgo de depresión es cinco veces mayor en pacientes con cáncer que en la población general. Además, la crisis climática y ambiental puede actuar como determinante de diferentes enfermedades no transmisibles, incluida la salud mental. Por otro lado, la investigación sugiere una asociación positiva entre los contaminantes del aire, las sustancias químicas ambientales y los resultados negativos, tanto en la salud física como mental. Por lo tanto, la Plataforma considera de vital importancia que los servicios de salud mental formen parte plenamente integrada de la prevención y el tratamiento de las enfermedades no transmisibles. Si bien el acceso oportuno y equitativo a servicios de salud mental de alta calidad se menciona como un área prioritaria, la iniciativa no menciona la Cobertura Sanitaria Universal. A este respecto, con el fin de lograrla, es fundamental la integración de los servicios de salud mental (incluida la promoción y prevención) en todas las políticas y programas, para que los servicios basados en derechos y evidencia sean accesibles y asequibles. La Plataforma manifiesta la necesidad de enfatizar, como parte de la iniciativa, la obligación de los Estados Miembros de cambiar el enfoque de la atención de los servicios de salud mental desde la atención institucional hacia la atención primaria y comunitaria. Esto, a su vez, ayudará a desestigmatizar la salud mental y hará que la atención sea más accesible y asequible. Aunque la iniciativa reconoce la existencia de grupos vulnerables, se centra principalmente en los y las jóvenes y los/as refugiados/as, sin hacer mención explícita de otros grupos, como las personas sin hogar y las de etnia gitana. Los determinantes socioeconómicos, junto con la discriminación, elevan el riesgo de que experimenten problemas de salud mental y requieren un apoyo adicional y personalizado. Con base a las consideraciones anteriores, el comunicado recoge las siguientes recomendaciones: A la Comisión Europea
A los Estados Miembros:
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“El impacto del cambio climático en la salud mental ha sido significativo a nivel mundial”
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